Historias de pescadores

Pescar en aguas claras

por Carlos Prieto 1 de agosto de 2016 0 comments

Las pesca en aguas claras dificultan el engaño y dificulta el éxito en la jornada de pesca. La llegada del buen tiempo propio de la época en que nos encontramos facilita mucho las cosas al pescador. Las jornadas se pueden extender cuanto queramos y las horas a orillas del mar durante la noche pasan velozmente, síntoma inequívoco de la paz que por entonces se respira. No obstante, todos los contextos que podemos encontrar en nuestra afición tienen su lado menos amable, y en el caso que nos ocupa la general calma en que las aguas se hallan junto con la claridad de los fondos constituyen un hándicap, de ahí que por tal motivo, los momentos de penumbra estén especialmente indicados para probar suerte. Y es que si ya de por sí es complicado engañar una captura de porte en condiciones meridianamente normales, como para hacerlo en un escenario en el que cualquier defecto del aparejo es fácilmente advertible…

La pesca en aguas claras es cuestión de perspectiva

Desde luego que las fechas en que nos hallamos no son precisamente el mejor periodo para dar la campanada, y aún menos con carácter continuado. Los peces, ya de por sí poco dados a cometer suicidios de buenas a primeras, son capaces de identificar con precisión cada línea que les plantamos, razón por la cual es obligatorio afinar notablemente el aparejo. A buen seguro que más de uno pensará que con tanto adelgazar el grosor del bajo de línea, lo más probable es que a la primera carrera, una buena captura acabará desembarazándose de él con facilidad… y en parte está en lo cierto, pero ahí entra la pericia del pescador y su manejo de la ruleta del freno y los tiempos para manejar la situación. Bien es verdad que aún así es posible que aquélla consiga tomar las de Villadiego, pero la nuestra es una afición que debe llevarnos a ser más astutos que nuestro adversario. Además, más de una vez ya se ha dicho que todo aquel que quiera peces, siempre le saldrá más barato ir a la pescadería y comprar la más cara de las lubinas que comprar un equipo de pesca, por no mencionar las penurias y el tiempo que asimismo tendrá que pasar.

Son muchos los factores que influyen en la pesca con aguas claras

A plena luz del día, son múltiples los factores que intervienen en la pesca, y la vestimenta del propio pescador es uno de ellos, razón por la cual esté indicado portar ropas poco llamativas cuando pesquemos a corta distancia de la orilla, no así en cambio por ejemplo si probamos suerte a surfcasting.

La aproximación al puesto de pesca constituye otro punto a tener en consideración si pescamos a corcho o spinning. Pasearse por la cara exterior de los cortados, o gesticular ostensiblemente, descubrirán nuestra presencia con celeridad a los peces que se hallen en las inmediaciones de la orilla, lo que reducirá las posibilidades que contamos de atraparlos. Por tal motivo, y aún cuando quepa la opción de dar un ligero rodeo, no dudemos en ocultarnos de ellos, que tampoco hay prisa por echar el aparejo al agua.

Equipo para pescar en aguas claras

Las fechas de verano son aptas para emplear equipos minimalistas, así como complementos en los que no hay la menor cabida para la sal gorda. Así las cosas, decantémonos por hacer uso y abuso del fluorocarbono, y siempre a ser posible en calibres reducidos, toda vez que si bien este material nos aporta una notable invisibilidad a la trampa que servimos, no deja de ser un cabo sujeto a la acción de la corriente y las vibraciones, detalles que pueden hacerla menos atractiva a los ojos de los peces. A su vez, sirvámonos de señuelos pequeños, sin miedo incluso a utilizar modelos de 75 milímetros en lo que respecta a poppers, paseantes y jerkbaits.

Por otro lado, temamos más la presencia del sol radiante que a las nubes, pues aunque las aguas estén claras, nuestros adversarios, aparte de detectarnos más fácilmente, parecen mostrarse un tanto incómodos con excesiva luz. Luego, es verdad que a veces suceden capturas de espanto con el sol en todo lo alto y cuando menos se espera, de ahí que nunca sepa uno a qué carta quedarse, síntoma inequívoco por otra parte de que por mucho que se sabe de la materia, todavía queda aún más por aprender.

Si puedes usa cebos vivos

La pesca con cebo es otra disciplina en la que también conviene afinar al máximo, y para ello, no hay nada mejor que emplear cebos vivos, como por ejemplo la quisquilla a la hora de engañar a los siempre astutos espáridos. Al igual que en la pesca con señuelo, utilicemos un aparejo fino del orden del 0,24 mm, y no tengamos temor a bajar aún más de este límite para contar con mayores posibilidades de salirnos con la nuestra. A partir de aquí, a primera hora de la mañana o al orto llegarán las mejores oportunidades de lograr resultados, de modo que sólo queda encontrar lo que a veces es más difícil por estas fechas: escapar de nuestras múltiples obligaciones con la familia.