En las vacaciones de un pescador, la pesca siempre se hace un hueco

En las vacaciones de un pescador, la pesca siempre se hace un hueco

En las vacaciones de un pescador, la pesca siempre se hace un hueco

por 14 de octubre de 2016 0 comments

Al contrario de lo que no pocas personas piensan, pescar y viajar comparten numerosos puntos en común que vienen a dar sentido que sean tantos sus devotos, y que merced a su presencia exista una economía que emplea a un sinfín de personas a lo largo y ancho del mundo. Es más, no ha demasiado tiempo tuvimos la oportunidad de certificar este hecho en base a un viaje realizado con motivo de las siempre merecidas vacaciones, y del que vamos a extraer un par de retazos que dan fe de ello.

¿Cuándo la pesca pasa a transformarse en pasión desmedida?

Como bien sabemos, una de las consecuencias que conlleva ejercitar la pesca a menudo consiste en que sus practicantes más acérrimos siempre andan atentos a lo que les rodea. De hecho, ya pueden estar haciendo cualquier cosa, que como algo remotamente relacionado con ella se cruce en su camino, su atención pronto se desviará para centrarse en ese descubrimiento. ¿Cuándo la afición pasa a transformarse en pasión desmedida? Quién sabe, pero lo cierto es que por la razón que sea, muchos andamos al quite a la primera oportunidad que surge, aun cuando estemos de relax.

Buscar tiendas de viejo cuño

Viajar nos permite la posibilidad de conocer aquellos sitios que alguna vez hemos anhelado visitar a fin de descubrir lo que allí se respira, el modo de vivir de sus gentes… y como no puede ser de otra manera, también qué ocurre en términos de pesca, afición que nunca se nos va de la mente. Adentrarse en las técnicas que se practican lejos de nuestro lugar de residencia suele ser motivo más que suficiente para que en las vacaciones de un pescador aproveche para entablar conversación con los oriundos de la zona y así, aparte de charlar acerca de puntos en concreto, conocer algún detalle que puede sirva en el futuro.

vacaciones de un pescador

Otra forma de continuar enganchados a la pesca consiste en buscar tiendas de viejo cuño, es decir, aquellas que se hallan condenadas a echar el cierre más pronto que tarde porque un día no se subieron al tren de la modernidad, dado que sus gestores no consideraron necesario complicarse la vida a ciertas alturas de la vida, máxime cuando los años pesan, la financiación escasea, o la jubilación se halla a la vuelta de la esquina. Y es que en estos destartalados establecimientos se pueden encontrar auténticos tesoros a precio de ganga -algo cada vez más difícil- o, por lo menos, existe la posibilidad de hacerse con algún recurso que a la par de sacarnos una sonrisa, sirva de inspiración en posteriores proyectos. De este modo es como conseguimos unos ejemplares de este extraño anguilón que bien recuerda a otro galo de mayor fama, pero que llama la atención por su perfil delantero y por la disposición de la resistencia de cola. Y es que a poco que nos fijemos, veremos que ésta se halla al revés, es decir, como si al apéndice le hubieran dado la vuelta, dado que la pala se sitúa hacia arriba.

vacaciones de un pescador en busca de tesoros

En cualquier caso, el engaño funciona y navega a la perfección, pero coincidiremos en que es sorprendente cuanto menos. Llegará el tiempo en que sólo quede un ejemplar, momento en el cual el agraciado superviviente reposará como recuerdo en el muro del que cuelgan no pocos señuelos que nunca entrarán en contacto con el agua por distintos lances que vivieron tiempo atrás…

Rincones donde cualquier pescador no podría sustraerse

Viajar nos reserva numerosas sorpresas, al igual que sucede con la pesca. Cuando menos lo esperas, salta la liebre, como es el segundo caso que vamos a exponer. Y es que también fue cuestión de suerte, pues había que fijarse bien para descubrirlo. Y es que, desde luego, no es moneda común que en un bar a pie de costa se den decoraciones como la que un día tuvimos ocasión de contemplar. Ni que decir tiene que tras quedar un buen rato pasmados desde el exterior, encontramos un rato para acceder a él y recrearnos más detenidamente de lo que teníamos ante los ojos. Y es que por encima del mostrador colgaban docenas de señuelos de todo tipo de marcas, con tamaños, colores y formas de lo más variopintas a las que cualquier pescador no podría sustraerse.

Rincones donde cualquier pescador no podría sustraerse

Desde luego, la taberna no era de gran clase, pero lo compensaba con creces en base su decoración. Además, si nos paramos a pensarlo un rato, no cabe duda que haciendo cuentas, había un buen pico de dinero sobre nuestras cabezas…

Gran balance, jornadas en familia y subvenires de pesca

Al final del viaje siempre nos queda la posibilidad de hacer balance de lo vivido, y lo cierto es que el realizado, aparte de renovarnos interiormente y permitirnos desconectar de lo rutinario, nos brindó un par de regalos en lo que atañe a la pesca que recordaremos con una sonrisa, máxime cuando ninguno de ellos fue buscado ex profeso.

Qué duda cabe que se trata de una bonita guinda que viene a coronar unas maravillosas jornadas en familia lejos del bullicio cotidiano….

No hay comentarios todavía

Participa en la conversación

No hay comentarios.

Anímate y se tú el que comience los comentarios de este artículo.