Embarcados tras la pesca del bonito, diversión a tutiplén

Embarcados tras la pesca del bonito, diversión a tutiplén

Embarcados tras la pesca del bonito, diversión a tutiplén

por 14 de agosto de 2012 1 comment

La captura de distintas clases de túnidos constituye un poderoso atractivo para quienes tienen la oportunidad de adentrarse en el gran azul en pos de estas fascinantes criaturas de impredecible comportamiento, las cuales, con la llegada del verano, se acercan a la costa mientras persiguen la manduca que constituye su dieta. Por eso, nunca está de más hacer hincapié en una serie de pautas en orden a maximizar cada una de vuestras prolongadas singladuras.

pesca de bonito

La pesca del bonito, a primera hora

Un día cualquiera, no sabes qué hora es… Recordando el melódico estribillo cantado por Nacha Pop, la historia casi siempre arranca bien entrada la madrugada, pues los mejores momentos llegan con el alba, y el trecho a recorrer con carácter previo suele ser considerable. Por entonces, mientras unos apuran las últimas copas antes del retornar hacia el más que conveniente y reparador planchado de oreja, no es extraño que al mismo tiempo otros salgáis del sobre a trompicones con afanes menos libertinos en mente. Y es que por estas fechas, la ciudad nunca duerme.

Poco a poco los somnolientos sentidos van activándose cuando el sol aún no ha hecho siquiera amago de saludar al nuevo día, mientras nuestros movimientos sobre la chalupa todavía se advierten un tanto torpes. No pasa nada –y si pasa, se le saluda–, queda bastante tiempo para acostumbrarse al vaivén y espabilar, en especial si resta un largo camino hasta alcanzar la zona de patrulla que el GPS determinó como positiva en ocasiones pretéritas. Quién sabe, hoy puede que los bonitos vuelvan a rondarla, o bien que hayan cambiado de cuadrante. Y es que son muchas las millas de agua las que habremos de peinar con nuestros señuelos hasta dar con ellos… y aun así podemos volver con las manos vacías. Desde luego, están locos estos romanos.

Localizando al bonito

En lo que respecta a la localización de este incansable animal, cabe apuntar que tal detalle se constituye en eje fundamental para salir triunfantes al final de la jornada, mas eso no siempre es posible, aun contando con la mejor de las tecnologías a bordo. Por eso no está de más mantenerse constantemente atentos a las evoluciones de las aves, pues cabe la posibilidad de que no lejos de donde nos encontremos se haya creado un escenario de caza en el cual el frenesí facilite sobremanera obtener numerosas picadas. Y es que cuando dan matarile al pez forraje –léase, anchoa, lirios o sardinas–, los túnidos arremeten con una terrible voracidad y persiguen las muestras hasta el mismo barco en su afán por atraparlas. Ahora bien, si tenéis semejante escenario ante vosotros, no lo fastidiéis a la primera de cambio.

Momentos de locura

Cuando sucede uno de estos momentos de locura en los que el mar nos muestra este espectáculo de vida, en el cual podemos llegar a contemplar a los bonitos saltando constantemente fuera del agua, lo primero que hay que evitar es ponerse nervioso y pasar con la embarcación justo por donde acaece el festejo, pues, de actuar así, tal comportamiento conllevará que todo el mundo ponga pies en polvorosa, dejándoos con un palmo de narices.

pesca del bonito

 

En principio, basta con mantener las distancias y girar en torno al maremagnum para ir consiguiendo capturas, dado que el depredador no se verá incomodado por vuestra presencia en ningún momento. Por eso, en previsión de que podáis toparos con tan infrecuente acontecimiento, nunca está de más preparar una potente caña durante el trayecto de ida, debidamente acompañada de un no menos poderoso carrete, y rematar la faena con un popper de tamaño y peso generosos que lanzaremos a la zona en ebullición. A partir de ahí, más vale que os agarréis bien, pues el combate que a renglón seguido puede tener lugar será de los que tardaréis en olvidar.

Carrete para la pesca del bonito


La pesca del bonito, al ralentí

La actitud más idónea que podemos adoptar para que los bonitos entren francos a nuestras sokalas consiste en situar la velocidad de la embarcación a trote cochinero, es decir, sin prisa, pero sin pausa. De este modo impediremos que el mar escupa los señuelos con demasiada efusividad, mientras que, al mismo tiempo, los peces no tendrán que correr en exceso para echarles el lazo, aun contando con una anatomía perfectamente perfilada para cingar como auténticas centellas.

Por otra parte, el estado de la mar también tiene su importancia a la hora de ir tras los túnidos, pues éstos no suelen gustar en exceso de la marejada subida de tono, cuestión que a buen seguro os ocurrirá por igual, pues nunca es agradable tener que estar haciendo continuos esfuerzos por mantener la verticalidad ante el incesante vaivén de las olas.

Una verdadera gozada

A decir verdad, cuando coinciden diversos parámetros y la providencia termina por sonreírnos, cabe la posibilidad de terminar la jornada con un balance memorable, mas tal circunstancia es algo que se desconoce cuando se inicia la expedición.

No obstante, nunca conviene perder el ánimo, pues en el momento en que más despreocupados estemos, o bien cuando hayamos entablado una animada conversación, las chicharras de los carretes nos pueden anunciar con estrépito la existencia de vida al otro lado del aparejo.

[quote]Y es que, ¿alguna vez os habéis preguntado qué es lo que tiene la pesca que, cuales sean vuestras preocupaciones o lo que os traigáis entre manos, es capaz de hacéroslas olvidar por completo cuando llega un momento así?[/quote]

1 Comentario

Participa en la conversación
  1. kOTXEBAS
    #1 kOTXEBAS 12 julio, 2020, 12:15

    Buenos dias, estoy buscando carretes Penn Senator del 12 y parece misión imposible, podria alguien comentarme algo?
    Muchas gracias

    Contesta a este comentario