Wolly Bugger, una imitación indispensable para todo tipo de presas

Wolly Bugger, una imitación indispensable para todo tipo de presas

Wolly Bugger, una imitación indispensable para todo tipo de presas

por 27 de febrero de 2018 0 comments

Hoy vamos a hablar de una mosca que se encuentra entre las más conocidas y utilizadas de todo el mundo. Esta no es otra que la mosca Woolly Bugger.

Pocos, muy pocos, son los pescadores de mosca que no alberguen en sus cajas varias de estas moscas, en distintos colores y tamaños, o que no la hayan utilizado nunca. Posiblemente, la única excepción serán aquellos pescadores más “puristas” que solamente se dediquen a la pesca de la trucha con mosca seca, o tal vez aquellos que únicamente practiquen esta modalidad en el agua salada.

Para el pescador mosquero más polivalente, sin embargo, este patrón de montaje es uno de los que debería llevar siempre encima.

Mosca Woolly Bugger

La mosca Woolly Bugger

Este tipo de “mosca”, que algunos consideran una ninfa mientras otros la califican como un streamer, es para mí la perfecta combinación de ambos, ya que posee características comunes a las dos tipos de moscas.

No está muy claro qué es lo que imita la Woolly Bugger, aunque por su forma y movimiento en el agua se asemeja bastante a las ninfas de libélulas, pequeños cangrejos, algunos tipos de sanguijuelas, renacuajos y pequeños pececillos.

Como veis, una amplia variedad de organismos acuáticos pueden ser imitados mediante este patrón y es esta una de sus principales bazas, puesto que con una sola imitación abarcamos gran parte de la dieta alimenticia de las especies que pretendemos pescar con nuestro equipo de mosca.

Conozcamos algunas particularidades de esta mosca y por qué debería formar parte del arsenal de los mosqueros de mente más inquieta.

Historia de la Woolly Bugger

Son varios los pescadores a los que se atribuye la creación de la de este exitoso patrón y existe cierta polémica al respecto.

Por un lado, Mark Sosin, conocido pescador a mosca en agua salada creó a finales de los 60 las denominadas Blossom Flies, que no son más que una Woolly Bugger pero sin hackle alrededor.

Por otra parte, y prácticamente al mismo tiempo (de ahí la polémica), finales de los 60, Russen Blessing monta una serie de moscas similares, tratando de imitar unos crustáceos que habitaban los ríos donde solía pescar en Harrisburg, Pennsylvania.

Russen Blessing tomó como base para la creación de la Woolly Bugger otra gran imitación, la Woolly Worm, que también tenía atado hackle a su alrededor, en forma de palmer. A este modelo añadió una cola de marabou obteniendo el patrón que conocemos actualmente como Woolly Bugger.

Montaje de la mosca Woolly Bugger

Para montar la Woolly Bugger necesitaremos un anzuelo de streamer, esto es, de tija alargada, entre 4X y 6X de largo. Los tamaños de anzuelo más utilizados son del #8 y del #6, si bien podemos experimentar en otros tamaños. Más vale llevar un buen surtido de ellas para poder afrontar diferentes situaciones.

Respecto a los colores, personalmente los que más efectivos encuentro son el negro, oliva, marrón, naranja, amarillo y blanco.

Varios colores de la mosca Woolly Bugger

Para montarla empezaremos fijando el anzuelo en el torno de montaje, procediendo a continuación a plomarlo adecuadamente. Este punto es fundamental, puesto que el lastre cerca del ojal del anzuelo es lo que dotará a esta mosca de su irresistible movimiento (aunque podemos montar alguna sin lastre alguno, para ocasiones especiales).

A continuación procederemos a fijar cerca de la curvatura del anzuelo las plumas de marabou que conformarán la cola de la imitación. La longitud de la cola será la misma que la que presente la tija del anzuelo, para dotar a nuestra mosca de una correcta movilidad. También se le suele añadir a la cola algunas fibras de Krystal Flash o algún elemento similar para dotarla de un atrayente brillo.

Fijamos también en la parte trasera del anzuelo una pluma de hackle y el chenille, para proceder a enrollar hacia adelante el chenille primero, seguido del hackle, enrollado en palmer.

Tras esta operación, realizamos el nudo final, barnizamos la zona del nudo y ya tenemos nuestra mosca terminada.

Especies que podemos tentar con la Woolly Bugger

Estamos ante una mosca que, si bien no es muy utilizada en nuestras aguas para la pesca de salmónidos, es muy efectiva con grandes truchas, siendo una de las más utilizadas, por ejemplo, por los pescadores que tienen la suerte de lanzar sus líneas en el paraíso de la pesca
a mosca que es la Patagonia.

Para los ciprínidos es una mosca prácticamente imprescindible. Los barbos y, muy especialmente, las carpas están acostumbrados a buscar su alimento en el fondo y suelen identificar rápidamente este patrón con algo “comestible”.

Carpín capturado a mosca con la Woolly Bugger

Aunque no es una mosca específica para el black bass, ocasionalmente podemos obtener alguna captura del centrárquido con una Woolly Bugger. Sin embargo, si nuestro objetivo es buscarlo específicamente, existen mejores opciones a nuestro alcance. Lo mismo sucede con el lucio.

Son muchas las alegrías que me ha reportado, a título personal, la utilización de esta mosca, especialmente para la pesca de la carpa.

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