Noches inolvidables con la pesca de herreras a surfcasting

Las herreras, también llamadas mabras en zonas levantinas o erlas en zonas cantábricas, se pueden capturar durante todo el año, pero es en verano cuando acuden en masa a nuestras playas y es perfecto para pesca de herreras a surfcasting.

Se trata de una especie inconfundible por sus franjas verticales de color oscuro y su hocico puntiagudo. Se mueve normalmente en pequeños cardúmenes y se alimenta en fondos arenosos y aguas limpias, así que es muy sencillo verlas nadar en días de aguas tranquilas y transparentes, escudriñando la arena en busca de alimento en aguas poco profundas. Os aseguro que resulta muy gratificante.

Foto de humbertogacioworldfishing_com

Es muy común su captura en el Mediterráneo y también, aunque menos frecuente, en el Cantábrico y el Atlántico y se trata, sin duda, de una de las especies objetivo de los que practicamos el surfcasting.

Contenido del árticulo

Cebos para la pesca de herreras a surfcasting

Para tentarlas podemos usar multitud de cebos pero los que resultan más efectivos son los gusanos de cualquier tipo, pero os recomendaría la archiconocida «lombriz catalana», uno de los mejores cebos para el surfcasting y en especial para nuestra protagonista. Cuando merodean por nuestras playas no son necesarios complicados montajes. Bajo mi punto de vista, lo más acertado sería usar gametas con hilos no superior al 0,28 y anzuelos de tamaño entre el 3 y el 5. Y recordad que si pescamos de día, es muy útil usar fluorocarbono para gametas y bajos, ya que resulta casi invisible debajo del agua.

Algunos trucos para su pesca

Es un pez que está en continuo movimiento así que necesitaremos cubrir todas las distancias. Una caña lo más lejos posible y la otra cerca de la orilla. En cada lance acortaremos el lance de la primera y aumentaremos el de la segunda hasta dar con nuestras amigas. Pasados pocos minutos y tras la inactividad de nuestros punteros, volveremos a empezar porque «el que la sigue la consigue».

Un truco muy bueno para engañarlas es recoger unas vueltas de carrete cada pocos minutos y así provocar su interés. ¿Por qué?:

Una es el propio movimiento del cebo. Si están cerca y lo detectan se acercarán a investigar y no es raro que a los pocos segundos de haber arrastrado un par de metros nuestro cebo, se obtenga la picada.
Al mover el plomo por el fondo dejaremos surcos en la arena, como pueden hacer los cangrejos y otros animalillos, y cuando los detecten los seguirán para ver que se esconde detrás y ahí encontrarán nuestro engaño.

Respetar las tallas y difrutar la lucha

La talla más habitual capturada ronda entre los 200 y los 400 gramos, pero los días con suerte puedes hacerte con una que pase de los 500 gramos. Incluso se dice que se han visto de más de un kilo, y lo digo así, por que si bien es cierto, también cada vez es más difícil coger alguna que supere el medio kilo.

Su picada y lucha no son acordes con su tamaño y en ocasiones nos sorprenderemos cuando ya la tengamos en la orilla, ya que por la potencia en la batalla hubiéramos jurado que traíamos un pez de mayor porte. A diferencia de otras especies, ofrecen resistencia desde el primer hasta el último instante.

Sus carnes sabrosas y finas y su enérgica lucha hacen de la herrera una de nuestras principales especies deportivas, por ello podemos escuchar y leer como en muchas ocasiones, se las denomina con mucho acierto, «las princesas de la playa» (creo que todos sabemos cuales son las reinas).

[box size=»large» border=»full»]¿Cuál ha sido vuestra mejor pesquera de estas princesas?[/box]