Mitchell, una firma de carretes asociada al éxito

Mitchell, una firma de carretes asociada al éxito

Mitchell, una firma de carretes asociada al éxito

por 18 de julio de 2016 1 comment

En el mundo de la pesca existen marcar comerciales que llevan de manera inseparable asociada la palabra éxito a las mismas. Ocurre con grandes nombres como Rapala, Heddon, Gary Loomis y otras más que al ser nombradas se está haciendo referencia a marcas que revolucionaron el mundo de la pesca debido a los avances que supusieron para los pescadores y el prestigio y el trabajo bien hecho que supone adquirir uno de sus productos.

Una de esas marcas es la firma francesa Mitchell la cual fabrica carretes que, para la gran mayoría de los pescadores del mundo, son sinónimo de producto fiable y duradero. Utilizando un símil automovilístico, los carretes Mitchell serían algo así como los Ferrari en el mundo de los carretes.

Y no solo sus maravillosas creaciones, con las que se han venido sacando peces del agua durante años, fascinan a los amantes de la pesca, también su historia, la historia de cómo comenzó esta firma a producir carretes, es algo verdaderamente interesante.

Un viejo molino en los Alpes….

En 1816, en plena zona de los Alpes tuvo lugar el comienzo de esta aventura. En aquel año, un relojero llamado Jean Pierre Rossel, instaló su taller en un viejo molino de viento medio desvencijado. Años más tarde, dicho molino pasó a manos de Constant Carpano quien adaptó su pequeña industria para fabricar munición para el ejército francés durante la I Guerra Mundial. Cuando la contienda acabó, el taller volvió a sus encargos de relojería.

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Antigua publicidad de un clásico carrete Mitchell

Sin embargo, cuando murió el bueno de Constant, sus herederos decidieron dar un nuevo giro de tuerca a la empresa creando “Etablissements Carpano i Pons” y pasando a fabricar, no solo relojes, sino también productos para la pesca como carretes, cañas y señuelos.

Nace Mitchell, probablemente los mejores carretes del mundo

El despegue de la marca tiene lugar al acabar la II Guerra Mundial cuando a la sede de la empresa llega una propuesta para mejorar un carrete de pesca ya existente. El equipo de estudios de la empresa ideó un pequeño carrete que no difería mucho de los existentes pero que presentaba una innovación importante: el pick up. El nuevo carrete recibió el nombre de CAP y supuso una verdadera revolución en el mundo de la pesca. Dicho carrete, en vista de que el primitivo nombre no era muy comercial, fue rebautizado de nuevo con un nombre que pasaría a la historia de la pesca: El Mitchell 304, en honor a un hermano de uno de los dueños de la fábrica, llamado Michel y debido también a un intento por “americanizar” el producto.

Hasta ese momento, los carretes de pesca eran poco más que un simple depósito de hilo, pero el Mitchell 304 permitía lanzar señuelos a distancias considerables y recoger después el hilo de una manera rápida y ordenada.

El modelo 304 dio pronto el paso hacia un nuevo carrete más perfeccionado, el Mitchell 300, creado por el ingeniero Maurce Jacquemin, quien ideó un carrete prácticamente indestructible y que, con apenas un ligero mantenimiento, podría durar décadas funcionando a pleno rendimiento.

El despegue definitivo

La fama de los carretes franceses estaba comenzando a traspasar fronteras y, como es lógico, dicho prestigio llegó a oídos de los pescadores norteamericanos que pronto quisieron probar aquellas maravillas en sus aguas.

Así que Mitchell dio el salto hacia el nuevo mundo donde se impuso gracias a la visión de los comerciales y exportadores quienes demandaron a la firma que creasen carretes livianos y pequeños para ser utilizados en los ríos y lagos de Norteamérica, Australia y Nueva Zelanda y pronto aparecieron los modelos 305, 314 y 315 e incluso, se creó el modelo 307 específicamente para pescadores zurdos.

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Mitchell 306

En los años 60, se crea la serie 400, una serie de carretes de lujo, mucho más rápidos. Entre los años 1965 y 1975 se crean los carretes 700, diseñados para pescar a mosca y que derivarán en el modelo 710, un carrete de mosca automático que supondrá una verdadera revolución en este tipo de pesca.

La firma pasa a fabricar 100.000 carretes al mes y, tras la muerte de Pons, fundador de  “Etablissements Carpano i Pons”, se pasa a fabricar la brutal cifra de 12.000 carretes diarios.

Una piedra en el camino

Pero no todo iba a ser un camino de rosas para Mitchell. Después de que en la década de los 70 se convierta en una de las empresas más exportadoras a nivel mundial, la empresa da un nuevo giro.

Se lanza la serie de carretes 4400, construidos de manera diferente a como se venía haciendo desde hacía años. Aunque buenos carretes, la serie 4400 se separa de la tradicional forma de los Mitchell puesto que ya no presentan la forma redondeada de los primeros modelos y son decorados con colores negro y gris, en lugar del negro tradicional, además, los grabados de los carretes ya son hechos con ordenador lo que es tomado como una traición a las tradiciones de la firma.

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Mitchell 300 uno de los carretes históricos de la marca

Dicha serie se convertirá en un fracaso para la firma puesto que los pescadores amantes de los Mitchell reniegan de los nuevos modelos no son de su agrado.

Por ese motivo, en 1981 se contrata a Philiple Blime quien propone tres medidas para que la marca recupere la confianza perdida de los pescadores y que consisten en la renovación de sus productos, la reducción de costes y la dinamización de la distribución, se trata de modernizarse pero respetando la tradición al mismo tiempo.

En esta época verán la luz carretes como los “Excellence”, pero a pesar de todos los intentos, se decide que hay que abaratar costes y se decide llevar la producción a países asiáticos donde la mano de obra es más barata, al contrario que su competidor europeo, el español Sagarra.

Mitchell hoy

Poco queda de aquellos humildes orígenes en un viejo molino en los Alpes. Ahora, gran parte de la producción se realiza en Japón y se ha dado paso al plástico y componentes más ligeros y maleables dejando de lado el hierro en la fabricación de los carretes. Lógicamente, los carretes Mitchell siguen gozando de una buena reputación entre los pescadores de hoy en día, pero, al igual que sucede con otros carretes antiguos, los primitivos Mitchell gozan de un prestigio fuera de toda duda convirtiéndose en verdaderas joyas para los coleccionistas de carretes.

1 Comentario

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  1. FELIX HDEZ.
    #1 FELIX HDEZ. 26 febrero, 2017, 18:57

    BUENAS TARDES COMO CONSEGUIR REPUESTOS DEL CARRETE AVOMATCH 4000RD GRACIAS

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