La pesca de la raya, una captura excepcional
por Juan Urrutia 21 de agosto de 2012 0 commentsCuando uno se plantea la captura de grandes piezas en el mar la emoción surge mucho antes de comenzar a pescar. Nos corroe la incertidumbre, la duda sobre lo que nos deparará la noche. Lo normal es no tocar escama en mucho tiempo pero hay ocasiones, no muchas, en que el puntal mira con vanidad hacia el agua como si quisiera ver su reflejo, entonces nos hierve la sangre, se nos acelera el pulso y cogemos nuestra vara con una mezcla de alegría, emoción y miedo.
Contenido del árticulo
Conocer la raya
Es importante saber lo que se mueve bajo las aguas de nuestros pesqueros. El conocimiento de la especie impidió que cometiésemos alguna imprudencia que podría haberse saldado con graves lesiones (su boca trituradora y sus espinas venenosas son temibles). A pesar de ello una espina rozó mi dedo corazón y, aunque apliqué calor rápidamente, lo cual inactiva el veneno, las dos primeras falanges permanecieron dormidas durante un par de días. Esta experiencia fue prueba inequívoca de que siempre hay que llevar los útiles necesarios cuando se busca un gran pez, pues nunca se sabe lo que puede salir de las profundidades marinas para atacar a nuestra humilde sardina
La pesca de la raya suele ser accidental
Son numerosas las especies de este pez, cartilaginoso y pariente cercano de los tiburones, que habitan nuestros mares. Sin embargo su captura suele ser accidental, caen en engaños destinados a otros peces y son responsables de muchas picadas de infarto, pues algunas rayas alcanzan grandes tamaños, que no llegan a buen término, saldándose con el aparejo roto y un pescador que se preguntará siempre qué fue lo que partió el sedal.
Cómo pescar la raya de forma habitual
Sencillamente, en el Cantábrico no se puede, no resultaría productivo, por muy apetecible que sea su carne, dedicar nuestras jornadas a la pesca de la raya. Sin embargo, hay lugares donde su captura esporádica –quizás algo más frecuente que en otros pesqueros- puede proporcionarnos emoción a raudales y, si conocemos uno de esos sitios, deberemos adecuar nuestros aparejos y equipos para que, en caso de engañar algún buen ejemplar, podamos llevarlo a tierra.
Los cebos que pueden tentar a la raya
Así como la raya no destaca por su gran vista, si lo hace por un extraordinario sentido del olfato y se sentirá atraída por cualquier cebo de origen cárnico. Entre estos destacan los grandes gusanos como el americano. También moluscos sin valvas como la navaja y los mejillones nos darán resultado así como la universal sardina. Además, el uso de estos cebos también puede depararnos otras capturas de porte.
Equipo y aparejos
Resulta común el uso de equipos muy potentes cuando pescamos desde playa o espigón, más por la necesidad de lanzar grandes pesos que por las posibles capturas de talla. A consecuencia de ello nuestra caña habitual de surfcasting y su correspondiente carrete (siempre que éste sea capaz de albergar una cierta cantidad de sedal de buen calibre, quedan descartados los de competición) nos servirán perfectamente.
El cambio más importante estará en las gametas y en la línea madre. Respecto a las primeras, debido a los dientes de la raya, planos y altamente abrasivos, aumentaremos su grosor llegando al 0,35 o 0,40 para evitar roturas, además, no es precisamente un pez receloso al que nos enfrentamos.
En cuanto a la línea madre, al no vernos obligados a realizar grandes lances para alcanzar nuestro objetivo (se acercan mucho a la orilla durante la noche), prescindiremos del puente de línea y usaremos los mismos grosores que los aconsejados para las gametas. Los aparejos casi no hace falta describirlos: el clásico plomo corredizo o, si lo preferimos, el paternóster de toda la vida con gameta larga para que el cebo repose cerca del fondo, cosa imprescindible en esta pesca.
[quote]Como veis no resulta necesario un desembolso extra, cualquier equipo destinado a la pesca fondal sirve.[/quote]
Y tú, ¿te atreves con la raya?
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