La pesca del barbo gitano a mosca

La pesca del barbo gitano a mosca

La pesca del barbo gitano a mosca

por 8 de mayo de 2017 0 comments

Si hay un pez que ha ganado adeptos en los últimos años en España es el barbo. La pesca del barbo la hemos practicado siempre, pero recuerdo cuando empecé en el mundo de la pesca que estaba en general en la cola de los peces “mediáticos”, detrás de truchas, lucios, basses o incluso su “prima” la carpa. ¿Qué ha cambiado? En estas dos últimas décadas la pesca a mosca ha crecido exponencialmente. No todos tenemos acceso siempre a pescar truchas, lo que ha hecho que probemos y pesquemos cada vez más especies a mosca y el barbo se ha vuelto imprescindible para muchos mosqueros.

El bonito barbo jitano

Una de las especies más “bonitas” de pescar con cola de rata es sin duda el barbo gitano. No será tan grande como el comizo, ni tan abundante como el común ya que sólo le encontramos en la cuenca del Guadalquivir, Segura y en los ríos de la margen derecha del Guadiana en Badajoz y Huelva, pero sus costumbres, su hábitat y sus picadas a mosca le hacen más que atractivo.

Aunque leerás en muchos sitios que se pueden pescar ejemplares de hasta un metro de longitud, lo normal es conseguir piezas de entre 30 y 60 centímetros. Eso sí, su comportamiento gregario hace que si consigues una picada y eres bastante hábil y sigiloso puedes conseguir varias piezas en una misma tabla. Este es el otro gran aliciente, aunque bajan y puedes encontrarlo en embalses, lo bonito del barbo gitano es que su hábitat natural son los cursos medios, las aguas claras y corrientes rápidas con fondos pedregosos o de gravas de los ríos.

El perfecto hábitat del barbo gitano

El barbo rey de los pequeños ríos del sur

Extremadura y Andalucía están plagadas de decenas de cursos de agua menores, que en años tan buenos como estos llevan aguas claras al Guadiana o al Guadalquivir. Son, además, ríos que cambian radicalmente a lo largo del año. En buenas primaveras, como han sido las últimas disfrutaremos de preciosos ríos con agua abundante y transparente, un paraíso para el pescador y el barbo.

Y es que en todos esos ríos la mayoría con nombre de origen árabe, el barbo es el auténtico dueño. A diferencia de los embalses donde compite con basses, lucios o voraces percasoles, estos no suben a los tramos medios, ni tampoco tienen la resistencia del “gitano” que aguanta en pozas casi sin oxígeno los rigores de los peores veranos, lo que hace que nos encontremos con ecosistemas “intactos”. Y es que el nivel de los ríos sufre cambios radicales en pocos meses y por eso hasta que el estío pase su ecuador y las aguas dejen de correr libremente tenemos una oportunidad enorme para su pesca.

Ninfas y moscas secas en la pesca del barbo

Aunque la pesca del barbo se puede llevara acobo todo el año, a principio de primavera empieza una de sus mejores épocas, a medida que se calienta el agua y los días van siendo más largos, el barbo gana en actividad. Su desove es tardío, pero mi experiencia en una media docena de ríos del sur es que suele terminar en mayo o a primeros de junio. Es época de ninfas de distinto tipo. ¿Cuál es mejor? Todas y ninguna. Siempre llevamos una gran cantidad y debemos usar la que más se asemeje a las que veamos en la orilla.

Si el río está crecido en esos días, podemos utilizar imitaciones de pequeños cangrejos o de otros invertebrados “terrestres” que son un suculento alimento para el barbo, eso sí, si el agua está muy turbia las picadas serán menores o inexistentes.

Si vamos en esta época en las que el calor ya aprieta unos consejos:

  • El mejor momento el atardecer y la primera hora de la mañana, las horas de máximo calor ni son tan activas para los peces y el riesgo de un golpe de calor para el pescador es enorme.
  • Es el momento de la mosca seca, con aguas claras, modelos negros que imitan a hormigas aladas suelen funcionar muy bien, si el agua está muy turbia o si no entran estas, aconsejo utilizar modelos más de fantasía
  • Localiza bien al barbo, son fundamentales unas buenas gafas polarizadas.
  • A medida que transcurre el verano los cursos se interrumpen, habrá que abandonar las tablas e irse a pozas profundas, mucho cuidado con los escalones y sumergirse en tramos donde no vemos el fondo. Lanza a distancia y con moscas de más tamaño que faciliten la visibilidad para el barbo.

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