Para muchos la palabra charca puede no decir mucho, pero especialmente para los pescadores extremeños y de buena parte de Castilla y León y Andalucía, se convierte en un lugar extraordinario para practicar nuestra afición preferida, la pesca.
El origen de las charcas es muy diverso. La mayoría de ellas buscaban retener el agua de pequeños cursos de agua de invierno y primavera para poder aprovecharla cuando no abunda, siendo su principal fin el ganadero. Pero desde hace muchos años en la mayoría de ellas el uso estrella es la pesca con una especie reina, la tenca.
La charca es esencialmente un lugar de pesca de ciprínidos: tencas, carpas, carpines… A fondo, con veleta clásica, pesca inglesa, al coup. Lo cierto es que siendo marginada en muchas zonas frente a las grandes masas de agua, esos embalses del Guadiana y Tajo repletos de depredadores como el Lucio o el Black Bass, cada día va recuperando adeptos y en muchas zonas (Cáceres, Tierra de Barros…) es el lugar preferido para cientos de pescadores.
Razones de éxito
¿Por qué la charca cada vez atrae a más pescadores? Pues precisamente estos últimos tienen la culpa. Una gran mayoría de las charcas están siendo gestionadas por sociedades de pescadores, en Extremadura bastantes son cotos con precio muy reducido para sus socios, pero también sumamente económicos para los que no pertenezcan a las mismas.
Allí los pescadores encontramos un lugar tranquilo para la pesca, con la limitación “exógena” del verano y las horas centrales del día.
Que hace a la charca un sitio de pesca excepcional
Para mi la charca es atractiva por muchas razones:
Entornos limpios y cuidados:
La mayoría, con mimo, tanto sus riveras con puestos de pesca y en la mayoría accesibles para todos los pescadores. Que decir de los fondos, el gran problema es la acumulación de cieno, por lo que frecuentemente se suelen vaciar y drenar mejorando la pesca.
Cerca de casa:
Especialmente en Extremadura son muchas localidades las que tienen a pocos kilómetros su propia charca. Esto nos permite que a diferencia de otras modalidades de pesca no desplazarnos muchos kilómetros para disfrutar de nuestra afición.
Control de capturas:
La gestión de ríos, embalses o en este caso charcas consorciados están dando un gran resultado como regla general. La charca nos permite incluso una mejor gestión al ser masas menos extensas en las que controlar poblaciones que suelen incrementarse muy rápidamente (carpines, por ejemplo) a favor de otras especies como la carpa o la tenca.
Enseñar a los más pequeños:
Es el mejor lugar para iniciar a los más pequeños, especialmente en pesca con veleta. Pesca sencilla, pequeñas capturas… que animarán a nuevas generaciones a practicar nuestro bello deporte.
La Tenca:
En mayúsculas. La belleza de este pez y de su pesca enamora y en la charca encuentra su mejor hábitat. Sólo por ella, merece la pena alguna salida al año a la charca.
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