La historia de esta publicación comienza cuando Eufemio nos envía un email contándonos una de sus jornadas de pesca. Una historia, como la que seguro muchos aficionados a la pesca habrán experimentado y con la que seguro os identificareis. El caso es que Eufemio la cuenta con tal detalle y pasión que queríamos compartir la con todos nuestros lectores.
Por lo que, acto seguido de leer la historia, le enviamos un email solicitando permiso para publicar su historia, pidiéndole además que nos contara un poco más de el, como pescador, y del sitio donde transcurre la historia.
El caso es que no solo vamos a publicar la historia, si no también el email que nos manda dándonos permiso. Ya que, para nosotros, Eufemio representa lo que entendemos que debería ser la afición a la pesca
Permiso para publicar la historia de pesca
Esto es lo que nos contesta:
«Hola amigos de Coto de Pezca,
Me habéis dado una gran alegría al contestar mi relato. Por supuesto, podéis publicar mi historia y todas las que os escribiera.
Pesco desde los ocho años, siempre en los mismos lugares, por los rompientes de gran altura en la costa vasca, principalmente los situados entre Bermeo y Lekeitio, donde sucedió ayer lo narrado.
Esa zona, siempre ha sido en mi experiencia, generosa en capturas, pero muy peligrosa en su acceso, sobretodo cuando llueve y la mar en ese lugar puede ocasionar malas pasadas. De hecho, la ultima victima, fue un joven pescador hace dos años y anteriormente un amigo mío, por un golpe de mar.
Pesco, principalmente con cebo vivo, bogas, camarones, angulas, o gusanas que yo mismo recolecto en la marea baja, en un arenal cercano. Pesco mucho a corcho, de noche y cuando mas mar hay. También a spinning, principalmente lubinas, con señuelos de vinilo y rapalas que yo mismo fabrico.
Si, tengo fotos de algún lugar cercano, en la costa de Lekeitio, aunque no de ese lugar, en el cabo de Ogoño.
No es la primera vez, que se me marcha alguna gran pieza ahí. Hace 15 años tuve otra experiencia idéntica, con otra pieza, aunque no se lo que era, ya que no podía acercarme de noche a la orilla por las grandes olas que barrían las piedras, pero la lucha, también fue brutal y al final, quede exhausto casi sin respiración, del combate. Finalmente, el aparejo rozo una piedra y se rompió…
También pesco mucho en rio y embalse y todo lo que sea relacionado con la pesca en cualquier modalidad, aunque mis especies favoritas, por la diversión que ofrecen en su captura, sean la lubina y los sargos.
Tengo 60 años y creo que ya alguna experiencia en este maravilloso deporte. Os enviare las fotos que pueda realizar en mis constantes salidas, también, os invito a participar, en alguna de ellas. Buena pesca.»
Eufemio, lleva toda una vida pescando, conoce y respeta el mar, pesca con cebo vivo y artificial que el mismo fabrica. Le encanta compartir sus historias y sus conocimientos y abierto a compartir jornadas de pesca. En resumen, representa todo los que nos gusta de la pesca deportiva.
Un buen lugar para spinning y sargos entre Bermeo y Lekeitio
La historia de pesca
Este es un fragmento de su historia de pesca:
«Ayer noche 23 de noviembre, finalmente se me marcho una de las tres piezas más grandes que he clavado en treinta años tras una lucha brutal, en un lugar de gran altura de nuestra costa.
Cambie el anzuelo para poder sacar alguna pieza de las pequeñas que me estaban picando, poniendo uno del nº 5, (creo eran pequeños sargos, de no más de medio kilo, ya que antes del cambio, había clavado uno y por la fuerza que hizo, calcule ese peso)…, y entro la gran pieza, seguido, nada más tocar el agua el cebo.
La hundida del corcho, fue impresionante y comienzo la lucha. No tenia forma de acercarme por la gran altura donde me encontraba. Creo era una gran lubina o un salmón, lo digo por el cebo que utilizaba, que era camarón vivo. Lamenté no haber llevado mi sacadera portuguesa.
Lo mejor, que nunca ya olvidare, fue su brava lucha. Me dio algo de pena, pero asumí lo que iba a ocurrir y me sorprendió que se marchara, cuando estaba a penas a unos metros de poder acceder a la pieza y ya estaba cediendo en su lucha titánica. Se soltó, sola sin hacer ninguna fuerza, por mi parte. No pudo ser.
El gran pez, posiblemente de más de ocho kilos, por la fuerza que ofreció, quedo libre. Otra vez será, pero lo mejor, más que capturarlo, fue la noble batalla que ofreció. Posiblemente, un gran salmón, por el lugar de la mar en que me encontraba, ya que he clavado alguno mas pequeño, que naturalmente he devuelto al mar. Otra vez será. Saludos.»
Como veis, se cumple la norma «Nuestra mejor captura es la que siempre nos escapa» por que nos ha permitido disfrutar de la lucha y nos permite imaginarla como la captura que todos queremos pescar.
Gracias Eufemio por este rato tan agradable y esperamos muchas mas historias tuyas.
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