Aguas frías, ríos crecidos y miles de aficionados que llevan meses esperando el mágico momento de la apertura de la veda. Es el momento del cucharillero, el incondicional de la mosca seca tendrá que esperar un poco o pescar a ninfa y streamer.
No somos pocos los que cada año preparamos nuestros equipos, a veces con exagerada antelación, para enfrentarnos al reto, cada vez más difícil, de hacernos con alguna pintona.
Las mejores poblaciones de este salmónido las encontramos en Galicia (donde además podremos tentar al reo), León, Asturias, Navarra y Huesca. Los dos últimos lugares destacan por la belleza de sus ríos y el tamaño de las truchas que en ellos viven.
¿Cucharilla o pez artificial?
La elección está clara: los dos. Si bien la clásica cucharilla giratoria es una apuesta segura que nos permitirá afrontar cualquier situación de pesca variando su tamaño, peso y forma de la pala, los mayores ejemplares de trucha suelen capturarse con peces artificiales de entre cinco y siete centímetros, e incluso algo más grandes, estando el límite en nueve.
Cucharillas
Las más comunes, del uno al tres, con pesos de entre cuatro y ocho gramos, serán nuestra elección en colores plata, oro y cobre. Si la trucha es de repoblación, aunque sea común, no estará de más incluir alguna cucharilla adornada con un pequeño penacho rojo en el triple.
En cuanto a la pala, usaremos la de hoja de olivo (ahusada) para las corrientes y la de tipo “Colorado” (más ancha y redondeada), para aguas remansadas y grandes ríos o pantanos.
Peces artificiales
Con estos señuelos buscaremos grandes y desconfiadas truchas, por ello elegiremos libreas y tamaños lo más parecidos que nos sea posible a los peces-pasto del lugar.
Una técnica acertada es la de lanzar río abajo y recoger el señuelo dando tirones relativamente largos con brevísimas pausas. Haremos pasar el pez junto a los apostaderos de la trucha (rocas, troncos sumergidos…) imitando a un pequeño piscardo o a una madrilla que se alimenta en la corriente. La trucha, que se encontrará de cara a ésta y tras los obstáculos sumergidos, saldrá rápidamente para atacar si aquello que ve le parece realmente una presa.
El equipo
La caña ideal para esta técnica medirá entre un metro ochenta y dos diez y su peso de lance oscilará entre los 5-15 y 7-28 gramos. Una acción de punta o media-punta muy progresiva nos ayudará a lanzar cómodamente y con precisión, además de absorber los tirones del pez.
El carrete, un tamaño mil, a poder ser con dos bobinas y freno de fino ajuste, irá cargado con sedal de veinte centésimas, no más de veintidós. En la bobina de recambio llevaremos una línea más fina, sobre las dieciocho centésimas. En verano tal vez tengamos que afinar más, pero ahora no es preciso.
Por último, unos discretos giratorios de tipo italiano evitarán que las cucharillas torsionen el hilo y agilizarán el cambio de señuelo.
Productos recomendados:
– La cucharilla Dotty de Evia es sumamente polivalente, permitiéndonos pescar tanto en aguas de cierta corriente como en remansos y pozas sólo variando su gramaje.
– Cucharilla Water de Evia: es todo un clásico para aguas rápidas. Junto a la anterior cubre las principales necesidades del pescador truchero.
– El señuelo minnow Perla de Yokozuna es idóneo para pescar aguas abajo o para tentar a la trucha en ríos pequeños.
Y vosotros, ¿habéis utilizado estos productos? ¿Qué resultado os dan?
1 Comentario
Participa en la conversaciónmuchas gracias por una informacion que no savia pero la probare ya os comentare algo ayer hice lo mismo y con lo que se y lo que voy probando hoy e cojido 3 tarugos uno de:2,300 otro de 1,900 y otro 1 ,400 lo mas bonito y dificil esque el agua estaba cristalina y los veia al mismo tiempo que ellos a mi eso si como siempre compañeros y compañeras pescadores captura y suelta para que otro o mejor dicho cualquiera de vosotros disfrute como yo hoy muchisimas gracias por los consejos buena pesca chao compañeros