Buscando lecturas de pesca

Buscando lecturas de pesca

Buscando lecturas de pesca

por 9 de octubre de 2018 4 comments

A los que vivimos con pasión la pesca nos gusta ver películas sobre las aventuras de pescadores, emocionarnos viendo cuando capturan un buen un pez, o cuando van detrás de una especie que nunca hemos capturado nosotros, e identificarnos con el fracaso y la alegría de los personajes. Algo que podemos aplicar a las lecturas de pesca.

Juegos de ingenio, una lectura de pesca apasionante

Todas esas sensaciones las queremos sentir los que preferimos un libro en lugar del cine sin embargo pareciera que no hay muchos escritores que quieran escribir historias sobre la pesca. Son escasos los relatos y libros en los que encontremos una buena dosis de pesca. Hacen falta más historias tan emocionantes como la de “El viejo y el mar” de Ernest Hemingway, en la que su protagonista, un pescador anciano, que tiene varias semanas saliendo en su barca sin conseguir que le pique ni un solo pez, se lleva una sorpresa al  encontrarse cara a cara con un enorme pez espada que le da la batalla de su vida.

Pez Tarpón

Para mi grata sorpresa me topé con un relato de pesca, digno de elogios, en el libro “Juegos de Ingenio” de John Katzenbach. La narración me dejó enganchada por su prosa ágil y descriptiva, y porque la protagonista es una escritora de acertijos que se enfrenta con tesón a un recio pez. Me parece genial que el escritor incluyera una escena de pesca en un libro que cuyo tema no es la pesca en lo absoluto.

Descubrir la belleza de la pesca

Todo comienza cuando Susan Clayton sale al amanecer en su barca navegando durante media hora a toda velocidad, hasta asegurarse de estar lejos de la visibilidad de la gente. Apaga el motor en unos islotes y canales en donde cualquier inexperto se perdería, y en aquella soledad se desnuda para tomar el sol. Solo se escucha el chapoteo del agua contra el casco de la embarcación. Hasta que oye a un pez cazando y decide pescar. Copia una selección de algunos fragmentos:

“Extrajo las dos cañas de sus soportes, las dejó a mano, cogió la pértiga y trepó a la plataforma de popa… Poco a poco, sirviéndose de la larga vara de grafito, maniobró para impulsar la lancha por el agua poco profunda… Hundió la pértiga en el agua silenciosamente, y la lancha continuó su avance.

—Vamos, peces —dijo en voz alta—. ¿Hay alguien aquí esta mañana?

Lo que vio la hizo inspirar con fuerza y mirar dos veces para confirmar su primera impresión.

Portada de «Juegos de Ingenio»

A unos cincuenta metros, nadando en un paciente zigzag en aguas que no llegaban a un metro de profundidad, estaba la inconfundible silueta en forma de torpedo de un tarpón grande. Medía cerca de dos metros de largo, y debía de pesar más de cincuenta kilos. Era demasiado voluminoso para estar en el bajío, y tampoco era temporada… Éste era un pez grande, fuera de lugar y de tiempo, que iba directo hacia ella. Rápidamente hincó la punta aguzada de la pértiga en el fondo arenoso y ató una cuerda al otro extremo, de modo que sujetase la lancha como un ancla. Con cautela, bajó de un salto de la plataforma y agarró la caña para pescar con mosca, cruzó la embarcación y subió a la proa en un solo movimiento. Alcanzó a ver la enorme mole del pez antes de que se sumergiera, propulsado inexorablemente por la cola en forma de guadaña. De cuando en cuando, el sol le arrancaba algún destello al costado plateado del animal, como explosiones submarinas. Soltó hilo. La caña que empuñaba era más adecuada para un pez diez veces más pequeño que el que nadaba hacia ella. Tampoco creía que el tarpón fuera a tragarse el pequeño cangrejo artificial sujeto al extremo del sedal. Aun así, eran los únicos instrumentos que llevaba que podrían dar resultado y, aunque el fracaso fuera inevitable, quería intentarlo… Cuando el animal estaba a veinticinco metros, se dijo: «Demasiado lejos todavía.»

Cuando estaba a veinte, pensó: «Ahora estás a mi alcance.» Echó hacia atrás la caña ligera y semejante a una varita, que lanzó al cielo un leve silbido mientras el sedal describía un arco extenso sobre su cabeza. Sin embargo, se obligó a esperar unos segundos más. El pez se encontraba a quince metros de ella cuando soltó el hilo con un pequeño gemido y lo observó volar sobre el agua, ponerse tirante y finalmente posarse sobre la superficie, al tiempo que el cangrejo de imitación caía al agua a cerca de un metro del morro del tarpón. El pez se abalanzó hacia delante sin dudarlo. La súbita acometida sobresaltó a Susan, que soltó un gritito de sorpresa. El pez no sintió el anzuelo de inmediato, y ella tragó saliva, esperando, mientras el sedal se le tensaba en la mano. Entonces, con un alarido, tiró de él con fuerza, echando la caña hacia atrás y hacia su izquierda, en dirección contraria al pez. Notó que el anzuelo prendía. Ante ella, el agua estalló y surgió una masa de blanco plateado. El pez se retorció una vez, reaccionando al insulto del anzuelo; Susan vio las fauces abiertas del tarpón. Acto seguido, el animal dio media vuelta y se alejó a toda velocidad, en busca de aguas más profundas. Ella sostuvo la caña por encima de su cabeza, como un sacerdote con un cáliz, y el carrete empezó a emitir chillidos de protesta mientras de él salían metros y metros de un hilo fino y blanco… Susan sentía la energía del tarpón palpitar a través de la caña…

La lancha había virado, arrastrada por el pez… Advirtió que ya no quedaba sedal en el carrete, y pensó: «Ahora es cuando pierdo esta batalla.» Entonces, para su sorpresa, el pez volvió la cabeza a pesar de todo. Ella vio un geiser elevarse a lo lejos cuando el tarpón se lanzó hacia  el cielo, para cernerse en el aire, retorciéndose al sol, antes de caer al agua con gran estrépito. Susan se oyó a sí misma proferir un grito, pero esta vez no de sorpresa, sino de admiración. El tarpón siguió saltando, girando y dando volteretas, agitando la cabeza adelante y atrás mientras se debatía en el extremo del sedal.”

El relato sin duda nos sumerge entre las serenas aguas para tirar de la caña junto a Susan. Si quieren leerlo completo déjenme un comentario y se los enviaré con gusto. Y si les gusta la novela negra recomiendo que lean el libro completo. Una hurra por historias como estas y sólo pedimos que se escriban más.

4 Comentarios

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  1. Plaza
    #1 Plaza 11 octubre, 2018, 22:29

    Lo poco que he leido me ha parecido fascinante, y si el reesto del libro es así, será digno de leer. Un saludo y espero que historias como esta sigan ilustrándonos en el arte de la pesca y sus historias.

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    • Jhoanna Bolívar
      Jhoanna Bolívar 15 octubre, 2018, 13:54

      Hola, Plaza, gracias por tu comentario. Si que vale la pena leerlo, tiene una prosa narrativa muy descriptiva y entretenida, y si te gusta la novela negra esta te va a enganchar. Si quieres me escribes por las redes sociales y te envío el capítulo entero en pdf. Saludos !!

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  2. Grillo Pescador
    #2 Grillo Pescador 11 octubre, 2018, 19:44

    Excelente artículo, por supuesto que trataré de comprar ambos libros.
    También lei un libro donde se relata la pesca de un gran siluro, (el devorador de hombres) en el Nilo. El libro se llama «Aventuras en África» dse Tim Quatermain. Lo compre en Amazon.es
    Es sumamente descriptivo en la previa y bastante emotivo durante la pesca, me hizo recordar al «Viejo y el mar». cuando el viejo pescador tiene un diálogo con su pez y ´ñeste lo tiene con el monstruso pez.

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    • Jhoanna Bolívar
      Jhoanna Bolívar 15 octubre, 2018, 13:59

      Hola, Grillo, muchas gracias.
      Te aseguro que disfrutarás las lecturas.
      El libro que comentas no lo he leído pero me encantaría, es bueno saber que hay buenos relatos de pesca!! Excelente!
      Un saludo cordial.

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