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5 Consejos para la pesca de la lubina en todas sus modalidades

por Toni Martinez 18 de junio de 2013 12 comments

Si hay un pez del que siempre decimos que ya está todo escrito, pero del que se seguirán escribiendo mil y un artículos, ese es el róbalo, también conocido por llobarro, robaliza o lubina. Eso conlleva que sea con toda probabilidad la especie más buscada y presionada de nuestras costas. Cualquier modalidad es válida para la pesca de la lubina, sea a surfcasting, spinning, boya o curricán. Es una especie agradecida que se adapta a todos los ambientes marinos y además podemos pescarla todo el año.

Pero claro, cada día, pescar un buen ejemplar de lubina cuesta más sudor y más aún para esos aficionados que empiezan a engancharse a este sano deporte. Las tenemos muy cerca de casa, en puertos, desembocaduras y demás zonas urbanas, pero cada vez son más recelosas, y más contra más quietas y limpias estén las aguas.

Desde Coto de PeZca vamos a dar una serie de consejos que ayudarán a engañar a algunas lubinas más, sobretodo en esos ambientes más presionados, pero donde las lubinas habitan y se mueven con asiduidad, y con esos ejemplares que como se suele decir, “saben latín”. Sea cual sea vuestra modalidad de pesca, atentos a estos consejos para la pesca de la lubina.

1) Hilo fluorocarbono sí o sí

Los materiales de pesca cada día son más sofisticados y el flurocarbono que comenzamos a conocer los amantes del spinning hace unos años, en nada se parece a los que ofrecen las marcas hoy día. Diámetros cada vez más finos e invisibles con mayores porcentajes de resistencia y rotura al nudo y de una ductilidad total. Tanto si lo queremos utilizar como línea madre o de bajo para nuestros trenzados, el fluorocarbono, actualmente es un compañero inseparable de nuestro carrete y hará que las lubinas no recelen ante nuestros señuelos. Un diámetro de nylon grueso, de color llamativo o un trenzado harán recelar a esas lubinas que ya están cansadas de ver nuestra presencia y nuestros señuelos en sus apostaderos. Así que nos aliaremos con los avances que nos ofrece nuestro deporte y nos haremos con un buen fluorocarbono para conseguir que piquen esos desconfiados ejemplares.

2) Señuelos paseantes mudos

Las lubinas, como todos los peces se guían por su línea lateral para localizar sus presas y la incorporación de sonidos a los señuelos con sus diferentes bolitas internas, es muy común en casi todos los señuelos. Pero las más desconfiadas no se fían de esos señuelos tan ruidosos. Los paseantes son unos de los señuelos más eficaces en la pesca de la lubina, y una de las opciones más divertidas, así que no dudes en buscar modelos sin sonido, mudos, que tan solo zigzagueen las aguas, para llamar discretamente la atención del róbalo, que no dudará en atacar semejante y sutil intruso. A menudo, en la pesca de superficie, es más importante este detalle que no el de los colores que tan de cabeza trae a tantos pescadores.

3) Vinilos sin plomar para la pesca de la lubina

Ahora están de moda, pero los que pescamos también el bass, llevamos muchos años utilizando vinilos en el mar con excepcionales resultados. A la lubina les encanta, y más esos modelos que imitan pececillos, lanzones y angulas. En el mercado hay infinidad de marcas con imitaciones cada día más logradas: Yokozuna, Hart, Delalande,Savagear, Berkley, Shakura,… sin olvidar las destinadas al bass en agua dulce. Es obvio que para pescar en zonas muy profundas o alcanzar grandes distancias hay que echar mano de las cabezas plomadas en todas sus formas, pero aquí de lo que se trata es de montar estos vinilos con sutileza para pasar los cerca de pantalanes, rocas, cañizares,… con montajes Texas o con anzuelo simple en cabeza. Lo importante es que la imitación se mueva suave y sin demasiados ruidos… la picada estará asegurada. Un nylon o trenzado finito nos ayudará a lanzar bastante lejos nuestro sugerente vinilo. Es una pesca fina y de mucho tacto que cuando la pruebas repites.

4) Asticot de cebo

 ¡Como lo oís! Otra aportación del agua dulce al mar. Muchas especies de mar se vuelven locas ante este cebo carpero. Y la lubina no podía ser menos. Muchos aficionados son incrédulos hasta que una buena pieza se traga un par de gusanitos de la mosca y cambia rápidamente de opinión. Ya sea al coup, boloñesa o a la inglesa, en las aguas cerradas de un puerto e incluso en zonas rocosas no demasiado removidas, las lubinas aceptarán de muy buen grado un cebado a base de harinas de pescado junto a bolas de asticot (existe una cola especial para este cebo que los aglutina para este menester), y tan solo deberemos poner tres gusanitos en un pequeño anzuelo del 12 al 16 para esperar como se hunde nuestro flotador para alegría nuestra y de un trabajo bien hecho. Como veis no solo la sardina o una quisquilla viva son cebos exclusivos para a  pesca de la lubina con flotador. Las lubinas recelosas de los puertos no saben decir que no a este cebo.

5) Un cebo vivo en la pesca de la lubina para cada ambiente

 Al surcasting, la pesca con cebos vivos para capturar grandes y desconfiados ejemplares es toda una tradición. Pero no basta con prender un pequeño pececito del anzuelo. Hay que tener en cuenta qué come la lubina en tal o cual zona y cuáles son sus especies de caza preferidas. Quizás un pequeño mújol es un comodín para todas las aguas, pero en zonas rocosas un pequeño gobio de roca o un raspallón serán especies muy apetecibles. En puertos, el mújol y el jurel son sus presas más buscadas y en zonas de desembocadura y salidas de canales al mar, buscarán con ahínco a los mújoles y  a los carpines que arrastra la corriente. En el Norte, los aguaciosos o lanzones, son terribles para pescar grandes ejemplares en zonas de arena. En muchas ocasiones, estos cebos serán los únicos que harán picar a esas lubinas tan presionadas cuando pescamos a fondo o a surfcasting.

No quisiera acabar sin hacer un pequeño apunte a favor de esta especie. En toda  la costa peninsular y más en los tiempos que corren, la lubina es la especie más buscada ya que genera ingresos extras en muchos hogares, profesionales o no. Cada vez más esquilmada, a pesar de estos abusos que parecen no tener fin, en muchas zonas, se siguen pescando y reproduciendo ejemplares cada temporada, y a menudo en buena cantidad, lo que nos lleva a la conclusión, de que es una especie que gracias a su adaptabilidad a todos los ambientes y a su alto grado de supervivencia por si carácter omnívoro, podría mantener unas poblaciones extraordinarias si se la respetara como se merece. Matar ciertos ejemplares en ciertas épocas, en cantidades vergonzosas, no nos llevará más que a la extinción de una especie altamente deportiva con las consecuencias terribles que eso tendría para el futuro de nuestro deporte.

Y tú, ¿eres de los que retan a las lubinas? Aprovecha para contarnos tu mejor captura lubinera.