Cada vez que llegamos a la orilla de nuestro pantano o río favorito muchos nos hacemos las mismas preguntas básicas ¿Dónde se esconderán los lucios hoy? ¿Qué utilizo? ¿Cómo los busco?
Por supuesto, para dar respuesta a estas preguntas habrá que tener en cuenta más de un factor, y con la intención de asentar unas bases que puedan ser útiles en la mayoría de situaciones y/o lugares, este artículo está dividido en tres partes: Localizaciones, señuelos y condiciones del entorno. La primera parte referente a las localizaciones ya fue publicada en su momento, el artílculo «Buscando lucios, en 3 claves» , y por tanto hoy nos centraremos en la segunda, la elección de los señuelos.
A pesar de vivir en el siglo XXI, donde ya nada tiene límites (al menos esa es la apariencia), seguimos sin tener “el señuelo definitivo”, ese que lo pesque todo, en todas las condiciones, sean las que sean. Es precisamente por ese motivo por el que en una misma jornada podemos llegar a cambiar decenas de veces de imitación, llegando a entrar en un bucle sinfín que nos acaba volviendo locos.
No pretendo con los consejos que en este artículo voy a exponer, presentar unas normas que funcionen en el 100% de los casos, simplemente se trata de hacer más sencilla la elección. De hecho, personalmente disfruto y seguiré disfrutando de la dificultad que entraña el descubrir lance a lance lo que los peces demandan en ese momento.
Contenido del árticulo
Factores para elegir los señuelos para la pesca del lucio
Pienso que recomendar un señuelo “X” para tal o cual situación es solo eso, una recomendación, puede que estés en pleno invierno con lucios profundos y a ti te dé por utilizar un popper, lances en el momento y sitio exacto y acabes con una bestia al otro lado del sedal, por esa razón, no seré yo quien ponga aquí su listado de “mis 10 señuelos infalibles” o algo al estilo. ¡De vez en cuando experimentar con cosas “ilógicas” no está de más!
Por otra parte, es evidente que existen algunas normas que se cumplen de manera más o menos habitual y es a eso a lo que nos agarraremos para hacer las elecciones. Personalmente cuando las dudas me asaltan (y no son pocas esas ocasiones) utilizo dos factores básicos para elegir el cebo adecuado:
1- La profundidad
Personalmente me parece la norma número uno a la hora de decantarme por un señuelo u otro. Por mucho que tengas un señuelo de última generación ultra-realista, si pescas con un cebo que solo trabaja en el primer metro de agua y los lucios están cazando 4 o 5 metros más abajo, será difícil que alguno de ellos haga ese esfuerzo de desplazarse para morder tu presentación.
En el primer artículo «Buscando lucios, en 3 claves», ya expliqué las maneras más sencillas de encontrarlos y por tanto no me extenderé más en este apartado, pero remarco que determinar la profundidad a la que se encuentran en cada momento es absolutamente fundamental y por tanto será la tarea que más tiempo nos lleve en una jornada de pesca.
Como consejo para los momentos en los que los lucios se sitúan cerca de la superficie (principalmente primavera), decir que es recomendable pescar despacio o dejar grandes espacios de tiempo entre parón y parón, ya que aunque los ataques a este tipo de señuelos son MUY espectaculares, tienden a fallarlos con demasiada frecuencia…
2- La actividad de los lucios
Aquí tenemos dos variantes claras, los momentos en los que se alimentan activamente y los momentos en los que están reposando y es necesario molestarlos para despertar su instinto más agresivo.
En la primera variante podemos encontrarnos a su vez ante dos escenarios, en el primero el lucio ataca todo lo que se mueva dentro de su rango de acción (unos 5-10 metros a la redonda) y por tanto no hace falta volverse loco eligiendo. En el segundo escenario se alimentan activamente pero debido a algún factor como la presión de pesca, solo prestan atención a los señuelos mejor presentados y pikies o swimbaits realistas pueden ser una gran opción.
En la segunda variante, tenemos el escenario en el que el exócido ni se inmuta ante la mayoría de engaños. Es el momento de usar los señuelos más molestos de nuestro arsenal, destacarán en especial los que emitan vibraciones y desplacen mucha agua, señuelos sobredimensionados, sonajeros internos, spinners, grandes ondulantes o las clásicas cucharillas pueden ser algunas de las elecciones más acertadas.
¿Que color elijo en los señuelos para la pesca del lucio?
Claros, oscuros, platas, dorados, fantasía, realistas o incluso luminiscentes y transparentes, nadie pone en duda que la variedad se antoja prácticamente infinita, y eso es bueno, o a veces quizás no tanto… Ya que en no menos de una ocasión, nos veremos ante la caja de señuelos y aun habiendo decidido el modelo “correcto”, no acabaremos por decidirnos por el color.
Ya que los fabricantes se empeñan en ponérnoslo difícil a la hora de elegir, establezcamos unas normas genéricas y hagamos este trámite algo más sencillo. Para ello, tendremos en cuenta cuatro puntos básicos:
1- Las condiciones de luz (tanto del agua como del día).
- Momentos oscuros: Colores vivos.
- Momentos soleados: Imitaciones realistas
2- La profundidad
- A mayor profundidad: Colores vivos
- A menor profundidad: Imitaciones realistas
3- Actividad de los lucios
- A mayor actividad: Colores vivos
- A menor actividad: Imitaciones realistas.
4- La presión de los pescadores
- A mayor presión: Imitaciones realistas
- A menor presión: Colores vivos.
¿Cual es el tamaño idóneo del señuelo para la pesca del lucio?
Digan lo que digan… El tamaño importa, y mucho. No es lo mismo pescar lucios con cebos de 9 / 12cm que hacerlo con los de 15 / 20cm y ni qué decir sobre los superiores a esas tallas, los auténticos “portaaviones”.
En alguna ocasión todos hemos oído hablar sobre la “Big Bait Theory”, o lo que es lo mismo, “Cebo Grande, Pez Grande”, pero, ¿realmente se cumple esta premisa? Sí y no. Aunque bien es cierto que los lucios tienden a buscar a las presas energéticamente más rentables, en ocasiones (bien derivadas de la presión de pesca o bien derivadas de una mayor presencia de micro-talla), buscaran las imitaciones más pequeñas, y no será extraño que si aprendemos a detectar estas ocasiones, podamos hacernos con lucios cercanos a la frontera de los 10 kilos usando cebos menores a 9cm.
Por otra parte, y basándonos en la lógica de la ya citada teoría, podemos decir que debido a que las presas más grandes aportan más calorías y por tanto son las más buscadas, el utilizar de manera habitual imitaciones de tallas cercanas a los 15 o 20cm (e incluso mayores) nos dará lucios de mayor tamaño, que necesitarán tener mayor rentabilidad energética en cada ataque.
Otros pequeños detalles
A pesar de seguir todas las normas teóricas, en algunas ocasiones los lucios seguirán sin decidirse a tomar nuestro engaño, y en esos momentos nuestro ingenio debe ponerse a trabajar.
Párate un segundo y tómate el tiempo necesario para fijarte en los pequeños detalles de tu presentación y del entorno que en ese momento pescas. Quizás descubras peces pasto de tal o cual especie y debas usar imitaciones más ajustadas a esa realidad, tal vez los lucios estén poco activos y necesites presentaciones más lentas (o todo lo contrario), quizás todos los pescadores de tu entorno estén utilizando cebos similares y tan solo debas elegir algo diferente, o simplemente lo que necesitas es que tu montaje pueda mejorarse con bajos de fluorocarbono, jigs pintados o sonajeros internos. No serán pocas las ocasiones en las que detectar ese tipo de detalles cambie el resultado de la jornada…
Y para finalizar, recuerda que la capacidad ética de respetar los peces y todo su entorno, será garantía de repetir tus mejores capturas en futuras jornadas. Por encima de todas las normas establecidas, ¡Captura y Suelta!
1 Comentario
Participa en la conversaciónBuenas recomendaciones para hacernos con un big lucio 😉