Pasado, presente y futuro del black bass

Pasado, presente y futuro del black bass

Pasado, presente y futuro del black bass

por 11 de octubre de 2017 0 comments

El black bass es sin duda alguna la especie más querida y perseguida por los aficionados tras la trucha. No es para menos, pues es un pez que enamora a todo aquel que se adentra en su pesca, un mundo donde abundan infinidad de señuelos y técnicas, además de su bonita pelea adornada con espectaculares saltos y su relativa abundancia en nuestras aguas dulces.

Ya sea desde orilla, pato, kayak o embarcación, en la actualidad son legión los pescadores que van tras él. Su presencia en ríos y embalses ha sido muy abundante años atrás, aunque hoy día las cosas han cambiado un poco y el futuro se presenta incierto. Vamos a hablar un poco sobre ello.

Pasado del black bass

Tras su introducción legal en nuestras masas de agua por parte de la Administración hace ya muchas décadas, el bass se aclimató a la perfección tanto en ríos como en embalses y cualquier masa de agua por pequeña que ésta fuera, pues el hábitat en nuestro país resulta ideal para este pez, con abundancia de aguas embalsadas y cursos de ríos de aguas lentas, con abundantes coberturas y temperaturas favorables para su reproducción y crecimiento.

Durante años los aficionados disfrutaron de su pesca ya que el bass apenas tenía presión de pesca y sus poblaciones en cantidad y calidad eran muy altas. No hacían falta señuelos japonenses de precios desorbitados para realizar grandes pescatas pues se utilizaban simples cucharillas y ridículos vinilos de los utilizados para la trucha (el bass entraba con decisión) y más tarde algunos Rapalas destinados a la lubina. Poco a poco comenzaron a llegar a las tiendas especializadas novedosos señuelos (realistas vinilos, spinnerbaits, crankbaits y jerkbaits…) y las pesqueras ya comenzaron a ser de escándalo. Fueron años de locura y la fiebre por este pez comenzaba. Para muchos aún era un desconocido. ¿Qué pez era ese que se paseaba sin disimulo alguno delante nuestro mientras tentábamos a las carpas y barbos en nuestro lugar de pesca de siempre? La tentación de probar a pescar un ejemplar era muy grande y si se lograba, ya se estaba enganchado a su pesca de por vida. Recuerdo mi primer bass como si fuera ayer.

Fue en el embalse de La Baells, en la provincia de Barcelona, un precioso embalse a donde acudíamos de tanto en tanto a pescar sus truchas y grandes lucios. Allí, en un recodo, pescando desde barca, con unos simples pikies recién adquiridos días atrás para la ocasión, tentamos a los black-bass apostados en los árboles. Su picada y posterior lucha ya me dejaron enamorado para el resto de mi vida. Cuando lo cogí por la boca, tal como veíamos en algunas revistas de pesca o libros americanos, me pareció uno de los peces más hermosos pero a la vez más vulnerables de nuestras  aguas. Muchos son los recuerdos que guardo con cariño de aquellos comienzos. Jornadas de infarto, con muchos kilómetros de carretera a mis espaldas con infinidad de grandes capturas. Abundaban y con esa abundancia, como siempre ocurre, comenzaron los abusos.

Los problemas presentes del black bass

Como así indican muchos estudios, cuando una población de una determinada especie toca su pico de abundancia en una masa de agua, los años siguientes baja su población hasta estabilizarse de manera lógica al lugar, dependiendo de sus características. Si a eso le añadimos que la presión de pesca aumentó en unos pocos años de manera brutal y que tanto furtivos como sarteneros suelen ser personajes típicos de nuestras aguas, resulta lógica la bajada poblacional del black bass en casi todas las zonas de pesca y casi su extinción en otras.

Aún sigue existiendo la cultura en gran parte del interior de este país, donde un pez es sinónimo de comida y un “blas blas” está muy rico a la plancha o en su defecto, regalado al vecino de turno, eso si no acaba en la basura por el simple hecho de fardar ante los amiguetes del barrio de la captura. Mentalidades obsoletas que por desgracia siguen sin cambiar.

Si años atrás, la alimentación del bass estaba compuesta por perca soles, cangrejos y alevines de ciprínidos, la aparición a finales de los años 90 en casi todas las masas de agua del alburno, fue la salvación para que el bass no se extinguiera de la casi totalidad de aguas dulces. Algunas zonas se recuperaron y volvieron a ser buenas zonas de pesca y en la actualidad, muchas otras han visto florecer las poblaciones de este pez como nunca antes se había conocido.

Pero aún y así, suelen ser ciclos cortos de abundancia, motivada por la aparición del alburno y la rápida presión de pesca y demás factores acaban dando al traste con esas buenas poblaciones de bass. Podríamos decir que hoy día  en nuestro país, son contados los lugares donde puedes pasar una gran jornada de pesca de bass y más si comparamos estos años con épocas pasadas. Podríamos acabar concluyendo pues que la disminución del bass en la actualidad se deben a estos factores:

. Sequía y mala gestión de las aguas embalsadas.

. Altísima presión de pesca deportiva.

. Furtivismo.

. Gran número de competiciones y concursos de bass, sobre todo en meses de desove.

. Rápida información de zonas de pesca en redes sociales para pescadores sin escrúpulos.

El incierto futuro del black bass

Estando así las cosas, ¿qué nos deparará el futuro? Pues unas jornadas muy negras si no cambiamos algo. De los errores del pasado y presente hay que aprender y sacar acertadas conclusiones para que podamos seguir disfrutando de la pesca del bass en un futuro, que por otra parte, es capaz de generar muchos beneficios socio-económicos ya de por sí sola. Dentro de unos años, además de los problemas que tiene el bass en nuestras aguas, deberemos sumarle dos más.

La nueva e injusta ley de pesca, que deja al bass a total merced de furtivos gracias a su catalogación de especie alóctona sin ningún tipo de protección y la aparición de otras especies deportivas, en especial la lucioperca y la perca fluviatilis, que pueden llegar a competir con él, al menos en zonas de pesca de poca extensión.

Si bien la lucioperca lleva ya muchos años conviviendo en muchos embalses con el bass y se han estado pescando durante años numerosos y buenos peces (caso es el de Mequinenza-Caspe, Ribarroja, Santa Ana…) quizá la que puede competir más directamente con él, debido a sus costumbres, sea la perca. Aún está por ver hasta dónde puede llegar su expansión, pero en masas de agua con poco alimento y escasas coberturas, está claro que la perca desplazará a las ya de por sí escasas y maltrechas poblaciones de bass.

Una situación que en muchas zonas de pesca será irremediable. Ante lo cual, lanzo una pregunta: ¿Aprenderemos de lo sucedido con el bass y sabremos sacar provecho de la perca?

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