Las sombras de la normativa de pesca de la trucha

Las sombras de la normativa de pesca de la trucha

Las sombras de la normativa de pesca de la trucha

por 26 de marzo de 2013 2 comments

Comienza la temporada de la trucha para muchos amantes a la pesca a mosca, y lo hace, de forma muy gris, y no hablamos en lo meteorológico, sino en lo que se refiere a la gestión de la Administración. La sombra del Real Decreto sigue siendo alargada, y aunque en algunos lugares se ha vuelto a la repoblación de la trucha arcoíris, la medida se llevó muchos cotos por delante, y otros continúan con muchas dudas.

Foto de Louis Cahill.

Por ejemplo, el intensivo de Santa María de la Alameda (Madrid), ha reabierto sustituyendo la arcoíris por trucha común (no os hagáis muchas ilusiones, centroeuropea) siendo presa (al igual que con las arcoíris) del hambre de los cormoranes y limitando el tramo abierto al río Aceña (olvidaros de pescar en el río Cofio). ¿Resultado? Menos zonas pescables con una variedad de trucha tan alóctona como la arcoíris y por tanto con nulas opciones de adaptación.

Esa es la realidad del Real Decreto respecto a la trucha. No dudo, y apoyo en todos los lugares donde es viable recuperar la “pintona”, de las intenciones de organizaciones como Ríos con Vida, pero justamente se presentó cuando las Administraciones, inmersas en sus políticas de recortes, están haciendo menos por los ríos. Bueno sí, subiendo las tasas de licencias y cotos hasta un punto que están desincentivando al pescador y haciendo un grave perjuicio.

Abandono y precios desorbitados

Todos sufrimos los recortes y subidas de impuestos y tasas en todos los sectores, y desde luego esto no es ajeno a la pesca. Pero si la subida es de pasar de 8 euros por un Coto de Castilla y León en 2011 a 20 euros en 2013, se llega a una desproporción que no tiene sentido ninguno y genera efectos nada beneficiosos. Por ejemplo, en León, donde están algunos de los mejores cotos de trucha de España la demanda de solicitud de permisos para estos acotados ha bajado un 20%, cifra que crece en otras zonas como Ávila y Segovia. Aun así, parece que las cuentas salen para la Administración, ya que aunque la demanda sea inferior se sigue recaudando más, pero que no se engañen, el daño económico es aún más importante: menos gastos en la zona, menos días de pesca y una tendencia que no hará más que crecer, ya que la sensación cada día del pescador es que en los tramos de pago se consiguen muchos menos resultados en relación con su elevado coste.

Se vuelven a confundir políticas o medidas cortoplacistas con las necesidades a largo plazo, algo que también ocurre en muchos sectores pero en el caso de la pesca deportiva que es una de las fuentes principales de ingresos en el medio rural, aún más. Aunque los datos definitivos los conoceremos en unas semanas, las reservas de plazas de Turismo Rural en zonas “pesqueras” están rozando el 50%-60% en unos días que son de los más fuertes del año, acentuando la pérdida de ingresos y puestos de trabajo en zonas en las que el turismo es no sólo una fuente principal de sustento económico sino también de cohesión social.

¿Qué se puede hacer?

Si queremos apostar por el futuro de estas zonas tenemos que mimar nuestro sector, consiguiendo beneficios sociales, económicos y también ecológicos, más cuando las perspectivas futuras no son halagüeñas por la pérdida de calidad de muchos ríos y por los datos contrastados de como mucha población truchera se va replegando “ríos arriba” buscando aguas más frescas y oxigenadas. Ante esto, fomentar especialmente en zonas donde se practica más la pesca tradicional, de modalidades como la pesca sin muerte, es fundamental, con un control adecuado de los ríos que nos lleve al mantenimiento de poblaciones piscícolas de calidad.

Foto de lukeCphoto.

En segundo lugar realizar acciones de repoblación congruentes y homogéneas. La apuesta clara es trabajar para que perviva la trucha autóctona en todos los lugares viables, y no caer en la tentación de las “repoblaciones” que sólo consiguen que el pescador tenga una falsa sensación de facilidad y abundancia, y que poco hacen para el ecosistema. Sólo nuestras truchas autóctonas tienen la capacidad reproductiva y riqueza genética para luchar en un entorno hostil como el de la mayoría de los ríos. Repoblar con ejemplares autóctonos, que provengan de pesca eléctrica, y que consigan huevos o alevines, es más caro, y da resultados muy a largo plazo, pero es la vía a seguir para aportar lo que ya la naturaleza no puede por sí sola. Si hay restricciones presupuestarias, centrémonos en aquellos tramos “más necesitados” o donde la probabilidad de éxito es mayor.

Por último, veamos la pesca como una actividad integral que genera riqueza, desde fabricantes, proveedores y tiendas, hasta el hotel o la cafetería de un pueblo de montaña. Fomentemos el aprovechamiento racional de nuestros recursos para que estos generen riqueza. Se tiene que ser transparente en la gestión de los presupuestos de pesca, que al menos, todo lo que gastamos en licencias y permisos vuelva al 100% a nuestros ríos, y más allá de esto, invirtamos en ellos. Pocos gastos como este tienen un retorno más claro en las regiones donde se practica.

En la defensa de nuestra actividad está la clave de despejar o no los nubarrones que, año tras año, no conseguimos despejar en relación a la normativa de pesca.

2 Comentarios

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  1. Toni Martínez
    #1 Toni Martínez 27 marzo, 2013, 17:07

    Genial artículo que invita a reflexionar y dialogar.
    Siempre he estado a favor de la repoblación de trucha autóctona y de recuperar el máximo de tramos de río para su pesca. Pero también hemos de ser conscientes que en muchos tramos no sobreviviría por muchos motivos un ejemplar autóctono, y la iris se convierte mientras no se recupera ese tramo en una excelente opción. Y algo muy importante que no debemos olvidar. Hay un gran sector por no decir la mayoría de los pescadores de trucha, que solo piensan en hacer el cupo y llevarse el máximo de truchas del río. Es un sector de la afición que si se le concentra en ciertos tramos intensivos gestionados para tal fin, dejarán tranquillos los tramos de alta montaña donde pueden hacer mucho daño y de eso se olvidan muchos puristas de la pesca….si esa afición va en busca de truchas salvajes en otros tramos… no quedará ni una sola para el recuerdo… y lo he vivido en muchísimas zonas. Además, quién pone en duda la deportividad de un buen ejemplar de arco-iris clavada al otro lado del sedal… pura fuerza. Y hay cotos donde a falta de pan… son magníficos lugares para su pesca.
    Un saludo!!!

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  2. Victor
    #2 Victor 26 marzo, 2013, 22:02

    Un articulo precioso, claro y conciso defendiendo lo que realmente importa que son las poblaciones locales frente a las alóctonas invasoras, repoblar con estas especies es pan para hoy y hambre para mañana, solo una gestión sostenible puede solucionar tantas deficiencias en la pesca en este triste país.
    Un saludo.

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