Bricolaje y mantenimiento

Como mantener las anillas de tu caña de pesca a salvo de la salitre

por Carlos Prieto 30 de septiembre de 2014 1 comment

El uso continuado de los equipos de pesca en el medio marino conlleva la necesaria realización de una serie de tareas que deben ir encaminadas a mantenerlos en buen estado, toda vez que el salitre flotante en el ambiente es capaz de pegarse a cada elemento que portemos con una facilidad pasmosa.

En este sentido, las partes metálicas son las que más sufren la acción de este corrosivo elemento, razón por la cual se hace especialmente preciso aplicar un puñado de estrategias para que el feo tono verduzco que a veces aparece impreso en las anillas no vaya a más, sea oxidándolas, o bien ofreciendo un pobre aspecto a ojos vista.

Como enfocar la limpieza de la anillas de tu caña de pesca

Las anillas de tu caña de pesca soportan una considerable carga de trabajo, luego es preciso preservarlas de la acción de la sal por la cuenta que nos trae. De hecho, por ellas, aparte de líneas trenzadas o de monofilamento, circulan un sinfín de impurezas que es necesario purgar para que sigan actuando a pleno rendimiento. Visto así, en un principio lo lógico sería que, una vez finalizara la sesión de pesca, laváramos con agua dulce todos los componentes, pero hete aquí que, en determinadas latitudes, el nivel de cloro presente en el líquido elemento no es precisamente lo más aconsejable tanto para el equipo como para las líneas, razón por la cual se hace preciso tomar otros caminos, como es usar agua embotellada para limpiar determinadas piezas, o bien acompañarla con sprays de aceite de silicona que se encargarán de eliminar cualquier resto que pudiera quedar.

Tu gran aliado el aceite de silicona

El aceite de silicona debe aplicarse directamente sobre las anillas para que trabaje debidamente, sin necesidad incluso de haberlas bañado con agua dulce. Sin embargo, no es preciso inundar la zona con una amplísima aplicación, pues basta una rápida pasada para que las anillas queden limpias y preservadas hasta nueva orden. En este sentido, en las manos notaremos una cierta humedad producto de una capa artificial que hemos puesto directamente desde el bote, la cual, no obstante, no es pringosa y desaparece velozmente en cuanto frotamos los dedos. Así, una vez queda aplicada sobre el metal, se mantendrá perenne hasta que volvamos a usar ese equipo, mientras que si lo hacemos sobre la línea, aquél expulsará cualquier suciedad presente en el agua dulce que pudiera afectar a su consistencia. Ahora bien, en el momento de procurarse este mágico componente, como es por ejemplo el mágico WD40, conviene mirar mucho, puesto que las diferencias económicas respecto a su valía en ocasiones son notorias.

Es más, lo mismo podemos encontrarlo en ciertos supermercados que en tiendas de pesca, mas, como apuntamos, salta a la vista la cuantía que nos piden tanto los unos como los otros. Así pues, estemos atentos a las secciones de automóvil de algunos hipermercados, pues lo mismo podemos hacernos con varios botes a un precio ridículo, cuestión que nuestro bolsillo sabrá agradecer en cualquier caso.

Que hacemos cuando las anillas ya estan sucias

En todas las casas de pescadores hay materiales que quedan aparcados o en el olvido, y al cabo de un tiempo, por la razón que sea, se vuelven a requerir sus servicios. No obstante, cuando eso sucede en el caso de las cañas, nos damos cuenta que el estado de las anillas se encuentra poco menos que depauperado, en la medida que sobre ellas se ha establecido una capa verdosa, así como síntomas de corrosión que seguro nos las permitirá actuar como quisiéramos.

No obstante, en la vida hay solución para casi todo, y para ello lo primero que hay que hacer es empaparlas durante unas cuantas horas con un refresco de cola, o bien en vinagre. Ahora bien, la primera medida siempre será mucho más agresiva que la segunda, dado que penetrará en el mismo punto en que se generó el problema. A continuación, será preciso fregar intensamente con una pasta creada a partir de bicarbonato de soda mezclada con agua, la cual aplicaremos con un cepillo de dientes. De lo que se trata es que el rozamiento continuado levante toda la suciedad, por lo que el medio con el que lo hagamos deberá ser suave, pero a la vez contundente. Por tal motivo, se desaconseja utilizar sistemas de mayor poder abrasivo, como es, por ejemplo, el ácido de batería.

Lo mejor es siempre prevenir que lamentar

Como bien sabemos, la sal tiene la mágica capacidad de impregnar todo el material que portamos hasta la orilla cuando encaramos una sesión de pesca, razón por la cual es preciso conocer formas de combatir su corrosiva acción si es que pretendemos continuar utilizando ese equipo que puede nos haya costado un dineral. A partir de las medidas relatadas en este artículo podremos tenerlo a pleno rendimiento, pero conviene, eso sí, que tal mantenimiento y cuidados se apliquen con carácter, si no continuo, sí frecuente, pues nada hay más molesto, a la vez que oneroso, que tener que cambiar unas anillas porque hemos descuidado su limpieza.

¿Y tu tienes algún truco para mantener limpio tu material de pesca que quieras compartir?