Otros elementos en la práctica de la pesca surfcasting
por Carlos Prieto 10 de octubre de 2013 0 commentsEn el artículo anterior sobre la práctica de la pesca surfcasting pudimos ver algunos de los elementos esenciales en esta modalidad, pero, a decir verdad, hay otros que también tienen su relevancia cuando se pretende practicar la pesca surfcasting a pleno rendimiento.
En este sentido se puede incluir a los emerillones, los cuales, cuando hablamos del modelo barril, deben ser de un tamaño lo más reducido posible, que aseguren una buena resistencia a la tracción, y que garanticen poder hacer girar el aparejo a la menor solicitud. No obstante, este complemento va siendo paulatinamente desplazado por otro a priori anodino enser que es la perla cuyo interior se ve atravesado en forma de cruz por sendos conductos. En este sentido, por uno de ellos transitará la línea madre, mientras que, por el otro, lo hará el bajo de línea, eso sí, sin ninguna coincidencia entre ellos, limitándose así la posibilidad de padecer enrates. De este modo se consigue una presentación diáfana del aparejo a los ojos del pez, el cual, a su vez, no reparará en la presencia de brillos sospechosos.
Contenido del árticulo
Sistemas de fijación del cebo
Por otra parte, y en orden a alcanzar grandes distancias de lance, otro elemento menor, pero, en cambio, muy importante, son los sistemas que permiten y fijan el cebo con carácter temporal para evitar que el bajo vaya ondeándose alocadamente por el aire mientras vuela.
A decir verdad, la composición de este tipo de mecanismos es de lo más sencilla: engancharemos el anzuelo debidamente encarnado en una especie de gancho, lo que nos permitirá cortar el aire con facilidad y ganar numerosos metros con cada lance, tras lo cual, una vez el aparejo americe, el sistema liberará el bajo en un estado prácticamente similar al que lo confeccionamos, maximizándose de este modo la trampa que hemos preparado.
Vía libre a la bisutería en al práctica de la pesca surfcasting
Quizá quien no esté demasiado familiarizado con el surfcasting, pueda extrañarse del uso que un pescador puede dar a pequeñas perlas más apropiadas para la confección de collares, que para cosas así. No obstante, lo cierto es que estos diminutos complementos también tienen su relevancia a la hora de presentar de mejor o peor forma una carnada, pudiéndose escoger los modelos coloristas, en orden a favorecer un efecto llamada al pez, así como las de carácter flotante, destinadas a despegar el cebo del fondo, o bien las fluorescentes para cuando se abate el crepúsculo.
Un buen uso de la línea
Al igual que en el resto de técnicas de pesca, la línea y el estado en que se encuentra juegan un papel determinante en en la práctica de la pesca surfcasting. A tal efecto, y como apuntamos previamente, deben contar con un reducidísimo índice de memoria para evitar enredos, más tal circunstancia puede ser mitigada también empleando una estrategia.
A decir verdad, el estado del mar determina qué estratagema debemos adoptar en cada momento, y en lo que atañe al empleo de la línea en el bajo, cuando nos encontremos con un escenario levantisco, conviene acortar éste y aumentar su grosor. No os preocupéis, que el pez no se alarmará de esta presencia extraña mientras pelea con el remolino y los restos en suspensión.
Los meses de verano y otoño son especialmente fructíferos la práctica de la pesca surfcasting, desde las playas.
De igual modo, actuaremos en caso contrario en el supuesto de pescar en una balsa de aceite, es decir, alargaremos el bajo todo lo que queramos, mientras disminuimos su calibre. Con estas mimbres, la presentación resultará más natural y la largura del bajo os permitirá pelear las capturas sin apenas problemas.
La plomada en el surcasting
El capítulo concerniente a las plomadas también merece especial mención. De este modo, el modelo denominado “español”, habida cuenta su diseño y nula superficie opuesta al aire, nos permitirá alcanzar grandes distancias de lance, mientras que su versión para mares revueltas o para la pesca en plena rompiente, como es el provisto de garfios, nos permitirá afianzar el cebo al fondo frente a las corrientes. No obstante, en momentos en que la distancia no sea de capital importancia, y sí aparentar naturalidad, las olivas deslizantes son toda una garantía pese al paso de los años.
Mil y un cachivaches
Los meses de verano y otoño son especialmente fructíferos en la práctica de la pesca surfcasting, desde las playas por diversos motivos, de ahí que hayamos hecho referencia a los aspectos más importantes que la conciernen. Sin embargo, y como habéis podido comprobar, son múltiples los elementos que hay que tener en cuenta a la hora de encarar una salida a surfcasting, y eso que hemos pasado por alto el apartado referente a los cebos, que también tiene su miga.
No obstante, cuando nos hagamos al arenal bajo el manto de la noche, no olvidéis llevar encima la lámpara de cabeza, toda vez que será un auténtico suplicio pescar a gusto con nula visibilidad, aun cuando sepáis manejar con destreza el sentido del tacto y coloquéis aún mejor el utillaje.
En adelante, únicamente resta que estudiéis debidamente las mareas y conjuguéis el resultado dicho análisis con vuestros escenarios favoritos, pues, de lograrlo, es bien probable que a menudo os topéis con más de una sorpresa al otro lado de la línea.
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