Pesca invernal, una actividad sólo para valientes…

Pesca invernal, una actividad sólo para valientes…

Pesca invernal, una actividad sólo para valientes…

por 17 de enero de 2017 0 comments

¿La pesca invernal es una pesca para valientes o es solo cuestión de lógica?
Por fin parece que el «general invierno» se ha decidido a hacer acto de presencia tras un otoño plagado de momentos propios del verano, y que verdaderamente se han agradecido a pie de calle. Con él comienza un nuevo año no exento de interrogantes en diferentes órdenes de la vida y, como no podría ser de otra manera, también en lo que a la pesca respecta. Y es que queda por ver qué nos deparará este mar cada vez más esquilmado, pero aún capaz de proporcionarnos numerosas alegrías, pese a que entremos en una época en la que muchas veces tendremos que quedarnos en casa mientras los elementos transforman el litoral en un infierno para el pescador. No obstante, siempre habrá oportunidad de echar unos lances en un recodo recogido que confiera seguridad, mas aun así estemos atentos al entorno y no encaremos riesgos innecesarios, que días para pescar hay como lechugas, y vidas, en cambio, sólo tenemos una.

Pesca invernal sin la calidez del hogar

La época en que nos hallamos, si bien no es la más adecuada para afrontar pesca invernal, es sin embargo apta para obtener considerables botines si tenemos el suficiente arrojo como para abandonar la cómoda calidez del hogar. Y es que aunque no haga especialmente malo, hay que estar en posesión de una fuerza de voluntad que rebasa lo cabal para abordar un plan en el que el frío aderezado con algún que otro golpe de ola van a hacernos temblar de lo lindo, rabiar y maldecir, sensaciones que a buen seguro desaparecerán de un plumazo en cuanto el trallazo del pez se haga sentir al otro lado de la línea. Encima, también habrá que dar explicaciones al alto mando y amistades profanas, quienes con certeza no entenderán nuestra forma de proceder. Y es que en vez de estar criando barriga en el sillón, y a pesar de los inconvenientes y de que no poca fauna pone pies en polvorosa conforme las bajas temperaturas se hacen notar en el agua, algo en nuestro interior nos dice que hemos de salir.pesca invernal

Aprovechar para hacer pequeñas reparaciones

Bien es verdad que aunque en la calle el viento brame y el mar se abata con violencia contra la costa, hay oportunidad para rentabilizar el tiempo de diversas maneras, pero esta vez en casa, como es haciendo pequeñas reparaciones, limpiando el equipo o haciendo acopio para cuando el tiempo mejore, lo cual mantendrá viva la llama de esta pasión que nos consume. No, en ningún caso es aconsejable creerse curado de espanto y asomar caña en ristre por el pedrero cuando la lógica dicta que es mejor aguardar a que mengüe la intensidad con la que los elementos barren la costa, pues por entonces lo único que estaremos haciendo es jugarnos el pellejo por un pez que, muy probablemente, encima no nos estará esperando. Y es que en situaciones así nuestros objetivos buscan sitios resguardados, o bien se adentran en el gran azul a la espera de precisamente lo mismo que nosotros, que es poder arrimar a la orilla bajo unas mínimas condiciones de seguridad. Por eso no forcemos la máquina, y recordemos que hay múltiples dichos entre las gentes de la mar que hacen referencia a lo que hay que hacer cuando el mar está imposible. Uno de ellos dice que «cuando no está el mar, al bar», en tanto otro, igualmente cargado de razón y de doble sentido apunta que «la mar los quiere valientes». Todos sabemos lo traicionero y carbón que puede llegar el entorno en el que nos movemos, pero no por haber trotado infinidad de horas por las orillas estamos libres de padecer un terrible percance, luego seamos prudentes y estemos bien recogidos bajo techo por mucho que ahora cojamos vacaciones y la mar se halle impracticable. Tiempo habrá…

Precaución antes de aventurarse a la pesca invernal

Por lo pronto, y antes de aventurarnos en un sitio en concreto, conviene estar atento a las evoluciones del oleaje durante al menos una veintena de minutos con el fin de advertir cualquier golpe que pueda arrasarlo por completo. Luego, y en plena faena, nunca perdamos el agua de vista y pesquemos siempre de cara a ella, pues darle la espalda es la mejor garantía de padecer una desgracia más pronto que tarde, máxime por este tiempo pródigo en mares bravías. Por eso analicemos cada puesta con gran detenimiento y no nos dejemos engañar por la confianza que supone haberla pateado previamente, pues incluso aquella que hoy en principio resulta idónea para esconder el pez de nuestra vida, puede esconder una trampa mortal. De apreciarlo así con antelación, ni siquiera hagamos amago de montar la caña, que de lo que se trata es de pasar un buen rato y no estar todo el rato pendiente del agua para evitar que ésta nos la líe. Además, recordemos por un momento qué es lo que dejamos atrás si no volvemos a casa… Como para no pensárselo.

Por último, ya hablemos en términos de pesca o de la vida misma, disfrutemos de la vida.

No hay comentarios todavía

Participa en la conversación

No hay comentarios.

Anímate y se tú el que comience los comentarios de este artículo.