Pesca en el río Tietar y su valle

Pesca en el río Tietar y su valle

Pesca en el río Tietar y su valle

por 6 de abril de 2014 0 comments

El valle del Tietar es sin duda uno de los más conocidos de nuestra geografía, su emplazamiento y climatología le convierten en un vergel, a la sombra de las altas cumbres de Gredos el cambio de altitud es enorme, de los 2.500 metros de las más altas cumbres a apenas 400 metros en no muchos kilómetros. Eso le permite rápidas caídas de agua que vierten y nutren a nuestro protagonista.

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El río Tietar nace en Madrid, en las estibaciones más orientales de la Sierra de Gredos, en el término de Rozas de Puerto Real. A muy pocos kilómetros se adentra en las dos Castillas, La-Mancha y Castilla y León, una de sus paradojas, es que aunque recibe constantemente aguas de gargantas y arroyos por su cara norte no es un río de montaña, baja somero a una altitud nunca muy elevada y por tanto en su fauna piscícola no encontraremos peces de montaña como la trucha. Pero no sólo por la naturaleza del río, sino también por la del hombre. Hace unas décadas si era posible verla en las desembocaduras de muchos de sus afluentes, ahora la mala gestión piscícola especialmente en los arroyos de Castilla y León donde la ausencia de la trucha es más que notoria y en algunos casos se ha sustituido por arcoíris de repoblación sin ninguna razón más que la económica y aburriendo a los pescadores por sus resultados nulos. Por todo ello, este primer tramo entre Castilla y León y Castilla-La Mancha por las cercanías de pueblos como Sotillo de La Adrada, Casavieja o Lanzahita, la pesca en el río Tietar se centra en la pesca de ciprínidos: bogas, carpas y barbos fundamentalmente.

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Siluros, atractivo y peligro

Pero todo cambia a medida que nos acercamos a la gran presa del río Tietar, el embalse de Rosarito. Este embalse muy bien valorado por el pescador de las dos comunidades autónomas que comparte, las dos castillas, y también de la cercana Extremadura, la pesca en el río Tietar tiene desde hace unos años un nuevo inquilino, el Siluro. Este artículo no es el lugar para explayarse sobre estar a favor o en contra de este enorme pez, pero lo cierto es que su crecimiento en el Tietar en particular y en la cuenca del Tajo en general (ya se encuentran ejemplares de más de 40 kilos) lo hace a consta de otros y ya por ejemplo en Rosarito se podía pescar otro depredador deportivo como el Black Bass, mientras que los pequeños ciprínidos que dan riqueza a nuestros ríos están en capa caída.

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Más allá de ello, Rosarito es un lugar precioso para la pesca, con la sierra de San Vicente al sur y las elevadas cumbres de Gredos al norte, estos días aun con nieve. La pesca dependerá mucho de nuestro objetivo, si vamos a por carpas o a por algún depredador. Las aguas no suelen ser muy frías ni en esta época y las frezas por ellos son tempranas, por ello la mejor época es la primavera y el otoño. Cuidado con el verano, aún estando en las estribaciones de Gredos, las temperaturas son muy elevadas. Si queremos desviarnos y disfrutar de algo más que pesca, no dejemos de ir a la cercana Arenas de San Pedro y las preciosas cuevas del Águila, pero antes en su cara norte tenemos el pueblo de Candeleda en plena cara sur de Gredos y la Garganta de Santa María y la de Chilla, lugares donde poder tentar la trucha, aunque no nos hagamos demasiadas ilusiones. Eso sí, en verano alberga unas bellas piscinas naturales donde paliar el calor diario (que no nocturno) de esta zona.

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Buscando las truchas cacereñas

Si queremos buscar truchas con mayores posibilidades de éxito debemos encaminarnos más al noroeste de nuestro valle del Tietar y adentrarnos en la comarca de la Vera para buscar gargantas como la de Cuacos, Jaranda, Minchones y Hornito para encontrar truchas comunes en arroyos de enorme belleza y dificultad. Aunque desde luego su número disminuye lo cierto es que el norte de Cáceres se ha convertido en un buen refugio para la pintona, con la acertada medida de vedar largos tramos de pesca. De hecho, da gusto pasear por pueblos como Garganta La Olla y en pleno casco urbano ver preciosas truchas “cazando”. Sea de una forma u otra la paradoja es que de una zona truchera tradicional como el valle del Tormes bajan todos los años decenas de pescadores a estas gargantas o la cercana de los infiernos en el valle del Jerte a tentar la pintona.

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El entorno nos ofrece todo tipo de posibilidades de ocio, turismo activo, senderismo, monumentos…. Pueblos como Jarandilla de la Vera, Cuacos de Yuste, Jaraiz de la Vera o Garganta La Olla son ya suficiente estímulo para disfrutar de un día de descanso. Desde luego un lugar que no hay que dejar de visitar es el Monasterio de Yuste, última morada de Carlos V y muy relacionado con la pesca. En sus puertas nos encontramos con el estanque en el que el emperador pasó también sus últimos días pescando Tencas, el pez estrella de Cáceres.

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Hacía el río Tajo

Volvemos hacia el sur buscando un Tietar ensanchado en un auténtico vergel de campos de cultivo, ya sea tabaco o pimentón el producto estrella de la comarca. Con cientos de kilómetros de canales y acequias alrededor podemos seguir pescando buenos ciprínidos y si, también el siluro.

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A medida que avanza el río las zonas de cultivo se van sustituyendo por un terreno más agreste, el Tietar va discurriendo por su tramo final pero antes llega a su último embalse el de Torrejón-Tietar ya junto al del Torrejón-Tajo, otro de los embalses donde se ha constatado la pesca del Siluro. En este último tramo entramos en uno de los parajes más bellos, el del parque natural de Monfrague.

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