Pesca de depredadores desde orilla

Pesca de depredadores desde orilla

Pesca de depredadores desde orilla

por 17 de junio de 2014 0 comments

Hay que reconocer que este tipo de pesca tiene unas virtualidades nada desdeñables, sobre todo al plantearse una jornada de verdadera pesca deportiva al suponer un buen ejercicio el patearse las orillas del pantano o río buscando la picada de los peces, pero también los inconvenientes son muchos, sobre todo a la hora de acceder fácilmente a las zonas propicias para tentar a los depredadores, a la innegable comodidad de la navegación plácida y, cosa importantísima, a la forma de hacer trabajar nuestro señuelo.

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La pesca de depredadores con una barca nos permite arriesgar más, ya que es, hasta cierto punto, relativamente fácil salvar el artificial si se nos engancha o traba en algún objeto sumergido.

Máxima precaución

Así que, y ya haciendo tiempo que no dedicaba una jornada a este tipo de pesca, la cual sigue teniendo su encanto, me propuse echarle unas horas a esta modalidad, sin olvidar que hay que tener en cuenta que hay que variar un tanto la forma de hacer trabajar los señuelos –en este caso sólo utilizamos vinilos-, sobre todo si no queremos dejarnos una caja entera entre árboles y piedras del fondo.  Siempre lanzaremos lo más lejos posible para así tener más recorrido donde localizar al depredador, y la recogida del vinilo, una vez alcanzado el fondo, si lo que pretendemos es que piquen luciopercas (aunque el lucio atacará igual), la haremos a golpes o saltitos, o continua y lentamente, procurando que siempre, algo fundamental, se haga lo más pegado al fondo posible que es donde se producirán la mayoría de las picadas; eso sí, y aquí estriba una de las grandes diferencias de la pesca desde barca, cuando nos vayamos acercando a la orilla, sobre todo si hay mucho obstáculo sumergido, prima una recogida veloz para evitar el enganche y la posible pérdida del señuelo. Sólo una recomendación para lograr que el vinilo trabaje bien cercano al fondo, aumentando así las posibilidades de picada: lentitud en la recogida y que el mismo tenga buen peso, no importando tanto el tamaño, pero sí primando como característica esencial la movilidad del artificial.

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No fue una gran jornada de pesca de depredadores en orden a capturas: sólo un pequeño pércido y un más pequeño, aún, esócido, pero gratificante por retomar una práctica en la que me inicié en la pesca y que ya ejerzo menos por la suerte de tener amigos que amable y generosamente me invitan en sus barcas. Por cierto, el vinilo triunfador, y con el que conseguí todas las picadas, es el protagonista del vídeo que adjuntaré a continuación y que fue el que se mostró más eficaz de nuevo en esta posterior jornada. El mismo no debe faltar nunca en nuestras cajas de señuelos.

 

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