El juego del gato y el ratón (II): Pautas para pescar las mejores piezas

El juego del gato y el ratón (II): Pautas para pescar las mejores piezas

El juego del gato y el ratón (II): Pautas para pescar las mejores piezas

por 16 de septiembre de 2015 0 comments

Dada la tremenda presión que sufren los peces por la acción de las pescas deportiva y profesional, cada vez se pone más cuesta arriba conseguir capturas de cierta entidad con nuestros aparejos. Sin embargo, existe una serie de pautas que deben seguirse con detenimiento para dar con las mejores piezas de las zonas que frecuentamos, y para ello nada mejor que comenzar por preguntarse dónde se sitúan, dado que la distribución piscícola en torno a un determinado sector responde a un conjunto de reglas sociales que no son ajenas al ser humano. Así se establecen unas normas de jerarquía que en el caso de los peces vienen dadas principalmente por la edad y, por ende, del tamaño de los ejemplares, produciéndose una repartición lógica de individuos sobre todos los puntos de una franja, aunque este dato no impide que varíen de posición llegado el momento de procurarse alimento.

pautas para pescar las mejores piezas

Sentidos atentos para pecar las mejores piezas

Con carácter general, los depredadores buscan resguardo en torno a zonas próximas a bordes rocosos, con la aviesa intención de que la orografía submarina y la oscuridad se conjuguen a la hora de ocultar su silueta a la visión de sus presas, las cuales se suelen repartir por diversos puntos del sector de pesca, como por ejemplo en bancos de arena y/o los pasillos de piedras. Bien es verdad que esos alevines desarrollan un comportamiento que en teoría pudiera parecer un tanto despreocupado mientras van de acá para allá, aunque lo cierto es que siempre mantienen los sentidos en alerta, pues en el ámbito marino, un descuido momentáneo suele pagarse bastante caro.

pesca de las mejores piezas

Puntos de localización

Los peces más veteranos muestran una acusada querencia por rondar grandes fondos, haciendo visitas ocasionales a lugares en los que la pendiente asciende, precisamente allá donde se concentra su alimento de base. Y es que las cuestas que hay en torno a toda emergencia rocosa son puntos que deben ser escrutados con denuedo, dado que ofrecen un deslizamiento natural del nutriente que las corrientes arrancan. Así pues, dichos puestos deben ser registrados y ordenados en la mente del pescador como si se tratase de la sonda de una embarcación, calibrando todas las opciones posibles que admita el terreno de juego de cada emplazamiento. Por este motivo debe desterrarse la creencia de que los “viejos soldados” sólo se ponen a tiro de los aparejos que sondean el fondo, pues siempre están al tanto de todo lo que ocurre a su alrededor, y no dudarán un momento en cambiar de posición y mostrar una potencia letal en cuanto se les presente la más mínima oportunidad de alimentarse, independientemente de la profundidad a la que el sustento se encuentre. Por ello siempre hay que estar preparado y alerta ante cualquier alteración o actividad que percibamos que ocurre dentro del agua.

las mejores piezas de pesca

Ojos que te ven

La escala jerárquica animal tiene más que ver con el tamaño que con el respeto que pueda darse frente a otra especie. Como hemos apuntado previamente, los grandes ejemplares se ven mejor situados y más seguros en oscuros fondos que a simple vista, algo que igualmente sucede con respecto a sus potenciales presas. Sin embargo, este dato no obsta para que, como en el caso de la lubina, muestren comportamientos de lo más atrevido, como ocurre por ejemplo cuando ésta trata de fundir su figura entre los poblados y compactos bandos de mugílidos. Tales conductas se producen principalmente con el calentamiento estival de las aguas y el ascenso de esta especie hacia la superficie, momento en el cual el pescador debe agudizar la vista a fin de detectar la presencia de esta apreciada especie entre tantos peces juntos.

principales pautas para pescar la mejores piezas

En faena

Bien es verdad que en ocasiones resulta bastante sencillo adivinar la posición de nuestra amiga cuando hay oportunidad de observar desde cierta altura, pues basta con echar un rápido vistazo sobre el cardumen para constatar que uno de sus integrantes, amén de mostrar un perfil distinto, cuenta con unas dimensiones y un color característicos que le hacen destacar sobremanera con respecto a los demás. A partir de este instante ejercitaremos una minuciosa labor de vigilancia sobre las evoluciones de dicha bandada, con la intención de descubrir la ruta que realiza en virtud de las diferentes mareas, y cuando hayamos establecido su itinerario, preparemos concienzudamente los aperos y aguardemos su paso en aquel punto en el que contemos con más posibilidades de ponerla en seco. Ahora bien, en esta vida nada se obtiene si no es a través del esfuerzo, luego armémonos de paciencia y dediquemos el tiempo que sea preciso para controlar cada uno de los detalles que permitan que nos llevemos el gato al agua, pues en el supuesto que fallemos en la primera ocasión, cabe la posibilidad que pase mucho tiempo hasta que surja otra oportunidad igual.

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