Historias de pescadores

La marca Shakespeare pescador y fabricante de productos de pesca

por Carlos Montero 20 de diciembre de 2016 1 comment

Si mencionamos el nombre de William Shakespeare, irremediablemente nos viene a todos a la mente uno de los mayores escritores y dramaturgos de la historia y autor, entre otras, de obras inmortales como “El sueño de una noche de verano”, “Romeo y Julieta” o “Hamlet”.
¿Qué tiene que ver la vida de este genial escritor para que su nombre aparezca en un artículo dedicado a la pesca deportiva? En realidad nada a no ser que exceptuemos un detalle.

Y es que, si bien William Shakespeare no tiene nada que ver, al menos que se sepa, con el mundo de la pesca, hubo otro William Shakespeare que sí está relacionado con nuestro deporte favorito: el Shakespeare pescador y fabricante de productos de pesca. Un inventor para beneficio de la pesca.

La marca Shakespeare

Hoy en día, la marca Shakespeare es una de las más prestigiosas en el mundo de la pesca deportiva por la calidad de los productos elaborados que van desde cañas a carretes de pesca para multitud de técnicas y especies piscícolas. Pero si por algo este Shakespeare pasó a la historia y a ocupar un lugar en el Olimpo de la pesca deportiva junto a otros nombres como Rapala o Mitchel fue por el invento y desarrollo de unos carretes que, a día de hoy, son indispensables para cualquier pescador.

A finales de la última década del siglo XIX, el William Shakespeare pescador, se devanaba los sesos en un pequeño taller en su tienda “Fishing Shakespeare Tackle”, en Carolina del Norte, para dar con un carrete que revolucionara el mercado. Hasta ese momento, los carretes de pesca recogían el sedal teniendo que ser guiados por el dedo del pescador, lo cual no dejaba de ser molesto.

El carrete Marhoff marca Shakespeare

Mientras nuestro Shakespeare intentaba dar con la clave y conseguía crear prototipos de carretes con sistemas de enrollamiento de hilo, hoy conocido como “baitcast”, desde Kalamazoo otro pescador desarrolló otro carrete con un sistema de retorno de guía hilos que supuso toda una revolución. Dicho pescador, llamado Walter Marhoff, dio con la clave e iluminó a Shakespeare quien veía en los carretes Marhoff, un producto muy superior a los suyos. Por ese motivo, Shakespeare compró en 1905 la pequeña compañía Marhoff y con ella se hizo con la patente del carrete de este pescador e inventor de Kalamazoo.

El despegue de la JR.CO. Shakespeare.

La empresa creada por Shakespeare en 1897 comenzó a despegar, convirtiéndose en una marca de prestigio para los pescadores que vendían nuevos carretes mejorados a partir del diseño original de Marhoff. Dichas mejoras consistieron en un primer momento en la colocación de un freno que actuaba sobre la bobina para prevenir contragolpes y bautizó a esta nueva creación como el “Sahespeare Wonderel”, convirtiéndose en uno de los carretes más apreciados por los pescadores de la época y, a día de hoy, en una codiciada pieza de coleccionismo.

Desde su creación, la empresa de nuestro Shakespeare pescador, se distinguió del resto de marcas por su marcado carácter innovador, creando importantes productos de pesca y después del modelo “Wonderel”, el hijo de William Shakespeare, Henri, ideó un nuevo carrete que tenía un nuevo sistema de giro, dando lugar al carrete “Wodercast”.

No solo carretes tambien cañas y señuelos

Pero no solo de carretes vivía esta factoría, puesto que las cañas Shakespeare eran y son, aún en la actualidad, sinónimo de calidad y de fiabilidad. Y es que, fieles a su afán por ofrecer productos novedosos, Shakespeare fabricó la primer caña en fibra de vidrio, la “Wanderod”, una verdadera revolución en el mundo de la pesca y, más concretamente, en las cañas de pescar que hasta ese momento eran fabricadas en pesado bambú.

Y también ofreció a sus clientes diversos tipos de señuelos que, en menor medida, hizo las delicias de estos. Su señuelo más característico fue una pequeña rana de goma que, según cuentan, era la presa favorita de los peces depredadores, como basses, que poblaban las aguas norteamericanas en aquellos años.

Una marca que continúa siendo fuerte a día de hoy

Pocas marcas pueden presumir de haber superado los cien años de vida, y menos aún con los tiempos que corren. Pero la marca Shakespeare sí puede decirlo ya que con la calidad de sus productos y las diferentes fusiones y adquisiciones, como la que tuvo lugar en 1966 cuando se hizo con Pflueguer Corp o su incorporación al grupo Pure Fishing junto a otras grandes y míticas marcas de pesca como Abu García, Berkley o Mitchel, han permitido a la pequeña empresa creada en el siglo XIX por el Shakespeare pescador, seguir creando productos de muy buena calidad y que son utilizados por pescadores a lo largo y ancho del planeta.