¿Lucios inactivos? Pesquemos despacio

¿Lucios inactivos? Pesquemos despacio

¿Lucios inactivos? Pesquemos despacio

por 13 de julio de 2012 0 comments

Con los lucio inactivos, si nos encontramos con una desesperante ausencia de picadas en una zona donde sabemos que hay lucios, donde los hemos pescado con regularidad, recurriremos a determinados señuelos y técnicas.

 

Lucios inactivos, lenguaje corporal

Cuando vemos el rostro de otro ser humano, rápidamente sabemos su estado de ánimo, su lenguaje gestual nos resulta comprensible. Los peces poseen un lenguaje corporal claro y sencillo, el problema es que es tan distinto al humano que no lo comprendemos.

He visto novatos ilusionarse al ver un lucio que poco antes yo había soltado y que se reponía de la pelea en aguas someras. Pensaban que podrían pescarlo fácilmente. Esto sucede porque para nosotros un lucio es sólo eso, un lucio. Ni se nos pasa por la cabeza que dentro de su pequeño cerebro suceda algo. Siempre lo veremos como a un animal eternamente agresivo. Es lógico, así es como lo percibimos siempre que se manifiesta ante nuestros ojos.

Sin embargo, la realidad es algo distinta. Si nos encontramos con algún ejemplar orillado, nos dará idea de qué podemos esperar de la jornada, siempre que sepamos interpretar sus señales.

Un lucio que reposa cerca del fondo, con la boca orientada hacia arriba, se encuentra en un momento de cierta actividad. Al contrario que un barbo, por poner un ejemplo, que muestra su ánimo nadando velozmente y picoteando el fondo sin cesar, un lucio tan sólo levantará el hocico en espera de su presa. El esócido ataca de abajo arriba, prueba de ello es la frecuencia con que toma los señuelos por su parte central, y si vemos un ejemplar en la postura antes citada, con gran probabilidad se lanzará sobre un señuelo que se parezca a su alimento.

Si observamos la misma postura, la cabeza en posición elevada respecto a la cola, pero el animal se encuentra suspendido a medias aguas, será señal inequívoca de que el lucio estará dispuesto a tragarse cualquier cosa que excite sus sentidos. Aparentemente es un pez inmóvil y tranquilo, pero las vibraciones de la más común de las cucharillas harán que ataque con furia.

Ver un lucio activo puede significar que en nuestro pesquil sus parientes se encuentran en similar condición, ya que están influidos por los mismos factores atmosféricos y disponen de parecida cantidad de alimento.

Por el contrario, un lucio que permanezca prácticamente horizontal sobre el fondo nos plantea un reto difícil, se encuentra descansando, puede ser que, tras huir de las ansias caníbales de un pariente de mayor talla, el pez se halle extenuado.

Suspendido con el hocico hacia abajo, nos costará trabajo enfadarlo.

La vida del lucio, a pesar de su dentadura, no siempre es fácil. En todo caso, un pez en reposo rara vez se desplazará, motivado por el hambre, para perseguir un señuelo. Nos veremos obligados a molestarle, a comportarnos como un vecino ruidoso para lograr, por medio de artificiales lentos y sonoros, enfurecer al animal. Lo mismo haremos si el lucio está en plena digestión, lo cual sabremos bien por su postura, similar a la anterior, bien porque acaben de repoblar con truchas nuestro pantano favorito. Es poco habitual que los lucios nos den pistas sobre cómo pescarlos, entre otras cosas porque verlos sin que nos vean es tarea complicada. Lo más frecuente será que tengamos que averiguar por nuestros medios la disposición del depredador para la caza.

Pesquemos despacio con señuelos irritantes

No hay cosa que provoque más a un lucio que un molesto y persistente sonido mientras sestea. En este punto se parecen al ser humano. Si buscamos lucios a cierta profundidad, haremos bien en utilizar señuelos aptos para la pesca vertical, como los clásicos lipless sonoros, cuyo nombre en inglés significa sin babero. Disponemos de infinidad de modelos. Este tipo de muestras suelen incluir ruidosas bolitas en su interior, las responsables de aguarle la siesta a nuestro protagonista.

Las clásicas cucharillas giratorias no pierden vigencia.

La recogida en dientes de sierra, dejando llegar el señuelo casi hasta el fondo y levantando lentamente la puntera de forma que sintamos vibrar el artificial, provocará a lucios de tamaño medio. También las cucharas ondulantes y giratorias de pala ancha juegan un papel importante en este punto. Aquéllas que emitan muchas vibraciones manejadas francamente despacio, nos sorprenderán sacando de su inactividad a lucios en zonas en las que antes hayamos lanzado infinidad de señuelos sin resultado. No hemos de obsesionarnos con modelos concretos, sino con acciones concretas. Aquel señuelo que pueda trabajarse verdaderamente despacio sin perder su briosa acción, será idóneo para provocar a lucios que no estén en clara actitud de caza.

[quote]Solamente nos queda preparar los aparejos y probar fortuna en nuestros pantanos y ríos favoritos, disfrutemos de una pesca verdaderamente apasionante. Digno adversario es el lucio.[/quote]

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