Historias de pescadores

Los pecados del pescador

por Toni Martinez 24 de enero de 2018 0 comments

La pesca deportiva es un deporte bonito y repleto de valores, pero en ocasiones esos mismos valores que la hacen tan única, son corrompidos por el mal comportamiento del pescador. Es él mismo el que con sus actos debe engrandecer a este deporte, para dar buena imagen de una afición tan bonita y engrandecerse como pescador. Pero como veremos en muchas ocasiones no ocurre así. De nosotros mismos depende el cambiar esta dinámica que cada día es más habitual y que por las redes sociales, además, corre como la pólvora.

El ego del pescador

Cada vez ocurre más en las redes sociales, sea Facebook, Instagram… Nos encanta publicar fotos con capturas (y si son grandes capturas mejor) esperando generar una gran cantidad de me gustas (likes) pero en cambio, en cuanto nos preguntan que dónde hemos capturado ese pez…se hace el silencio…. Siempre con las mismas frases: “no digo los sitios”, “luego va mucha gente”, “son mis cotos privados o los del que me llevó…” Somos muy valientes para compartir fotos de nuestros éxitos pero somos incapaces de compartir los lugares de pesca.

Personalmente entiendo en la gran mayoría de ocasiones que el hecho de revelar algunos sitios de pesca hace más mal que bien, pero, ¿en serio es tan necesario llenar nuestros perfiles de fotos de capturas? Solo se hace  para agrandar nuestro ego, porque a muchos les gusta que les digan lo gran pescador que es y ver más de doscientos me gustas en sus éxitos. Ese ego mata los principales valores de la pesca. Si no queremos ver nuestros sitios repletos de malos pescadores no estaría mal revisar ese comportamiento de subir tantas fotos con grandes capturas de los mismos lugares. No creo que haya necesidad. Ocurre últimamente mucho con las truchas y el lucio, joyas tan valiosas y escasas en muchas zonas y que en otras aún se pueden conseguir grandes peces pero que cada vez están en más peligro por ese maldito ego…

La mentira

¿Recordáis muchos cuando comenzasteis a pescar lo difícil que era a veces aprender por cuenta propia? Muchos pescadores no sueltan prenda de cómo pescan. Y eso, para alguien que empieza, es un fastidio y rápido llegan las desilusiones, dejando aparcada la afición.

Cuando algún pescador novato nos pregunta, no estaría mal dejar de mentir y ofrecerle la mejor ayuda posible. No tenemos por qué ocultar nuestras técnicas o señuelos ni nuestros truquillos. Resulta obvio que deberemos andar con pies de plomo y no hacer revelaciones a según quien si no estamos seguros que luego hará un buen uso de nuestra ayuda, pero si sabemos de las buenas intenciones de nuestro primerizo pescador, deberíamos actuar en consecuencia.

Antes lo regalo que soltarlo

Tanto en agua dulce como en el mar, las poblaciones de peces van a la baja y algunos están en los momentos más malos de las últimas décadas. De nosotros depende cambiar algunas situaciones con nuestros actos deportivos, porque de los “profesionales” poco podemos esperar ya… Por ello hay que practicar más el captura y suelta y una pesca responsable. Claro que nos podemos llevar algún pez a casa para degustar con la familia pero hay que hacerlo con cabeza.

Algunos pescadores deben cambiar su mentalidad de llegar a casa con un cubo lleno de pescado solo para fardar ante familiares y vecinos y que vean lo grandes pescadores que somos. Los hay que dicen que para qué lo van a soltar, si luego se lo llevan otros, que antes lo regalan… cuando no acaban en la basura. Los tiempos han cambiado y esos gestos deberíamos corregirlos. Algunas especies no pueden ya soportar que cada pescador se lleve tantas piezas para casa… O ese ego y avaricia desaparece, o desaparecen los peces. De nosotros depende.

¿La basura en el monte?

Me resulta curioso comprobar como muchos pescadores se las dan de defensores de la naturaleza y sus peces favoritos; que si mucho captura y suelta, que si los ecologistas son lo peor… y luego son los primeros en dejar la basura en el monte, ahí tirada, como si nada. No sé que parte de su cerebro se activa para hacer esas cosas sin darle  la más mínima  importancia y que luego digan ser firmes defensores del catch and release.

Ya os lo digo yo: eso es fachada y pura falsedad. Un pecado gravísimo del pescador que no solo le afecta a él mismo y a este deporte, sino que es un ataque  a la naturaleza, con los riesgos que luego hay en cuando a incendios por ejemplo, al margen de ensuciar el paisaje y de los malos olores que quedan en la montaña, repercutiendo en la salud pública.

¡Cuidado con la vanidad!

Hay pocas cosas peores que un pescador vanidoso. Y últimamente, por desgracia, hay demasiados. La crisis ha hecho aumentar las distancias entre las clases de este país y algunos trabajadores no pueden permitirse lujos en la pesca mientras otros, cambian sus coches por 4×4 para tirar de su enorme y flamante embarcación, o renuevan cada temporada sus equipos por otros más caros o continuamente adquieren señuelos japoneses a precios escandalosos y vergonzosos.

Es algo lícito de hacer, por supuesto y seguro que no le daríamos tanta importancia si no es por el hecho de que esos mismos pescadores ya miran por encima del hombro al resto. Esa vanidad les delata… ¿Cuántas veces no hemos escuchado eso de que “se le ha subido a la cabeza”? Demasiadas y seguro que en nuestros círculos de conocidos y amigos pescadores es algo común… Que te vaya muy bien en la vida o en el mundo de la pesca no debería hacerte cambiar y creerte ya un gran pescador. Y eso lleva luego al ego, a la avaricia. Es todo una rueda de pecados terribles para el pescador.

Pero todos esos gestos pueden cambiarse con un poco de voluntad aunque para algunos sea tarea imposible. Así son las personas, las hay buenas y malas, que actúan bien y otras que solo tienen malos actos. Pero algunos, con un poco de ayuda y buenos consejos, pueden llegar a darse cuenta de sus errores y cambiar esas situaciones para ser mejores pescadores y ser mejores personas con los demás.