Pesca de lisas a mosca, una pesca diferente
por Juan Urrutia 5 de junio de 2012 2 commentsEn esta ocasión quiero hablaros de un pez combativo como pocos y cuya pesca mediante esta bella modalidad puede ir algo más allá de cebar con pan y lanzar cerca una imitación de miga para tentarlo. Ya lo habréis adivinado, claro está, me refiero a la popular lisa y de la pesca de lisas a mosca.
El pescador de cebo sabe bien que la lisa (algunas especies son más proclives que otras) ataca vorazmente cebos tan proteínicos como el gusano del fango. Pero no es éste su alimento exclusivo. Algas aparte, la lisa consume con suma avidez cualquier pequeño crustáceo, o mejor dicho sus larvas, que encuentre enterrado en el fango. Asimismo, cuando remonta los ríos, comparte, además de biotopo, alimentación con el barbo y la trucha. Concluimos, pues, que la lisa es susceptible de ser engañada con imitaciones de diversa índole y en muchos ambientes.
Contenido del árticulo
¿Cual es el mejor momento para tentarla?
A este respecto la lisa no es diferente de otros peces: hay que tentarla cuando está comiendo. Resulta sencillo ya que, contrariamente a la lubina que tiene sus horas, este combativo pez, se alimenta poco a poco durante todo el día. Podemos decir que casi cualquier hora diurna desde primavera hasta otoño es apta para probar suerte con la nuestras briosas protagonistas.
Buscaremos especialmente las nubes de fango que levantan al comer, síntoma inequívoco de que se decantan por pequeños invertebrados y no están consumiendo materia vegetal.
Escenarios ideales para su pesca a mosca
Podemos encontrar lisas en casi todas partes, pero no todos los lugares son adecuados para la pesca de lisas a mosca. Rías, puertos e incluso algunas playas urbanas pueden ser interesantes pesqueros. Nos acercaremos a zonas de poco calado y aguas tranquilas donde hayamos visto a estos magníficos peces alimentarse con frecuencia.
La técnica
Ya sea desde fuera, lo mejor para no asustar al pez pero no siempre posible, o desde dentro del agua, nuestro objetivo principal es colocar la muestra en esa nube fangosa que levanta la lisa en su frenesí alimentario y que, debido a éste, la tome sin recelo. En cuanto se percate de que la imitación no sabe a su alimento habitual, escupirá nuestra elaborada copia de una pulga de roca o de cualquier otro invertebrado marino.
Habréis deducido que gran parte del éxito de la pesca de lisas a mosca, está en los reflejos del pescador a la hora de clavar. Si la vemos tomar el engaño será relativamente fácil. En un par de peces que se nos escapen aprenderemos el momento exacto en el que hay que dar el cachete.
El mayor problema se nos presenta cuando en aguas someras un grupo de buenas lisas, de esas que pasan del kilo por bastante, rebusca afanosamente en el fondo levantando arena o fango y provocándonos un aumento del ritmo cardiaco.
Si nos acercamos tanto como para percibir la picada saldrán pitando y no volveremos a verlas, así que no queda otro remedio que el de mantener la línea tensa y recoger con extrema lentitud nuestro artificial. Al mínimo toque tiraremos con energía, nada de levantar la caña, si fallamos siempre podremos seguir recogiendo con suavidad y repetir el lance pero si hemos levantado la caña bruscamente, provocando mucho alboroto en el agua con la cola de rata, habremos perdido, no una, sino cualquier oportunidad de capturar algún pez.
El equipo para la pesca de lisas a mosca
La caña
Respecto a las características de nuestra caña para la pesca de lisas a mosca, destacaremos que su potencia no tiene porqué ser excesiva. Con una línea cinco podemos sacar cualquier lisa pero, dado que nos hallaremos “saboteados” por los soplidos de Eolo, no nos vendrá mal disponer de una caña para línea seis o siete.
Por el mismo motivo, la acción ha de ser de punta, como marca la tendencia actual de los fabricantes, influida, claro está, por el gusto de la mayoría de los pescadores. Respecto a la longitud de nuestra vara, diremos que con nueve pies (2,70 metros) nos bastará, siendo la medida más polivalente. Aunque en ciertos escenarios podamos echar de menos algo más de longitud.
El carrete
La lisa es combativa, nos hará disfrutar mucho, por lo que un carrete con freno de disco nos resultará muy cómodo por su progresividad.
La línea
Resulta fundamental que la línea sea una WF, es decir, descentrada. Posee un engrosamiento, más o menos progresivo, en un extremo (el que se lanza) y el resto de un grosor significativamente menor. El resultado es una línea que se proyecta con más facilidad aunque nos moleste el viento. Sea cual sea nuestra elección, tras cada jornada es obligatorio lavarla bajo el grifo y, estando ya seca, aplicarle la correspondiente silicona.
Bajos
Los elaboradísimos y “kilométricos” bajos utilizados en la pesca de la sagaz pintona montañesa son innecesarios en este caso. Podemos recurrir a un bajo cónico, comodísimo pues viene de fábrica con un grosor decreciente que posibilita buenas posadas, o simplemente añadir a un bajo trenzado un par de metros de hilo de veinte centésimas, dieciocho, si vemos que recelan.
En todo caso, el material idóneo es el fluorocarbono, no sólo por su conocida resistencia a la abrasión e invisibilidad, sino también porque es más pesado que el nylon y tiende a hundirse. Las ventajas de esto, pescando con ninfas a cierta distancia, son dos: por una parte la muestra profundizará más, y por otra, el bajo no formará combas al flotar dificultando el clavado.
Ninfas
Las ninfas similares a larvas de mosquito y pequeños crustáceos.
[quote]Con estas nociones básicas cualquier mosquero puede intentar la pesca de lisas a mosca. Si nos iniciamos en esta técnica podemos comenzar cebando con pan en las cercanías de un puerto y utilizando imitaciones de miga confeccionadas con el relleno sintético de almohadas y cojines. Una forma sencilla y divertida de hacernos con unos buenos ejemplares.[/quote]
2 Comentarios
Participa en la conversaciónHOLA SOY DE VENEZUELA PTO LA CRUZ ZONA DE PLAYAS AQUI HAY MUCHA LISAS PERO ESTAS NO PICAN EN ANZUELOS NI CAÑAS, HAY QUE UTILIZAR GARRAPIÑOS PARA CAZARLAS
¿Que son los garrapiños?