Como abordar la seguridad en la pesca costera

Como abordar la seguridad en la pesca costera

por 3 de mayo de 2012 0 comments

Los riesgo de seguridad en al pesca costera no es algo que se tenga muy presente. Con carácter general, la pesca suele ser vista por numerosos profanos como una actividad aburrida y carente de interés por la engorrosa necesidad de tener que echar mano de grandes dosis de paciencia para conseguir arrancar un puñado de peces al mar. Aunque esto este cambiando ya que los medios de comunicación se estan haciendo eco de los accidentes en la pesca deportiva marítima, sobre todo en la costa Atlántica y Cantábrica.

seguridad en la pesca costera

En este orden de cosas, el paraje donde se lleva a cabo en ocasiones se constituye en fundamental a la hora de determinar el resultado final de cada expedición, mas algunos de ellos tienen carácter sumamente restrictivo, incluso para quienes cuentan con una forma física envidiable. Y es que hay que tener en consideración que, como en la vida misma, en la pesca también hay una edad para todas las cosas, de ahí que haya que tener en cuenta que cualquiera no puede –o, mejor dicho, no debe– adentrarse en ellos, por muchas que sean las esperanzas que éstos alberguen. Y es que ni el pez más grande que podamos pescar justifica pensar que tenemos bula ante un contendiente que todos los años se cobra su tributo en vidas humanas.

Seguridad en la pesca costera

Un aspecto fundamental que nunca debemos olvidar consiste en no sobrevalorar nuestras posibilidades frente a las del mar. Evidentemente, encontrarnos en buena forma nos ayudará a evitar o, al menos, minimizar los eventuales daños generados por una caída, los cuales serán directamente proporcionales a nuestro peso, más el del material que portamos.

Por ello, conviene tener siempre las manos libres, para lo cual debemos evitar en la medida de lo posible portar bolsas u otros elementos en ellas, y decantarnos preferentemente por emplear mochilas, las cuales han de tener suficientes bolsillos y correas exteriores para el transporte del utillaje.

Cautela en la pesca costera

Por otra parte, cuando la pesca se aborda bajo unas condiciones de luz mínimas, el pescador puede desenvolverse sin grandes problemas, pero cuando la claridad brilla por su ausencia, las cosas cambian, y mucho. Y es que, pese a que hayamos realizado una determinada operación en infinidad de ocasiones, hay que tener en cuenta que el ojo humano aporta al cerebro un nivel de información que varía en función de la iluminación existente, de ahí que, cuando exista poca luminosidad, convenga actuar siempre con suma prudencia.

Así, en el momento de caminar sobre la roca, o bien cuando hay que saltar de una peña a otra, es probable que en ambos casos lleguemos al convencimiento mental de que podemos hacerlo sin mayores problemas, pero lo que a priori podemos considerar como cierto, a posteriori puede que no lo sea tanto, con, por ejemplo, piedras que al final están más lejos o cerca de lo que creemos, puntos de apoyo que una ola tapa en el preciso instante en que vamos a pisarlo… De este modo es como tienen lugar algunos de los mayores sustos cuando se pesca a la caída del día o de noche, por lo que nunca está de más hacer una llamada al sentido común y a extremar la prudencia.

Siempre pesca de cara a la ola

Por otra parte, encontrarse tan cerca del mar no sólo comporta el riesgo de padecer resbalones o golpes, sino que el propio medio al que le tratamos de sustraer alguno de los tesoros que alberga, se puede convertir en un peligro añadido incluso en el momento más insospechado. Es más, aunque la superficie sobre la que nos movamos se encuentre seca y la mar no se muestre demasiado activa, ésta siempre es capaz de jugárnosla, creando desde sus profundidades una lengua de agua que, sin previo aviso, reviente justo donde nos encontramos.

 seguridad en la pesca en la rompiente

De este modo, conviene tener siempre la secuencia de las olas a la vista y nunca jamás darles la espalda, un error harto frecuente entre el colectivo de pescadores que se da cuando, por ejemplo, se retoca el aparejo, o bien se procede al reencarnado, y se piensa que, por entonces, nada puede pasar. En el mar hay que andar con “vista del camaléon”, es decir, con un ojo puesto en lo que vayamos a hacer, y el otro controlando continuamente las evoluciones del oleaje.

Sin lugar a dudas, se puede abordar el tema de la seguridad en el mar desde múltiples perspectivas, entrando incluso a hablar de cuerdas, cinchas, arneses y demás enseres que se emplean para la práctica del alpinismo, en el supuesto de practicar nuestra afición desde un punto de vista un tanto “extremo”. Ahora bien, y a pesar de que haya quienes tengan por costumbre descender por paredes con un desnivel de noventa grados, lo cierto es que la inmensa mayoría de pescadores acuden hasta la orilla con el fin de pasar un buen rato sin excesivas complicaciones y luego, a ser posible, regresar a casa con un puñado de capturas en el morral.

Obviamente, la pesca en las playas se presenta como la modalidad más tranquila, y ni que decir tiene que resulta mucho más segura y cómoda cuando se puede llevar a cabo con la iluminación generada por las farolas de un paseo marítimo próximo.

Eso sí, ya sea aquí o en la piedra, no olvidemos que cualquier exceso de confianza en nuestras posibilidades nos lleva a situar al pez al frente de todo, y que nunca hay que jugar a la ruleta rusa con el mar, no vaya a ser que nos toque el nada apetecido “premio gordo”.

[quote]¿As tenido algún algún apuro pescando en costa? Compártelo y ayuda a concienciar.[/quote]

No hay comentarios todavía

Participa en la conversación

No hay comentarios.

Anímate y se tú el que comience los comentarios de este artículo.