Cómo actuar en los ríos altos de primavera

Cómo actuar en los ríos altos de primavera

Cómo actuar en los ríos altos de primavera

por 3 de mayo de 2018 0 comments

La primavera es la estación más deseada por la mayoría de los pescadores y en especial para los trucheros pues es época de apertura de vedas y podremos pescar en la totalidad de ríos de media y baja montaña, pero también es el momento de ríos altos, un hándicap que les hace más complicado.

El aumento de temperaturas primaveral trae consigo el deshielo de las nieves de las montañas (este año además ha sido un año espectacularmente benévolo en cuanto a nieves y las montañas están bien cargadas), a lo que añadir que abril suele ser un mes de lluvias, pues el dicho abril aguas mil es bien famoso.

Esto trae consigo que muchos ríos y en especial los que no están regulados por embalses, bajen muy altos de caudal en estos meses de primavera complicando la pesca y en ocasiones incluso haciéndola impracticable. Veremos cómo actuar en las diversas circunstancias que nos podemos encontrar durante estas primeras semanas de veda.

Ríos altos y sucios

Es algo muy habitual en estas fechas llegar a la zona de pesca y ver que el río baja con las aguas de color blanquecino a causa del deshielo o turbias por las frecuentes lluvias. No por ello debemos desmotivarnos y no pescar o buscar otra zona de pesca.

Los peces siguen estando en el sitio solo que le es más difícil localizar a sus presas. Si pescamos a mosca será el momento de ninfas y perdigones de mayor tamaño a las habituales y de colores algo más llamativos. Y serán momentos especialmente buenos para pescar con cucharillas en colores blancos, naranjas o flúor, así como con minnows con sonajero de mediano tamaño también de coloraciones muy llamativas.

Las truchas también se sienten atraídas por estos colores al igual que hace un bass o un lucio solo que muchas veces cuesta cambiar las clásicas costumbres. Con las aguas así nos podemos permitir algunos fallos ya que también a las truchas les será complicado percatarse de nuestra presencia por lo que podremos pescar muy en corto si las condiciones que los ríos altos lo exigen.

El socorrido bastón

A menudo los pescadores jóvenes se burlan de los más veteranos por llevar al río una herramienta como el bastón de vadeo. Aparte de evitar inesperados resbalones, resultan ideales para cruzar los ríos altos y con corrientes fuertes, siendo imposible de cruzar y vadear si no llevamos un bastón.

Y no es cuestión de llevar con nosotros un palo de pastor…hoy en día hay bastones de vadeo específicos de algunas reconocidas marcas mosqueras e incluso los palos de trekking son perfectos para nuestra causa y cuando no lo estemos utilizando, al ser la mayoría telescópicos, lo recogemos y nos lo colgamos en la mochila o atrás en el chaleco por ejemplo.

Siempre, eso sí, hay que evitar vadear en las zonas de más corriente, buscando los tramos más seguros, ya que el bastón solo es una ayuda y si el río baja con mucha fuerza hay que evitar cruzar pues los riesgos de caer al río y de tener un desagradable accidente, son altos.

Buscando zonas tranquilas

A la hora de buscar las mejores posturas para lanzar nuestras moscas y señuelos deberemos tener claro que en circunstancias tan adversas en el río, a los peces y más a primeros de temporada cuando las truchas están más débiles de fuerzas tras el desove, éstas se suelen colocar en zonas más tranquilas, fuera de las zonas de más corriente.

Así pues, buscaremos las tablas más remansadas, las orillas tranquilas aún con poca agua y en especial los pozos más profundos, evitando estas primeras semanas las zonas de corriente, aunque si ésta nos permite realizar bien el abanico con una cucharilla por ejemplo, siempre podemos perder un par de lances ya que no todos los peces del río actúan de la misma manera.

Esperando el mejor momento del día

Muchos pescadores acuden al río en estas fechas en momentos puntuales y no siempre se ponen de acuerdo. Unos lo hacen a primeras horas, antes de que el sol y las temperaturas del día aumenten el caudal del río por el deshielo. Otros, sin embargo, prefieren acudir con el día ya bien comenzado y caldeado pensando que las aguas tendrán una mayor temperatura. Lo que está claro es que a primera hora es cuando encontraremos las aguas más tranquilas y con mejor temperatura ya que luego, el agua del deshielo baja bastante más fría que a primeras horas.

Pero claro, no deberemos desechar esos momentos en los cuales deberemos buscar las zonas tranquilas de estos ríos altos como henos comentado anteriormente. Así pues, llegamos a la conclusión de que toda hora y momento es bueno sin nosotros no adaptamos al río y a los peces. Contra más hora sestemos lanzando t tentando los peces, más posibilidades tenemos de triunfar.

Las colas de embalses

Son una gran zona de pesca, pues es donde el río comienza a remansarse obligatoriamente y muchas truchas que se han dejado llevar por las fuertes corrientes se han quedado para alimentarse con mayor facilidad. Las aguas en las colas de embalse suelen ser algo turbias, pero no es problema alguno para los peces y para la pesca si utilizamos señuelos llamativos y que generen vibraciones. La trucha los detectará fácilmente en las aguas paradas. Suelen ser zonas donde abunda el barro en las orillas por lo que se hace imprescindible el vadeador o so la zona lo permite podemos pescar desde un kayak o pato.

En estas zonas, además, no solo viven truchas, pues es zona de barbos y hasta una buena carpa nos puede dar la sorpresa si pescamos a mosca.

Como vemos no hay motivos para no acudir al río cuando la lluvia y el deshielo hacen crecer nuestros ríos. Siempre y cuando éstos no sean impracticables podemos pescar y disfrutar buscando siempre los tesoros que esconden las aguas trucheras de nuestro país.

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