Hoy os dejamos un vídeo en el que sin ningún lance, ningún anzuelo, ninguna mosca ni siquiera un pescador podemos disfrutar, en toda su extensión de la belleza de la pesca y de la importancia de disfrutar de la pesca sin muerte.
En un paisaje incomparable, un pleno bosque con un otoño avanzado, arrancando el invierno, grandes truchas en edad reproductiva, algunas que superan incluso los 5 kilos, incluso más, abandonan los grandes ríos, sus pozas y apostaderos para subir a pequeños arroyos e iniciar el espectáculo de la freza de la trucha.
La freza de la trucha en este entorno, es todo un disfrute, la trucha busca fondos arenosos, bajos, en aguas muy puras en las que depositar sus huevos, como se puede disfrutar en este vídeo, con un movimiento nervioso, en el que se puede ver como el cuerpo de la trucha emerge, esas truchas que devolvemos al río y que ayudan a que este bello ciclo continúe.
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