Spinning de segunda, cuando la pesca de especies marinas secundarias nos garantiza jornadas de diversión

Spinning de segunda, cuando la pesca de especies marinas secundarias nos garantiza jornadas de diversión

Spinning de segunda, cuando la pesca de especies marinas secundarias nos garantiza jornadas de diversión

por 13 de junio de 2017 0 comments

Llamamos un spinning de segunda a la pesca con señuelos artificiales de esas especies marinas que pasan más desapercibidas y quizás no tienen esa aura de peces espectaculares en cuanto a tamaño o pelea, pero como veremos, hay muchos más motivos para intentar unos lances tras esos peces con menos nombre.

Hoy día parece estar imponiéndose otra absurda moda en el mundo de la pesca y no es otra que la de pescar el pez más grande para demostrar qué grandes pescadores somos. Hay especies de mucho menor tamaño en nuestros mares pero que implican mucho más conocimientos para engañarlas ya que hay que conocer muy bien al pez y los señuelos con los que engañarla, así como otros factores (horarios, estado ambiental y de la mar, etc.). Es cuando debemos echar mano de los equipos de rockfishing para disfrutar muchísimo más y comenzar a plantearse nuevos retos. Desde luego no nos aburriremos, que en el fondo, de eso trata este deporte.

El cabracho, el rey de la noche

Este pez, familia de los Scorpaenidae es bien conocido por los franceses por sus recetas de bouillabaisse Pero en nuestras aguas no es un pez muy buscado e incluso algunos pescadores lo detestan. No hay motivos para ello, la verdad. Su aspecto fiero y agresivo solo es una parte más de su extraordinaria belleza. Es el rey del camuflaje y el amo de la noche, un cazador implacable de minitallas y pequeños crustáceos. Es presa habitual por desgracia de los pescasub, que merman mucho sus poblaciones en algunas zonas y presa accidental cuando pescando a boya o a fondo sobre lechos de roca. Cualquier zona rocosa, sea natural o artificial es apta para intentar su pesca. Debemos buscarlo preferiblemente de noche, que es cuando se activa para cazar y para ello utilizaremos pequeños vinilos tipo cangrejos, quisquillas, grubs, shads y criaturas a los cuales trataremos de darles vida con montajes tan variados comno el Texas, el drop shot, carolina, jika rig o con simples cabecitas plomadas. Hay que pescar mucho los fondos hasta sentir su brusca picada, o como intenta llevarse el señuelo en su boca hasta su agujero y clavar. Su lucha no es nada del otro mundo, pero un ejemplar de medio kilo con una canita de rock ya es otro cantar. Y como no, las fotos que nos podremos hacer serán de cine.

Obladas, abundantes y luchadoras

Este Espárido no tiene la fama del sargo, el dentón o la dorada por ejemplo, en especial porque no alcanza grandes tallas. Los ejemplares de un kilo son excepcionales. Pero sí que son muy abundantes, son agresivos ante los señuelos y dan una buena pelea. Son peces de costa a los que les gusta la roca y las playas mixtas. Así que tenemos muchos lugares donde intentar su pesca sea desde orilla o embarcados. En primavera además forman buenas pajareras muy divertidas de pescar. Se mueven siempre en bancos por lo que si pescamos un ejemplar tendremos muchas opciones de capturar alguno más. Esa agresividad que tienen les lleva a atacar desde señuelos pequeños de superficie tipo poppers y paseantes, hasta jigs, vinilos y pequeños minnows. Su carne es blanca y firme y es muy apreciada en algunas zonas del Mediterráneo.

Serrano, el gran olvidado

Hay pocos peces tan hermosos bajo el agua como el serrano. Si este pez llegara a pesar un par de kilos sería uno de los peces más buscados, pero como su talla más habitual ronda los 100-400 gramos, pues es otra especie de esas consideradas de segunda. Su aspecto nos recuerda al de una lubina e incluso un bass, por la forma de su cuerpo y su gran boca. Sus colores son únicos y es todo un trofeo para los amantes de la fotografía. En algunas zonas sus poblaciones han sido mermadas por la facilidad que tiene de atacar cebos y señuelos cuando pescamos en sus dominios. Es un pez confiado y eso le lleva a atacar sin remedio cualquier presa y nuestros pequeños vinilos tipo shad y grub son golosinas para ellos. Basta montarlos con cabecitas plomadas y hacerlos nadar cerca de los fondos de roca y agujeros para tener bonitas picadas de serranos y ver si esa zona de pesca cuenta con una buena población o éstas están extinguidas. Cualquier hora del día es buena para su pesca ya que es un pez de hábitos más diurnos que por ejemplo el cabracho.

 

El festival de las caballas

Si hablamos de la pesca en pajareras, para muchos pescadores las caballas son más una molestia que una bendición. Pues con un equipo de rockfishing y unos pequeños poppers… ¡benditas sean! Son torpedos bajo el mar y si damos con ejemplares de talla próxima al kilo pondrán a prueba nuestro material de rock y veremos de lo que son capaces. No tienen el glamour de los bonitos, las bacoretas o las llampugas, incluso muchos pescadores prefieren las jurelas, pero la caballa es uno de los peces azules más batalladores de cuantos tenemos. La única pega es que deberemos buscarlas desde embarcación o un kayak ya que suelen frecuentar aguas más profundas que por ejemplo los jureles y jurelas. Pero si damos con ellas, la diversión está asegurada. Y atacarán sin remedio señuelos de superficie, pequeños jigs, minnows y shads de vinilo. Pero pescando pajareras deberemos ser consecuentes y si nos queremos llevar pescado a casa, pescar con cabeza y llevarnos lo justo sin esquilmar el mar, que para ello ya están algunos “profesionales”. Comencemos a poner nuestro granito de arena.

Éstas son solo algunas especies de menor importancia, pero hay muchas más de las que próximamente iremos hablando. Estad atentos a Cotodepezca.com y mientras tanto, ¡buenas pescas!

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