Señuelos en forma de pez, buscando la perfección

Señuelos en forma de pez, buscando la perfección

Señuelos en forma de pez, buscando la perfección

por 6 de noviembre de 2013 1 comment

Como bien sabréis, a menudo es difícil hacer una elección coherente llegado el momento de renovar los señuelos de nuestras cajas, merced al amplio elenco de opciones disponibles que aparecen en expositores y tiendas virtuales.

Señuelos, buscando la perfección en forma de pez

Y es que el pescador de hoy en día se ha vuelto sumamente exigente, y busca calidad y eficacia reunidas en apenas un puñado de centímetros, a ser posible ajustando al máximo el precio, lejos de los continuos cantos de sirena que emiten algunos fabricantes, quienes estiman que sus productos son el no va más de la pesca. Y es que, sobre el papel, es muy fácil decir que un determinado señuelo es bueno, pero, en realidad, es el propio pescador quien luego verificará tal afirmación sobre el terreno basándose en una serie de parámetros.

Señuelos en forma de pez, pistas de perfección

La noción de eficacia de los señuelos en sentido estricto, es decir, la capacidad que éstos muestran a la hora de engañar a un pez de carne y hueso, no es lo único que hace que un engaño sea “bueno”.

La imitación todoterreno o de carácter universal no existe, ni existirá jamás, puesto que cada situación demanda la utilización de un artificial bien preciso que permita simular el comportamiento natural de un alevín, los cuales, mientras navegan, se ven sometidos al efecto de las corrientes, las olas, el calor, el frío, etc, motivo por el cual cada una de ellas debe responder a tales imperativos, mas no todas lo hacen en la misma medida. A tal respecto, el mejor de los artificiales es siempre aquel que responde mejor a las condiciones reinantes, de ahí que en anteriores ocasiones hayamos puesto especial énfasis en comprar más en función de los escenarios de pesca, mientras desdeñamos cualquier aspecto que redunde en torno a lo estético o a la fama que tenga en el colectivo de pescadores.

Por otra parte, un notable síntoma de encontrarnos ante un buen artificial estriba en el hecho de que éste sea lo más reactivo posible, en el sentido de que no sea preciso invertir mucho esfuerzo en orden a generar movimiento de carácter equilibrado y homogéneo, cuestión que tiene lugar cuando el engaño concentra una mecánica de nado precisa y fiable. A tal efecto, un popper debe “popear” fácilmente”, un minnow debe nadar inmediatamente tras bobinarse el primer milímetro de línea, y un paseante bailar al primer golpe de muñeca. En resumidas cuentas, debe actuar de modo continuo y regular, pues, en caso contrario, lo más probable es que esté mal calibrado.

Defectuosos

En momentos difíciles, sobre todo cuando los peces muestran curiosidad y/o desconfianza, el señuelo debe responder primeramente a los dedos y ojos del pescador. De este modo, si no es suficientemente reactivo, su nado puede resultar titubeante, motivo por el cual será rechazado con frecuencia, en vez de generar una sensación que incite al depredador a morder. Por eso, todo señuelo que veáis mal, o bien que se muestre reticente a moverse con naturalidad, debe ser descartado.

Señuelos en forma de pez

Por otra parte, a veces los baberos de los minnows son igualmente responsables de problemas en la natación si no guardan una correcta orientación con respecto a la anilla de proa del engaño. En todos los casos, si el señuelo no es capaz de mantener un nado correcto en una secuencia entera de recuperación, debe ser descartado, siempre y cuando no pueda ser reequilibrado con la ayuda de un golpe de alicate.

Homogeneidad y resistencia

A día de los corrientes, la tecnología aporta numerosos avances en la construcción de los señuelos, como es, por ejemplo, colocando esferas de tungsteno en sus entrañas, lo cual no cabe duda que supone un paso adelante en términos de calidad, cuestión que, por otra parte, obligará a reforzar su estructura, algo que redundará en el precio final.

[box][quote]El armamento de los señuelos tiene un lugar muy importante en el cálculo del precio final del producto[/quote] [/box]

La concepción de un señuelo debe tener en cuenta factores más complejos incluso que sea avanzado tecnológicamente. Este trabajo es confiado a las oficinas de diseño, pero, como en botica, hay de todo. Por eso, confiar en una gran marca es sinónimo de acierto, en la medida que nos van a garantizar un señuelo que funciona y que podremos aprovechar durante mucho tiempo.

¿Buenas armas?

Actualmente, el armamento de los señuelos tiene un lugar muy importante en el cálculo del precio final del producto, en la medida en que su coste apenas pueden alterarlo, como bien quintuplicarlo. Es por eso que la calidad de aquél juega una función primordial en la bondad de un señuelo. Es más, el mordiente de los aceros constituye un factor esencial, aunque cuestión bien distinta es comprobar la duración global que tiene ese anzuelo, sea a la tracción o bien al óxido, pues es de dominio público que cada vez se invierte menos en este punto y, en cambio, se hace pagar un precio abusivo al consumidor por algo que no lo merece. Es, sin duda, un auténtico mal de carácter endémico.

Señuelos, buscando la perfección en forma de pez

Sota, caballo y rey

La mayoría de los señuelos que tenemos disponibles son capaces de atrapar al pez, mas, a decir verdad, ¿cuántos podríais considerar, a vuestro entender, como perfectos? Seguro que apenas bastan unos segundos para que penséis en –si acaso- apenas una decena de ellos…

Ahora bien, partiendo de la base de que cada pescador es un mundo, y que la perfección puede adoptar múltiples formas, no es de extrañar que apenas un puñado de ellos entre dentro de tantas quinielas, quién sabe si por su mecánica, o bien por otros factores. El caso es que, por más que busquemos una razón lógica, a los peces les gusta, y punto.

 

 

1 Comentario

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  1. Toni Martínez
    #1 Toni Martínez 6 noviembre, 2013, 10:05

    Grandes consejos y sabias palabras Carlos 😉

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