Moscas de pesca Pesca mosca

Razones que hacen a la efémera una mosca imprescindible

por Antonio Gallardo 20 de abril de 2017 0 comments

El buen tiempo se impone con temperaturas que superan ya los 20 grados en muchos ríos. Una combinación perfecta para que comiencen las eclosiones de insectos, que serán todo un espectáculo para el pescador o para el que tan sólo quiera acercarse a un río y ver las continuas tomas de la trucha. Una enorme variedad de insectos e imitaciones para el pescador a mosca, en la que no debe faltar nunca la efémera.

La mosca efémera

Los efemerópteros (Ephemeroptera), uno de los insectos más abundantes en los ríos con más de 3.000 subespecies a lo largo de todo el mundo, más conocidos efímeras o efémeras es sin duda un imprescindible de la pesca a mosca. Puede que en algunas jornadas de pesca, pase desapercibido, pero si las truchas tienen ganas de estos insectos, podemos encontrarnos con una picada sin fin.

Una efémera danica, objeto de nuestra imitación

La efémera nace en el agua y allí está en su fase larvaria. La ninfa acuática realiza su metamorfosis sobre el agua, y de ella surge un subimago inmaduro que vuela hasta un lugar seco donde, al cabo de una horas, vuelven a mudar convirtiéndose en insectos maduros. La vida de los adultos es muy corta. Muchas especies viven menos de un día: emergen al atardecer y por la mañana han muerto. Su única misión es el apareamiento y la puesta de los huevos. Pero llegado ese momento, las eclosiones son explosivas, abundantes, un auténtico festín para la trucha. Las posiciones preferidas suelen ser las que representen a las efémeras a punto de remontar el vuelo en el agua –subimago- o cuando están emergiendo. Estas dos posiciones, son fundamentales en nuestra caja de moscas pero también

La importancia de la observación de las efémeras

La trucha es muy lista. Si ya llevas años pescándola, no hace falta que te hable de un pez astuto como pocos. Si eres nuevos, es una lección que aprenderás con la práctica. Siendo muy cauteloso, haciendo lances muy precisos donde la trucha come y por supuesto eligiendo la mosca perfecta. Con ello no vale con lanzar cualquier efémera, y elegir el estadio de forma. Si optamos por elegir ya con sus vistosas alas preparadas para el vuelo o hacerlo en forma de emergentes. Según esté tomando la trucha, elegiremos entre las diferentes posiciones, así como matices de color y tamaño (este último según se el río y las truchas que lo habiten).

Un montaje de efémera clásico con colores claros

En el momento que acertemos la toma, la pesca puede ser frenética, tal y como lo es el festín que se dan las truchas a costa de las mismas. Las últimas horas de la tarde son las más productivas y esencialmente en el cierre de temporada, desde finales de mayo o arranque de junio en los ríos con tramos más bajos y generalmente en zonas calizas, pero esencialmente en el cierre de temporada, en julio y agosto.

Un festín de efémeras

En esta época coincide con muchas otras eclosiones de buena parte de los insectos con lo que la observación se hace mucho más importante. Lo bueno de estos días es que las tardes son muy largas, podemos tener una arrancada de efémeras a primeras horas de la tarde y no parar de pescar hasta el anochecer. A diferencia de otros insectos las efémeras tienen un periodo de actividad además de explosivo muy constante y por ello esa predilección por parte de la trucha. Según se activa la efémera las pintonas van al ataque de las mismas.

Una construcción de efémera con cuerpo extendido, su posición entre aguas la hace muy efectiva

Su pesca es sencilla y combina cautela y como ya hemos mencionado buena elección del estado de la efémera y color. Los oliva o crema son los más clásicos y usados, pero podemos hacer pequeñas variación según observem