Pesca con vinilos en mar: ¿Un círculo cerrado?

Pesca con vinilos en mar: ¿Un círculo cerrado?

Pesca con vinilos en mar: ¿Un círculo cerrado?

por 15 de marzo de 2017 0 comments

Basta con echar un vistazo al material que circula por Internet y en prensa especializada para darse cuenta que desde hace unos años, que la pesca con vinilos ha ido ascendiendo peldaños en el escalafón de las preferencias de los pescadores, y razones para ello no faltan. La manga ancha que otorgan estos guiñapos de plástico flexible es algo que los señuelos convencionales no pueden siquiera aspirar, dado que cada uno de ellos ha sido específicamente diseñado para investigar un determinado estrato del agua, como tampoco pueden competir en términos de precio en virtud de su notable carestía. Bien es verdad que a ese éxito también ha contribuido la natural curiosidad del pescador que siempre busca ir un poco más allá dentro de su afición, cuando muy pocos, y a pesar de los muchos años que hace que las tenemos ahí, daban un duro por las denominadas gominolas.

Y ya lo ven: muchos artificiales de primera línea se han visto relegados a posiciones de reserva frente a ellas, independientemente de su valor, prestigio y capacidades. Ahora bien, tengamos presente que en la actualidad nos encontramos en una dinámica que no debe resultarnos extraña, pues lo mismo que hoy los vinilos desbancan a muestras duras de postín, en tiempos pretéritos estas últimas a su vez recibieron mayor atención que otros artificiales previos que nadie calificaría como desfasados, y mañana ocurrirá lo mismo con otra cosa. Eso sí, aún falta por saber qué será lo próximo que nos deslumbre, pero tengan por seguro que esa tesitura sucederá.

La pesca con vinilos en mar está cada día más en auge

La rueda gira…

Por motivos que abarcan desde cuestiones de opinión hasta interés puramente comercial, hay vinilos que reciben una mayor atención que otros, mas lo cierto es que el universo de formas, tamaños y colores de estos señuelos es tan inmenso que jamás se podría establecer un ranking de los más adecuados. Y es que, en virtud de su fácil fabricación, infinidad de fabricantes ofrecen tal pléyade de opciones que resulta imposible conocer cada una de ellas, lo cual nos aboca a pasar por alto ciertos modelos que seguro podrían valernos para nuestras salidas.

Por otro lado, las modas y los cambios de parecer de los pescadores a veces determinan la prevalencia de algunos señuelos frente a otros, ya que mediante el boca a boca es posible descubrir referencias que atraigan la atención del colectivo por un periodo de tiempo, hasta que alguien haga saltar la liebre con otro engaño especial ponga fin a ese encanto. Ejemplos de ello hay de sobra en lo que atañe a los señuelos flexibles. De hecho, hoy parece que nadie se acuerda de cierto modelo longiforme que tanta lubina dio hasta que otra goma de procedencia gala y provista de sistema Texas (montaje que por otro lado siempre ha estado ahí, en especial en lo que respecta a masas de agua dulce, pero que desde entonces se ha popularizado en el mar), así como con una textura sumamente blanda, se apoderó del mercado desde hace unos años. Pues bien, esas nuevas incorporaciones que a fecha de los corrientes copan todas las miradas, algún día también saborearán esa amarga medicina y se verán desplazadas, mal que les pese…

Hay que maximizar las ventajas de los vinilos para sacar lo mejor de su pesca

 Con lógica

La pregunta que cabe hacerse es si únicamente esos señuelos punteros son los que mejor servicio nos pueden prestar, y la respuesta es bien clara: en absoluto. Todos podemos emplear cualquier tipo de señuelo flexible a la hora de engañar a la astuta lubina y demás depredadores marinos siempre y cuando creamos realmente en sus posibilidades, cuestión que esas opciones atestiguarán en un sentido u otro en función del comportamiento que nos ofrezcan con la primera pasada frente a nosotros. Si por entonces el rolling, el coleteo o su comportamiento no nos conquista, no los utilizaremos con convicción y eso se traducirá en una ausencia de capturas, de modo que, a no mucho tardar, y en vista de tener la sensación de estar perdiendo el tiempo, lo más lógico es que terminen relegadas al cajón de los descartes. Ahora bien, es verdad que en parte ayuda el hecho de disponer un aparejo adecuado a ellos, con el lastre suficiente (a ser posible carente de él si influye negativamente en la natación), y acompañando a todo ello una caña y un carrete acordes a ellos y a las circunstancias de pesca…, además de carecer de complejos.

Una reflexión en voz baja

Por más que se machaque con el mensaje de que al pez sólo se le pesca con un reducido número de señuelos, lo cierto es que podemos lograrlo con cualquiera en tanto sepamos manejarlos convenientemente, y usarlos en el lugar y momento precisos, así que echemos un vistazo a los desheredados que un día arrinconamos ante el ímpetu con que ciertas referencias llegaron al mercado.

No hay que despreciar las virtudes de otros artificiales y centrarse en la pesca con vinilos

Y es que conviene recordar que lo que un día pescaba, hoy sigue siendo tan capaz como entonces, máxime cuando con la pesca de vinilos en mar contamos con un margen de maniobra que los señuelos convencionales sólo pueden soñar, y resulta que los tenemos ahí, muertos de la risa mientras pensamos en cuánto gastar en nuevos ingenios que, por toda la prosa que lleven aparejada, casi siempre poco o nada nuevo vienen a aportar más allá de la cuestión puramente estética. Reflexionemos durante un momento acerca de lo expuesto, y veamos hasta qué punto nos estamos equivocando…

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