Pesca sin dolor ¿el siguiente paso a la captura y suelta?

Pesca sin dolor ¿el siguiente paso a la captura y suelta?

Pesca sin dolor ¿el siguiente paso a la captura y suelta?

por 16 de abril de 2014 2 comments

Desde siempre mi filosofía de pesca ha sido el “captura y suelta”, pero como el tiempo inexorablemente hace cambiar todas las cosas, no sería conveniente anclarnos en el pasado, por lo que, y teniendo en cuenta las dificultades sabidas por todos que está pasando la pesca en aguas continentales, habrá que plantearse avanzar en esta doctrina filosófica de pesca y dar un paso adelante para salvaguardar las poblaciones de las especies piscícolas que actualmente habitan –cada vez menos- en nuestras aguas. Y es así como, a partir de hoy mismo, y empezando por esta jornada en busca de los esócidos y centrárquidos de Contreras, me he propuesto la práctica exclusiva de la “pesca sin dolor”.

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[quote]¡Esta va a ser mi filosofía de pesca desde ahora! -vociferé entre aspavientos de alegría-[/quote]

¿Qué es esto de la pesca sin dolor?

He de reconocer que la autoría de tan brillante innovación no es mía, ya que el primer practicante conocido, y quien me inspiró para seguir sus pasos, es mi amigo Alejandro que, pescando basses en superficie, en cuanto veía que el pobre pez se disponía a engullir el señuelo, daba un cachete raudo para quitárselo de su ansiosa bocaza y así evitarle el dolor que supondría clavarse el anzuelo en la misma. Y fue en ese momento, tal como un San Pablo de Tarso pescador, cuando un resplandor del cielo, o quizá sólo fuera un fogonazo de mi enferma mente, me deslumbró, y es cuando, en ese momento puntual, vi la luz. ¡Esta va a ser mi filosofía de pesca desde ahora! -vociferé entre aspavientos de alegría-. Y es así como esta última jornada la llevé por primera vez a la práctica, pasando a continuación a relatar brevemente la mejor forma de llevarla a cabo.

La técnica de la pesca sin dolor

La técnica que vamos a utilizar en esta ocasión será el “lance” o “spinning”, y para disfrutar de una grata jornada practicando la “pesca sin dolor” deberemos, en esencia, seguir los pasos casi académicos de la mencionada técnica, iniciándose con el lance de nuestro señuelo, cómo no, pero, y es aquí donde estriba la diferencia con el spinning ortodoxo y poder así compaginarlo con nuestra nueva filosofía de pesca, deberemos dejar profundizar el señuelo hasta el fondo -si es en zona de piedras y árboles sumergidos, mejor- y una vez en el mismo dar fuertes tirones al mismo, procurando que se trabe o enganche en algún obstáculo, evitando así su acción natatoria, lo que hará que sea imposible confundir al depredador, y que éste ataque y se clave con el anzuelo, produciéndole el dolor que tratamos de evitarle a toda costa. Eso sí, el respeto más escrupuloso a esta nueva filosofía de pesca nos costará un sin número de pérdidas de material, dejando a nuestras cajas de señuelos “tiritando”, pero la satisfacción personal que nos producirá el no haber herido a ningún pez y, por tanto, no haberle causado ningún dolor, inconveniente, ni molestia, compensará con creces este pequeño varapalo pecuniario.

Alguno pensará… ¿Y por qué directamente no se le quita el anzuelo al señuelo y se evitan así pinchamientos y pérdidas innecesarias? Pues no, ya que se perdería la esencia de la pesca en la que el anzuelo juega un papel primordial.

Una difícil jornada de pesca

Bromas, ¿o no?, aparte, no puedo terminar este artículo sin mencionar la realidad de la jornada pasada en el Pantano de Contreras, y es que la pesca, tanto de lucios como de black-bass, estuvo muy, muy difícil, pese a verse ya a las grandes hembras de bass tomando posiciones para el inminente desove, lo que provocaba que hicieran caso omiso a cuantos señuelos pudiéramos mostrarles, siendo la spinnerbait el único artificial que consiguió arrebatar de su regazo acuático a algún  pez, y hacer reaccionar tanto a una y otra especie de depredadores. La pesca a pez visto… imposible. Lanzar en coberturas propicias (árboles sumergidos y pronunciados cortados) y con una recogida rápida del mencionado señuelo sería la forma de provocar algún ataque, aunque este sólo fue el caso para mi amigo Alejandro, puesto que yo me empeñé en buscar en las profundidades abisales del pantano a los esócidos, lo que me ocasionó que después lo que tuve que buscar, para encontrar alguno, fue en el fondo de mis cajas de señuelos debido a la desmesurada merma producida en los mismos gracias a la abundancia de traicioneros y viles  árboles y pedruscos sumergidos, que succionaban mis artificiales con inusitada voracidad y rapidez. ¡Sniff!

pisto

Y para terminar este artículo, como todo en una jornada de pesca no va a ser malo -incluso, sacando peces o no, podría asegurar que siempre se disfruta- mencionar que el día se completó con un sabroso y opíparo pisto manchego, cuya autoría hay que atribuir a las expertas manos de María Rosa, esposa de mi compañero de fatigas, a base de tomate, cebolla, calabacín y pimiento, acompañado con abundancia de panceta de cerdo, que hicieron de esta pitanza el mejor manjar posible, degustado, además, disfrutando en medio del agua de la agreste y bella naturaleza de este indómito paraje. Os aseguro que no hay restaurante en el mundo que le pueda hacer sombra a éste.

Así que, ¡ánimo y a practicar “la pesca sin dolor”!

 

 

2 Comentarios

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  1. Josan Illescas
    #1 Josan Illescas 17 abril, 2014, 09:59

    Hola, Paco, siento de todo corazón tan tremenda pérdida causada por la absurdez de mi artículo en el cómputo del tiempo de tu existencia; pero, por otro lado, tu elogioso comentario sobre el mismo me da ánimos para seguir en el mundo de la literatura del vodebil sobre pesca, je, je, je… Es cachondeo, hombre… como la primera parte del artículo.

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  2. Paco
    #2 Paco 16 abril, 2014, 13:34

    Acabo de perder 5 minutos de mi vida leyendo semejante sinsentido. Tirar la cucharilla para que se me pierda en el fondo y así no lo come el pez?

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