Llega el otoño y las bogas se han ido descolgando aguas abajo a medida que el caudal de los ríos ha ido menguando. Es el momento de pescarlas con ninfas en las desembocaduras, ya cerca de los embalses en los que pasarán el invierno.
A pesar de su tamaño (20-25 cms), la pelea es divertida si utilizamos equipos ligeros y terminales muy finos y pondremos a prueba nuestra técnica para esas truchas resabiadas de final de temporada.
Una de las pocas especies continentales autóctonas que nos queda. Una joya que deberemos conservar a toda costa y devolver siempre al agua sin causarles daño alguno.
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