Otoño y pesca de luciopercas: un momento clave

Otoño y pesca de luciopercas: un momento clave

Otoño y pesca de luciopercas: un momento clave

por 19 de septiembre de 2017 0 comments

Los pescadores asocian muy a menudo el mejor momento del año para la pesca de la lucioperca, durante los meses de desove en primavera. Está claro que son semanas donde este Pércido es más vulnerable, se acerca a las orillas someras y están muy agresivas ante nuestros señuelos. Pero los meses de otoño son quizá los mejores para dar igualmente con grandes bancos de peces y ejemplares entrados en kilos. Veamos el porqué.

Se acerca el invierno

Parafraseando la famosa frase de la mundialmente conocida serie televisiva, Juego de tronos, para la lucioperca también se acerca el invierno. Los meses más fríos del año son parcos en comida y las sandras los saben. Además, la temperatura de las aguas las obliga a refugiarse en las profundidades y a permanecer en un letargo parcial, solo interrumpido cuando alguna presa pasa junto a ellas. Así pues, la estación otoñal se torna perfecta. La temperatura es ideal para que estos peces realicen largos y continuos desplazamientos por cualquier zona del río o embalse, manteniéndose activa casi todo el día (a poco que esté algo nublado) y gran parte de la noche. La comida en forma de alevines y cangrejos abunda y deben sobrealimentarse para hacer frente al duro invierno.

Peces agresivos

Pero no nos engañemos. No en todos los lugares su comida es tan abundante y ante la escasez de alimento y su necesidad de alimentarse rápidamente, hace sacar el lado más agresivo ante nuestros señuelos de esta implacable cazadora. También ocurre cuando nadan en bancos ya que la competencia por el alimento las hace ser mucho más agresivas que cuando cazan en solitario. Más complicado será con esos solitarios y grandes ejemplares, pero juega a nuestro favor la inminente llegada del invierno, por lo que su agresividad es comparable a los meses de primavera, cuando también deben aumentar peso ante la llegada de la freza tras un duro invierno o deben proteger ferozmente a sus crías de cualquier pez invasor.

Todo tipo de señuelos

Son momentos donde si no delatamos nuestra presencia y presentamos correctamente los señuelos, las picadas se darán una tras otra. Si la claridad del agua lo demanda, los bajos de línea deberán ser de fluorocarbono y claro está, utilizar líneas trenzadas para sentir mejor nuestros artificiales y las picadas de los peces, que se caracterizan especialmente por su sutileza en más ocasiones de las que quisiéramos. Desde vinilos hasta jerkbaits de medias aguas, lipless, spinnerbaits…en otoño todos los señuelos funcionan. Todo depende de la profundidad donde se encuentren y del alimento habitual en la zona de pesca, para intentar engañarlas con el señuelo idóneo. Lo mejor es comenzar utilizando señuelos rápidos, para cubrir mucha agua en busca de peces activos y si falla esta opción, pasar a los vinilos buscando las luciopercas por el fondo, de manera mucho más lenta. Mi señuelo preferido en estas fechas es el shad de vinilo, más conocido como pikie. Con una cabeza plomada o un montaje Texas o Jika Rig, podremos cubrir cualquier capa de agua de una determinada zona y buscar un claro patrón de pesca para la jornada.

¿Río o embalse?

Pescar luciopercas en embalse nos supone siempre el mismo problema y no es otro que dependiendo de la profundidad donde se muevan y se estén alimentando, necesitaremos una embarcación, un kayak o en su defecto, un pato. Desde la orilla estamos más limitados, salvo los meses de reproducción en los que necesitan las orillas poco profundas para llevarla a cabo. Más fructífera en otoño es la pesca en el río y además resulta muy agradable, lejos ya de las semanas sofocantes de calor del verano. Estar junto a la ribera del río, con los árboles cambiando de color y ese aroma a humedad le da un toque mágico y especial a esta pesca. Buscaremos a la lucioperca en tablas y tramos de corriente lenta, preferiblemente con algo de profundidad y fondos limpios de algas, a poder ser tras una buena corriente. Las pozas también dan peces pero en menor cantidad, si bien son de mayor tamaño. Todo es cuestión de tocar el mayor número de posturas posibles con nuestros señuelos hasta dar con ellas, pues en cualquier momento o encontramos un banco o nos pasarán por delante.

Esperamos que tengáis unas buenas jornadas de pesca y que respetéis a esta controvertida especie, a pesar de la actual ley de pesca, y poder seguir disfrutando de ella por muchos años.

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