¿Necesitas tanto señuelo artificial?

¿Necesitas tanto señuelo artificial?

¿Necesitas tanto señuelo artificial?

por 28 de noviembre de 2016 1 comment

La cruda realidad es que estamos comprando y probando nuevos señuelos artificiales continuamente, pero ¿Necesitamos tantos?

Mucho ha llovido desde que el genial Lauri Rapala dio a conocer al mundo su simple pero ingenioso modelo “Original” que tantos peces ha dado en masas de agua dulce y salada, aun cuando este cebo iba inicialmente pergeñado para la pesca fluvial. En base a él, a partir de entonces las firmas productoras de engaños para nuestra afición han ido poniéndose las pilas y no han dudado en servirse de cuanta tecnología fuera pertinente para producir más y mejores productos de este tipo, teniendo siempre en mente la idea de la venta en cantidades industriales, así como ocupar un puesto destacado en el ranking de las casas más valoradas del mercado en virtud de diversos extremos.

En este orden de cosas, los sistemas de transferencias de pesos, las chirriantes esferas de cristal alojadas en distintos compartimentos o los afiladísimos triples que arman a estas preciosas muestras, constituyen unos claros ejemplos de cuánto ha evolucionado el espectro concerniente a la presentación de estos curiosos accesorios.

Resultaría necio afirmar que semejantes aportaciones no alteraron en gran medida la práctica del lance ligero en agua salada. Aun así, todavía existe una serie de puntos importantes que los fabricantes debieran, si no solucionar, por lo menos sí revisar… aunque otra cosa es que nos hagan caso por más que se lo demandemos. Ya se sabe: ¿merece la pena fabricar un artificial perfecto, es decir, carente de puntos que mejorar?

¿Porque el babero del señuelo artificial es tan poco resistentes?

Un aspecto importantísimo para la correcta natación de los artificiales radica en la necesaria compacidad del babero que cuelga bajo su mentón. Sin embargo, estas resistencias de plástico suelen ser muy frágiles ante los impactos, lo que ha permitido que no pocos buenos señuelos terminen en la basura en virtud de las escasas o inexistentes posibilidades de hacer una reparación en este punto.

babero del señuelo artificial

Para evitar esta contingencia, algunas empresas ya se han puesto manos a la obra y, como punto de partida, han comenzado por sustituir estos débiles baberos por otros materiales que a la larga no aportan una solución real sobre el terreno. Ante casos así, cabe pensar que no hay ningún interés por solucionar defectos.

La lubina come  cuanto quiere comer

Las consecuencias de que la publicidad se haya abierto camino en el ámbito de pesca ha posibilitado que cierto material deportivo de algunas casas sea muy deseado por parte de un amplio segmento de pescadores, al punto que en este orden de cosas, en ocasiones la situación ha llegado a rayar lo surrealista por lo menos en lo que respecta al capítulo concerniente a los peces artificiales, máxime cuando la realidad se muestra en todo su esplendor.

Un aspecto que hemos podido constatar numerosas veces es que la lubina se suele mostrar especialmente reacia a embocar nuestras imitaciones cuando la comida abunda. En tal supuesto, la tenencia de determinadas muestras en ciertos lances puede significar la diferencia entre pescar o volver a casa con las manos vacías, pero es evidente que cuando el pez no está por morder, ya podemos ofrecerle la más realista creación, que todos los intentos serán en vano.

Por contra, cuando el yantar escasea, la situación cambia y será capaz de abalanzarse casi contra cualquier señuelo que entre dentro de su radio de acción, ya cueste unos céntimos que varias docenas de euros. Llegados a este punto, ¿es necesario proveerse de los caros artificiales que circulan en el mercado? Pues, el caso es que habría que pensárselo bastante, porque por mucho que digan lo contrario, cuando el pez no quiere entrar al quite, da igual lo que le ofrezcamos. Además, a veces la labor del pescador tiene una importancia muy considerable, en tanto el tipo de señuelo que utilice puede llegar a ostentar un carácter marginal.

Pesca más la experiencia que el señuelo artificial

Desde los medios a menudo se insiste en vender el mensaje de que es preciso contar con tal o cual engaño para tener éxito con la lubina. Por el contrario, hay otra realidad bien distinta, sobre todo cuando los más veteranos saben perfectamente qué es lo que ella necesita. Por eso, cuando interrogamos a estos curtidos pescadores por el tipo de muestra que utilizan en sus salidas, los hay que callan o dan una respuesta errónea, mientras que otros no mostrarán la menor reticencia a desvelar sus secretos. Varios chivos envueltos en papel de periódico y con los anzuelos clavados en el corcho de una botella, o un par de minnows de escasa profundización y carentes de realismo, es todo el armamento que portan en el interior del bolsillo de su pantalón. Y mientras tanto, nosotros volviéndonos locos…

chivos de pesca

Conseguir el favor de estas gentes no siempre es tarea fácil, pero en el caso de lograrlo, adquiriremos un montón de conocimientos sumamente útiles para lo sucesivo, de modo que mucho ojo incluso con el que en principio tenga pinta de desgarramantas, pues cabe la posibilidad de que sea uno de esos artistas capaces de lo imposible mientras los demás estamos ocupados en mirar lo bonitos que son nuestros señuelos de treinta pavos.

1 Comentario

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  1. Miguel
    #1 Miguel 13 diciembre, 2016, 20:03

    Soy pescador de rio con licencia desde 1961. Algo tambien de mar, pero lo mio es la trucha, el lucio, el bass y la lucioperca. Totalmente de acuerdo contigo. He regresado a la cucharilla, solo y exclusivamente la cucharilla, bajo la unica pauta de «la mas barata», y pesco tanto o mas que nunca. Es el pescador, no el señuelo. Enhorabuena por tu labor y un afectuoso saludo. Miguel

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