Limpiar las capturas o no, he ahí la cuestión

Limpiar las capturas o no, he ahí la cuestión

Limpiar las capturas o no, he ahí la cuestión

por 11 de diciembre de 2013 1 comment

El deplorable estado en que se encuentran las poblaciones piscícolas de nuestros mares, impide que muchas veces podamos regresar triunfantes de los paseos que nos damos por los dominios de Neptuno. Ahora bien, hay días en que los astros y la providencia confluyen justo cuando probamos suerte y ocurre el milagro. Sin embargo, tras las consabidas felicitaciones y parabienes, llega el momento de preparar los peces para su posterior consumo, cuestión que, en ocasiones, puede llegar a ser motivo de polémica o disputa.

 Limpiar las capturas o no, he ahí la cuestión


Ha llegado el rey

Como bien sabemos, capturar varios peces a lo largo de una jornada de pesca es algo que no siempre es posible. No obstante, cuando eso sucede, la idea más frecuentemente extendida consiste en pensar que basta con llevarlos hasta casa para que sean otros los que se encarguen de dejarlos limpios de polvo y paja. Y el caso es que así ocurre en muchas ocasiones, mas lo cierto es que, aparte de ser un comportamiento injusto, es una medida absurda y poco inteligente desde un punto de vista práctico.

Lo mejor es limpiar el pescado en el mismo lugar de pesca

La tarea de desescamar y retirar las vísceras a nuestras capturas no es precisamente una labor de lo más agradable, pero tampoco es de recibo que se la encasquetemos a otras personas. De hecho, basta con que le demos la vuelta a la tortilla y nos pongamos en la posición del que recibe semejante “presente”. “Maldita sea la gracia que ahora me da tener que limpiar este asqueroso pez reseco, que me va a poner la cocina hecha un auténtico cisco, y llevo dos horas deslomándome para dejarla como los chorros del oro”, es, como poco, lo primero que puede pasarle por la cabeza a quien ha estado esforzándose para poner la casa en orden y concierto. Así pues, miremos las cosas con perspectiva, y pensémoslas mucho antes de llevarlas a cabo.

Entre col y col…

En principio, y para evitar innecesarios problemas al regreso, lo mejor es limpiar el pescado en el mismo lugar de pesca. De este modo, las escamas saldrán disparadas en todas las direcciones, pero, en cambio, no tendremos que preocuparnos demasiado por su posterior limpieza, habida cuenta que será el mar quien ejecute dicho trámite.

Limpiar las capturas o no, he ahí la cuestión

De este modo, una vez el pez haya muerto, podremos entretenernos y optimizar el tiempo al máximo mientras llegan más picadas, para lo cual, bastará con acercarnos hasta un charco en el cual llevar a cabo tal operación. Por lo pronto, obviaremos el notable jaleo que montaríamos en casa desescamando, habida cuenta que, ahora, la mucosidad que recubre al pez se encuentra fresca, lo que facilitará el desprendimiento de la armadura que lo envuelve. Es más, apenas se precisarán unos segundos para retirarla completamente. Quienes no hayan hecho la presente prueba hasta el momento, basta con que la lleven a efecto en su próxima excursión, y así se darán cuenta de lo fácil que es, y la cantidad de problemas que evita.

Muerte con honor

Hasta el momento hemos puesto especial énfasis en que el trámite de la limpieza del pescado se haga en el mismo lugar de pesca, pero faltan por aclarar una serie de detalles. En primer lugar, hemos de llevarla a cabo una vez el pez haya fallecido, ya sea por el transcurso del tiempo, o bien tras evitarle nosotros mismos la agonía mediante distintas vías, pues, por lo menos a título personal, resulta muy desagradable contemplar escenas en las que no se duda en abrir en canal a seres cuando todavía éstos se encuentran con vida.

Por eso, si no deseamos esperar a que la asfixia ejerza su letal función en ellos, podemos evitarles semejante trance desangrándolos, o bien pinchándoles el cerebro con un hierro acabado en punta, lo que les dejará secos prácticamente con carácter instantáneo. No menos honor merecen quienes tanto placer nos proporcionaron en acción de pesca, y que posteriormente ofrecerán sobre el mantel.

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Con carácter general, para nadie es plato de buen gusto tener que limpiar los peces que capturamos, pues, de hecho, dejamos dicha tarea a los profesionales de las pescaderías cuando vamos de compras. No obstante, es algo que tenemos que asumir como una parte más de la excursión si es que queremos evitar problemas a posteriori, sea limpiando la cocina, o bien con nuestra pareja. Y es que basta con tener perspectiva, y dedicar unos minutos con el fin de llevar todo listo para el posterior consumo.

Eso sí, no seamos desconsiderados ni haraganes, y ejecutemos este paso en un punto en el cual el mar pueda limpiar con facilidad los restos que extraigamos, pues a todos nos gusta ir de pesca a sitios lo más limpios posibles –vamos, dudo que haya alguien que se encuentre a gusto moviéndose entre la basura, aunque, por suerte o por desgracia, de todo hay en la viña del Señor-, y, además, el resto de pescadores no tiene culpa de nuestra forma de proceder. Esto viene a cuento porque, a veces, pese a que se limpia el pescado en el mismo lugar del crimen, ocurre que se hace lejos de la orilla, y corros de escamas fosilizadas quedan como testigos mudos de nuestro paso.

Tal comportamiento en absoluto supondrá quebranto alguno para el medio, pero no nos mostraremos respetuosos con el que seguro vendrá detrás, así como con el entorno, el cual, por su parte, sabrá sacar debido rendimiento a esos desechos.

 

1 Comentario

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  1. Javier Sousa
    #1 Javier Sousa 23 marzo, 2016, 09:04

    Hola Aboytes, lo que se suele hacer sacar el pez del agua y meterlo en un caldero u otro recipiente similar y el pez muere solo por asfixia. Lo que sugiere Carlos es ahorrarles ese sufrimiento cansándoles algo puntiagudo en la cabeza hasta el cerebro para que la muerte se rápida.
    No veo que se puedas utilizar de cebo los desperdicios como las vísceras, aunque si podrías utilizar la cabeza del pez.
    Yo soy partidario de devolver los deshechos al mar para que sirvan de alimento a otros.
    Saludos

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