La pesca con mosca en “El río de la vida”

La pesca con mosca en “El río de la vida”

La pesca con mosca en “El río de la vida”

por 22 de mayo de 2018 0 comments

He dado con un fascinante relato autobiográfico sobre ríos y pesca con mosca pero no es netamente un libro sobre técnicas de pesca, estudios de truchas u otros temas que a los pescadores siempre interesan, pues tiene mucho más… Y es una lectura que atrapa a cualquier tipo de lector. Les hablo de “El río de la vida” del escritor norteamericano Norman Maclean (1902 – 1990), un clásico en la narrativa reciente que no ha dejado de reeditarse desde su publicación en el año 1976.

“El río de la vida” del libro a la película

Llegué hasta él gracias a la película basada en su relato, la cual fue llevada al cine por Robert Redford en el año 1992, bajo título homónimo, y cuyo reparto estuvo conformado por Brad Pitt, Craig Sheffer y Tom Skerritt. La cinta es extraordinariamente fiel al libro, dado que fue el acuerdo al que llegó Maclean con Redford, un gran aficionado a la pesca y al ‘Río de la vida’; tanto es así que tuvo que irse de pesca junto a Maclean para poder convencerle de aceptar la realización de la película, y también tuvo que dejar que éste revisara el guión con derecho a veto.

Robert Redford en un momento del rodaje de «El río de la vida»

Norman tenía setenta años y acababa de jubilarse cuando decidió volcar sobre las páginas de este libro los vívidos recuerdos de toda una vida de pesca en las aguas de los salvajes ríos que atraviesan Montana (EEUU), y lo hace de forma tan lírica que disfrutamos ver fluir su vida como un río ante nuestros ojos; una vida en la que al parecer, Maclean nunca encontró respuestas a algunos de sus interrogantes, pues así como los ríos esconden secretos bajo sus piedras, la vida siempre esconde misterios.

El autor del libro, Norma Maclean

 

Qué nos cuenta “El río de la vida”

El “Río de la vida” nos cuenta como Maclean creció pescando truchas entre caudalosos ríos como el Misuri y el Blackfoot, ríos de renombre, con los que muchos pescadores siguen soñando hoy día con el deseo de viajar hasta Montana para vivir la aventura y el desafío de pescar entre sus rápidas corrientes y resbaladizas rocas, rodeados de un espectáculo natural de montañas, bosques y lagos en el corazón de la Cordillera de las Rocosas. Norman tuvo la suerte de formarse allí, junto a su hermano menor Paul, bajo las enseñanzas de su estricto padre, un pastor presbiteriano de origen escocés que amaba tanto a Dios como a la pesca con mosca. Les enseñó sobre las técnicas de pesca y los valores que debe acuñar un buen pescador. Dice que su padre:

«…era un pescador experto que montaba sus propias moscas y enseñaba a los demás. Nos contó que los discípulos de Jesucristo eran pescadores, de lo cual se deducía —o así lo hicimos mi hermano y yo— que en el mar de Galilea todos los pescadores de primera clase pescaban con mosca y que Juan, el favorito de Jesús, era un especialista en mosca seca.»

Brad Pitt con una arcoiris en un momento de la película

El relato también nos acerca a la naturaleza evocando a la Montana de principios de siglo, y nos logra emocionar describiendo momentos tan alucinantes como la captura de un lomo negro saltando entre la espuma del rugiente río Blackfoot en un cañón que hay más arriba del viejo puente Clearwater:

«Por asociación, me formulé la pregunta de qué mosca debía utilizar y llegué a la conclusión de que lo ideal sería una mosca grande, del número cuatro o seis, si es que quería pescar aquella enormidad que brincaba entre la espuma. De la mosca pasé al otro extremo del problema y me pregunté desde dónde diablos iba a lanzar. En aquel salto de agua sólo había rocas enormes, de modo que elegí una de las más grandes, vi de qué manera podía encaramarme a ella y supe que desde aquella altura adicional podría conseguir una distancia adicional también, pero luego hube de preguntarme: «¿Cómo demonios voy a sacar al pez si pica estando yo ahí arriba?». Tenía que escoger una roca más pequeña, lo cual mermaría la distancia del lanzado pero me permitiría deslizarme con la caña en una mano y un gran pez en la otra. Poco a poco me aproximaba a la pregunta que todo pescador de agua dulce debe hacerse antes de intentar el primer lance: «Si capturo uno grande, ¿dónde diablos lo puedo sacar?»

Se nos pasea por esos momentos en los que el pescador, el pez y la naturaleza se convierten en uno solo, y nos transmite un mensaje hermoso sobre la pesca, eso de que un buen pescador lo que debe ansiar es el pescar, y no el pescado en sí.

Un libro con grandes mensajes

Pero como les dije antes no es un libro que solo habla sobre la pesca y la naturaleza, sino también sobre la familia y el amor, sin ser una novela para nada de romance. Conoceremos la convivencia de estos dos hermanos, Norman y Paul, que crecen metiéndose en algunos problemas, en los que el mayor siempre trata de proteger al menor, y a veces al revés, porque el amor de hermanos siempre prevalece.

« Pero, incluso en la soledad del cañón, supe que había otros como yo que tenían hermanos a quienes no comprendían pero deseaban ayudar. «Cuidadores de hermanos», creo que se nos llama, personas dotadas de uno de los más primitivos, posiblemente más fútiles y, sin duda alguna, más perturbadores instintos. Un instinto que no nos deja en paz.»

Veremos también cómo estos dos hermanos que terminan siendo tan diferentes el uno del otro permanecen unidos por su afición a la pesca con mosca.

No hay comentarios todavía

Participa en la conversación

No hay comentarios.

Anímate y se tú el que comience los comentarios de este artículo.