La jibionera: tipos y técnicas

La jibionera: tipos y técnicas

La jibionera: tipos y técnicas

por 17 de agosto de 2015 1 comment

Durante los meses más fríos del año y principios de primavera, se suelen ver a muchos pescadores utilizando unos curiosos señuelos y técnicas para la pesca de preciados cefalópodos. Son las jibioneras. Unos señuelos y unas técnicas que están de moda y dada su especialización, el fin del verano se antoja como agua de mayo para probar y divertirse. Si os gustan las técnicas calmadas que dan mucho juego, atentos a lo que vamos a hablar.

¿Qué es una jibionera?

La jibionera, actualmente más conocida como “pajarito”, es un señuelo artificial fabricado en plástico y recubierto de tela, que imita a un pez o una gamba, alimento habitual de calamares, sepias y pulpos. No posee babero ni anzuelos, tan solo está armado con una o dos coronas de púas de acero en su cola, donde estos cefalópodos quedan enganchados o abrazados. Puede ser flotante o plomado, y en la actualidad, es un señuelo que evoluciona a cada temporada, dada la gran afición que está creando esta pesca. Los hay que ya son totalmente de plástico, con imitaciones hiper-realistas de peces o gambas, montados con púas de carbono o montados con tela fosforescente a la que pueden añadirse aromas…  en sus laterales montan un par de plumas que imitan  las aletas de un pez o las patas de una gambita. Lejos quedan ya aquellas viejas y toscas  jibioneras tambiñen llamadas poteras de plomo, en color blanco que tantos chipirones han dado en las costas del norte, las cuales carecían de todo movimiento.

jibionera-potera-clásica

Jibionera clásica

Diferentes tipos

Básicamente hay dos tipos de pajaritos: flotantes y hundidos. Los dos cumplen perfectamente su función para los montajes básicos que veremos en el siguiente apartado. Se diferencian claramente por el plomo que montan los hundidos en la panza del pajarito, que puede ser de diferentes pesos. Lógicamente también los hay de diferentes medidas y los diferenciaremos por la numeración que normalmente viene marcada en el plomo y en la caja del señuelo: 2.0, 2.5, 3.0 etc. A mayor peso y tamaño, más alta será esa numeración.  Las coloraciones más efectivas suelen variar a menudo de la zona de pesca, algo realmente curioso y del mes del año en el que estemos pescando. Pero como norma las imitaciones anaranjadas y rosadas que imitan una gamba o las imitaciones de pez pasto, son las más efectivas. Las hay luminiscentes que también son efectivas, pero existe un curioso debate entre la afición en si realmente es tan efectivo como nos cuentan… Casi todas las marcas de pesca tienen pajaritos en sus catálogos. Las más conocidas y efectivas son las de Maria, Yamashita, Storm, Rapala, Molix…

dos-sepias

Christian Sotodosos de Roshi Lures con dos sepias

Equipos, montajes y técnicas

El montaje ideal es muy básico pero no por ello poco efectivo, más al contrario. Podemos utilizar este montaje desde orilla perfectamente, mejor en zonas mixtas de arena y piedra o en bocanas de puertos con profundidad e interiores de los puertos pesqueros, aunque los riesgos de enganche suelen ser frecuentes. El mejor rendimiento lo sacaremos embarcados desde una embarcación e incluso desde kayak. Lo primero es hacernos con un equipo acorde. Una caña de spinning de unos 2.40 m., a poder ser de acción no demasiado potente, más bien ligera, máximo de unos 50-60gr. y parabólica. Un ligero y sencillo carrete en tamaño 4000 es perfecto, cargado con monofilamento o fluorocarbono de 0.30mm. o 0.35mm. Últimamente muchos pescadores utilizan también el trenzado, como en el spinning, utilizando los mismos carretes que para la lubina o la anjova por ejemplo, ahorrando espacio y dinero. El trenzado nos es quizás la mejor opción, ya que aunque notaremos mejor a nuestras presas al otro extremo de la línea, son demasiado rígidos ante las delicadas carnes de sus tentáculos. El montaje es tan sencillo como utilizar un plomo de unos 30-60gr. que lleve nuestro pajarito a los fondos, donde se esconden sepias y pulpos.

Jibionera-Yamashita

Jibionera Yamashita

 

Teniendo en cuenta que esta pesca se efectúa habitualmente en fondos que van desde la cercana orilla hasta los 15-25m., con esos gramajes tendremos suficiente, dependiendo del estado del mar en cuanto al viento y las corrientes. Solo nos falta unir nuestro pajarito al plomo con un bajo de nylon de 0.30mm. o fluorocarbono de una braza aproximadamente. Para esa unión lo mejor es utilizar un plomo de pera o de bola con esmerillón, el cual irá corriendo libre por la línea madre hasta otro esmerillón que le hará de tope junto a una perlita. A éste otro esmerillón irá anudado el bajo con el pajarito. Otra opción es anudar la línea madre al esmerillón del plomo del cual también saldrá otro esmerillón con grapa con el bajo del pajarito. Pero como siempre decimos, ¡imaginación al poder!.

dos-calamares

La utilización de pequeñas grapas para anudar el señuelo es opcional. Yo soy partidario de no utilizarlas en contadas ocasiones en esta técnica, cuanto menos cosas extrañas vean nuestros rivales mucho mejor, pero hay que reconocer que para cambiar de pajaritos con rapidez en una buena opción. Y llegados al momento de la utilización de tal montaje, como no, también es muy sencillo. Lanzamos nuestro montaje hacia el punto escogido, dejamos que descienda hasta el fondo, tensamos y lo dejamos unos instantes. A partir de aquí, intercalamos recogidas de manivela, tirones y pausas hasta que notemos un peso al otro extremo. A menudo las sepias siguen el pajarito hasta muy cerca de la embarcación, en tal caso podemos jugar con ella hasta que coja el engaño. Los calamares suelen tener una picada más fuerte, y la notaremos en nuestra puntera y en la muñeca, dando algo más de emoción a esta pesca. Una vez con el animal prendido de la jibionera, recogeremos pausadamente hasta que la tengamos dentro del salabre, operación ésta en la que hay que ser muy diestros, ya que cualquier descuido dará a la fuga con nuestros rivales en cuanto nos vean, a no ser que vengan muy bien enganchados. En las costas más norteñas suele emplearse esta técnica sin caña, tan solo con una línea de mano, embarcados, una modalidad ancestral que en buenas manos da infinidad de chipirones, todo un manjar.

El moderno Eging

Todas las técnicas evolucionan y por suerte incluso se inventan nuevas y más si vienen del país nipón. En Japón la pesca de estas especies es una verdadera locura y ha dado nombre  a una nueva técnica: el eging. Cada día es más practicada en nuestro país y no necesitaremos de equipos caros, ya que podemos utilizar los anteriormente citados o hacernos con unos específicos de eging, cañas muy parabólicas y ligeras y carretes ligeros cargados de monofilamento o fluorocarbono de un 0.30mm., el calibre estándar. Las jibioneras que se utilizan son las plomadas y tanto podemos buscar sepias en zonas someras como calamares en sitios de profundidad, como zonas rocosas, espigones o bocanas de puertos. Básicamente es como pescar a spinning, pero con un pajarito de señuelo artificial. Se lanza la jibionera y se prospectan diferentes profundidades, teniendo en cuenta que las sepias y pulpos las encontramos en los fondos y los calamares más a medias aguas. Una vez lanzamos la jibionera, esperamos que llegue al fondo con el pick up abierto. Una vez toca fondo, cerramos pick up y recogemos a dientes de sierra, algún tirón y alguna recogida lenta de manivela, para volver a dejarlo profundizar pero sin abrir el pick up, describiendo así el pajarito una especie de arco donde irá profundizando con un sinuoso movimiento, momento donde se dan muchas picadas. Cuando creamos oportuno, continuaremos con los dientes de sierra y ligeros tirones y de nuevo el arco. Así hasta que llegue a nuestros pies. A diferencia de la anterior técnica, el eging es ideal para practicarla desde orilla, siempre que busquemos zonas profundas o zonas someras con los requisitos adecuados para sepias y algún pulpo.

jibioneras

Otras herramientas indispensables

Para hacer más cómoda este tipo de pesca se hace absolutamente indispensable la utilización de un salabre para poner en seco a nuestros tan huidizos rivales. Evitaremos los de red y los de nylon, ya que se nos pueden hacer engorrosos líos con las púas del pajarito en el peor momento o que un escurridizo pulpo huya por un pequeñísimo agujero del nylon ante nuestra atónita mirada. Creedme, son expertos en la fuga…

Una linterna frontal también es obligada si buscamos a los calamares nocturnos, así tendremos las manos libres en todo momento. Una nevera para guardar las capturas es también importante. Si nos vamos a llevar las capturas a casa, al menos hagámoslo bien hecho, y que no lleguen en las peores condiciones para su consumo. Unas placas de hielo mantendrán las capturas bien fresquitas hasta la llegada a casa.

Los pajaritos los podemos llevar en cualquier caja de plástico, pero hoy día tenemos en el mercado modernas bolsas de plástico con compartimentos ideales para llevar los señuelos bien clasificados. Y una cámara de fotos es muy buena idea para dejar un buen recuerdo de la jornada, y más si fotografiamos las preciosas libreas de las sepias o de los calamares en plena noche. ¡Espectacular!

Desde Coto de pezca, esperamos que hayáis disfrutado y aprendido cosas interesantes de este artículo y os ayude a la captura de tan preciados animales. ¡No olvidéis contarnos vuestras experiencias!

1 Comentario

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  1. Eufemio
    #1 Eufemio 22 agosto, 2015, 01:18

    Interesante articulo, ya que soy un acerrimo practicante de esta modalidad, aunque solo comenta unos conceptos basicos sobre la pesca del jibion y la jibia.Personalmente, yo fabrico mis propios señuelos en diversos materiales forrados o no de tela y con diferentes pesos y tonalidades.En lo que respecta a esta temporada, esta siendo muy buena en jibias y pesima en calamar, igual que la pasada, aunque habra que esperar al invierno, cuando llegan los grandes ejemplares…Un saludo y buena pesca.

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