La eterna pregunta: ¿Cuántos señuelos son suficientes en la pesca spinning?

La eterna pregunta: ¿Cuántos señuelos son suficientes en la pesca spinning?

La eterna pregunta: ¿Cuántos señuelos son suficientes en la pesca spinning?

por 13 de febrero de 2018 0 comments

El spinning es una técnica que mueve una ingente cantidad de dinero, de ahí que por lógica reciba constantes atenciones por parte de la industria que se ocupa de este segmento de la pesca.

¿Se riza el rizo con los señuelos de spinning?

Es más, todos los años hay un intento por parte de las marcas de rizar el rizo en su afán por hacerse con un trozo de tan codiciado pastel, aunque aquél no siempre aporta verdaderos beneficios al pescador, en la medida que con harta frecuencia se machaca sobre un clavo al que ya se le han dado innumerables golpes.

No obstante, pese a que la mayoría de los señuelos que se asoman en los catálogos sean, cuando no copias, sí un producto que no supone más que una mejora desde un punto de vista estético, por otro lado, hay un puñado de firmas que son las que realmente marcan el paso y los tiempos al resto con innovaciones reales, y a las que no conviene quitar ojo.

Desde luego, habrá quienes digan que todos los señuelos pescan, y así es en el fondo, mas en determinadas situaciones no cabe duda de que ese aporte extra que algunas imitaciones esconden en su interior constituye la diferencia entre pescar o volver con un palmo de narices.

En cualquier caso,el pescador que lleva su afición hasta las últimas consecuencias busca el modo de contar con material de sobra, no vaya a ser que los acontecimientos y los escenarios varíen, y en base a ello no es de extrañar que sus cajones se llenen de chismes de todo signo. Así las cosas, cabe preguntarse si ya tendremos bastante con lo almacenado, o si por el contrario hay que seguir tirando de cartera…

Un dilema existencial

La pesca es pasión, y en base a ella cada pescador la lleva a término con una intensidad ciertamente variable.

De todos modos, ¿cómo es posible sustraerse a lo que nos brindan las marcas, máxime cuando se anuncian a bombo y platillo prestaciones que aseguran ponernos más cerca de todos esos peces que tiempo atrás nos negaron anteriores engaños que adjuntaban idéntica promesa, pero que en el fondo eran humo en estado puro? Imposible, desde luego, por más que hayamos hecho votos de no volver a incurrir en errores pretéritos. Y aquel que se resista lo hará con carácter temporal, pues a la larga terminará cayendo.

Este extremo además se acentúa en virtud de la dura realidad que el cañista debe afrontar cada vez que se asoma a la mar, con aguas cada vez más exhaustas y peces que cotizan en Bolsa, a tenor de lo que hay que bregar y sacrificarse para dar con ellos y atraparlos. No obstante, es probable que no demos la causa por perdida, y que consideremos que quizás ese émulo de alevín de procedencia ignota que recientemente hemos descubierto pueda constituirse en el santo grial que invierta las tornas de una vez por todas. Esta es la esperanza a la que muchos pescadores hastiados de volver a casa con las manos vacías se aferran como un gato a las cortinas, mientras a la par se ven ante el dilema de mantenerse o no firmes en la decisión de no volver a comprar más cosas.

Y es que en este último supuesto tampoco se ha de ser demasiado estricto, pues cabe la posibilidad de ser tildado de “tacaño” o de “mal pescador” por no usar lo que en principio dicta el mercado. Es como si no se pudiese pescar sin ciertas referencias, algo que sin embargo aceptamos sin rechistar, y que se engloba en la eterna y conocida discusión de qué es lo que realmente pesca, si la flecha o el indio. Y es de locos, pero cierto.

La caja de los truenos

Las tecnologías de hoy en día han abierto una inmensa Caja de Pandora para los pescadores de todo el mundo, en la medida que han acercado mercados que se hallaban indisponibles para la mayoría de ellos.

No obstante, esa posibilidad de acceder al último grito en término de señuelos en cualquier parte del orbe igualmente les sitúa ante una tesitura de casi imposible satisfacción por cuanto en ciertos lugares constantemente se alumbran creaciones que vienen a suponer un paso adelante con respecto a lo que circula por las inmediaciones. Y cuidado, que ello conlleva un considerable dispendio, y nada ocurre si se trata de gastos que se encaran con mesura y contención, pues otro asunto es cuando se entra en una espiral incontrolable de compras, de modo que estudiemos bien cada una de ellas, dado que es probable que ya contemos con suficiente munición –y de elevado octanaje, además– para responder a cualquier contingencia que se suscite.

Sea como fuere, en nuestro interior persiste la idea que pese a tanta perfección que nos rodea, es posible dar más giros de tuerca y refinar lo existente hasta extremos insospechados, razón por la cual persigamos un sueño que probablemente nunca alcancemos. Entonces, ¿cuántos señuelos son suficientes? Uf, vaya usted a saber…

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