A la búsqueda de la tonalidad de los cebos artificiales perfecta: reflexiones para el estío

A la búsqueda de la tonalidad de los cebos artificiales perfecta: reflexiones para el estío

A la búsqueda de la tonalidad de los cebos artificiales perfecta: reflexiones para el estío

por 17 de julio de 2018 0 comments

La pesca, como cualquier otra disciplina, está necesariamente sometida a una serie de reglas que influyen en su práctica. En este sentido, y en lo que se refiere a la técnica del artificial, la norma dicta que conviene ofertar engaños lo más parecidos posibles a la fauna de la que se suelen alimentar nuestros depredadores favoritos, por eso la búsqueda de la tonalidad de los cebos artificiales perfecta es un punto importante.

Esquemas para engañar un pez

Con carácter general nos servimos de esquemas que combinan distintas tonalidades, siendo el tándem formado por lomo negro/vientre nácar uno de los preferidos, hasta el punto de constituirse en un clásico en las cajas de numerosos pescadores en virtud de los resultados que aporta.

Sin embargo, hete aquí que semejante planteamiento no siempre es mano de santo de cara a engañar al pez por cuanto su humor le predispone en buena o mala medida a la hora de atacar cuanto le proponemos, lo que abre la puerta a otros patrones de coloración que en ocasiones rayan lo estrambótico.

Así, el cañista llena sus cajones con toda suerte de referencias para al final llegar a una inquietante disyuntiva: ¿acaso lo preestablecido no es algo precisamente acertado, o tal vez estamos pasando ciertos extremos por alto?

Buscando explicaciones

La mezcla blanco/negro, si bien es una opción muy válida para el pescador, no obstante a menudo provoca desdén en el cazador marino, básicamente porque, como ocurre con su pretendiente, busca algo distinto a lo que le rodea.

Así es posible obtener capturas con coloraciones que no guardan ninguna relación con el entorno, o mediante libreas que han padecido desprendimientos a causa de un uso intensivo.

Con estas mimbres, ¿quizá nos encontramos ante unos esquemas que despiertan interés porque son considerados propios de alevines enfermos, o de aquellos que su suerte está echada, luego fáciles de atrapar? Elucubraciones de pescador que no son más que vanas teorías, dada la imposibilidad de adivinar qué es lo que ronda la cabeza del pez… pero que tampoco caben ser descartadas de buenas a primeras en búsqueda de la tonalidad de los cebos artificiales adecuada.

Una pausa

Cuidado que las grandes corporaciones gastan ingentes cantidades de dinero en proporcionarnos esquemas lo más realistas y brillantes posibles, razón por la cual es preciso tener contención dado que, para empezar, todas esas fabulosas apariencias cambian dentro del agua, y el pez las percibe desde una óptica distinta.

Aquí es donde surge la polémica entre quienes creen y los que no tienen todas consigo que los peces sean capaces de distinguir los colores, y sin ánimo de entrar en discusiones bizantinas, el caso es que a tenor de los acontecimientos vividos, sí los captan. Desde luego que sí.

En cualquier caso, sea errónea o cierta la presente percepción, por lo pronto no hay que olvidar que esas obras de arte que cuelgan de los expositores no van dirigidas a cautivar el ojo del pez, sino el nuestro, que es el que nos envía estímulos al cerebro encaminados a abrir la cartera.

Todas estas circunstancias nos deben empujar a replantearnos el modo en que afrontamos esta sacrificada afición que cada día ve más mermadas sus poblaciones de peces, principal causa de que las capturas bajen, y de que por contra aumente exponencialmente el número de engaños del ajuar doméstico en busca del santo grial que mañana posibilite un cambio de suerte.

Una rara avis

En la búsqueda de la tonalidad de los cebos artificiales, una tonalidad muy efectiva, y que en cambio apenas se prodiga en los catálogos de las grandes corporaciones, es aquella que brinda un esquema traslúcido, es decir, transparente, tal y como aparecen una serie de minitallas a ojos del cazador marino.

tonalidad de los cebos artificiales

Por fortuna no es necesario rebuscar en innumerables tiendas para dar con él, pues podemos ahorrar notables esfuerzos y desembolsos con sólo echar mano de un trozo de lija o de decapantes que destruyan ciertos esquemas que tanta rabia nos dan por cuanto muchas fueron las esperanzas depositadas en ellos, y en cambio nulos los rendimientos obtenidos.

Ahora bien, conviene controlar su uso en el supuesto que nos animemos y pongamos en faena con el fin de no menoscabar la solidez estructural del engaño, lo que tampoco obsta para que al final apliquemos una ligera mano de barniz epoxy que refuerce su consistencia, al igual que su apariencia.

Justo ahora, en verano

En fechas primaverales, o bien en las que nos encontramos, los esquemas tipo “ghost” proporcionan jornadas memorables, por lo que conviene rebuscar en las cajas para verificar si poseemos o no al menos una referencia provista de semejante traje de baile.

De no ser así, es posible obviar cualquier gasto al efecto y proporcionárnoslo nosotros mismos mediante la utilización de una serie de elementos nada onerosos que además se pueden encontrar en numerosas tiendas.

tonalidad de los cebos artificiales

El resto es bien sencillo; basta con insistir en la búsqueda de la tonalidad de los cebos artificiales hasta dar con la tecla correcta que despierte el interés de nuestro pez favorito, ¿y quién dice que no puede ser a partir de la que hemos elaborado?

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