Conversación de besugos e historias de pescadores

Conversación de besugos e historias de pescadores

Conversación de besugos e historias de pescadores

por 14 de junio de 2011 0 comments

Hablando de historias de pescadores, ¿Conocéis la paradoja del árbol?, lo que plantea esta paradoja de la filosofía es que si un árbol cae en medio de un bosque y no hay nadie para escucharlo, ¿realmente hace ruido?. Según algunos, sin oído que lo escuche, no hay ruido. Si trasladamos este argumento a nuestra afición, si capturamos la pieza de nuestra vida el día que vamos solos, ¿realmente la hemos capturado?, obviamente que sí, pero no cobra la misma importancia que si estamos rodeados de otros pescadores admirando la lucha y el éxito de la captura. Esta es una de las razones por la que todos aprovechamos la mínima para explicar nuestras batallitas de pesca.

Viñeta de pesca

Como otras historias de pescadores, me ha pasado y supongo que a muchos de vosotros, que al llegar a casa ilusionado por la experiencia vivida la explicas con gran entusiasmo, «… y de repente se ha doblado la caña y venga soltar hilo, no quería frenarlo por miedo a perder la pieza y entonces…», y no han pasado ni diez segundos y te das cuenta que ya has perdido la atención de los espectadores. Si estuvieses contando la última de Belén Esteban seguro que prestarían más atención, no queda otra que resignarse.

La pesca es una muy buena forma de hacer amigos, no importa edad, raza o religión. En muchas ocasiones sales solo a pescar, pero la verdad, es difícil que acabes pescando solo, si hace buen tiempo te costará encontrar un buen sitio y si hace mal tiempo, seguro que hay más locos como tú por ahí pescando. Es en esos momentos, que ya has plantado tus cañas y ya sólo queda esperar, que te acercas a los compañeros de fatiga que tienes más cerca y pronuncias la famosa pregunta «¿cómo va la pesca?», a la que normalmente le sigue la frase, «fatal, hoy no quieren comer». No quieren comer o es que no hay peces, bueno eso es otra historia.

Compartiendo largas esperas con esa gente a la que acabas de conocer, se producen diálogos un tanto curiosos, son los que yo llamo, conversaciones «Pos yo…». En estas curiosas conversaciones los dos interlocutores no se escuchan mutuamente y se limitan a ir vomitando sus mejores batallas. Uno empieza su «Pos yo…», el otro mientras tanto va pensando en el suyo y en cuanto el primero acaba su relato, … «Pos yo…», y así sucesivamente. Nunca estuvo mejor empleada la expresión «conversación de besugos».

En realidad se trata de ratos simpáticos y muy divertidos, y puedo afirmar que he conocido a buenos amigos de pesca después de escuchar las mejores batallitas de historias de pescadores.

¿Cuáles son vuestros mejores «Pos yo…»?

No hay comentarios todavía

Participa en la conversación

No hay comentarios.

Anímate y se tú el que comience los comentarios de este artículo.