Consejos para pescar bailas, la prima pobre de la lubina

Consejos para pescar bailas, la prima pobre de la lubina

Consejos para pescar bailas, la prima pobre de la lubina

por 21 de septiembre de 2017 0 comments

Aunque no llega a tener el status de nuestras lubinas, pescar bailas, mucho más pequeña en cuanto a tamaño pero enorme en cuanto a combatividad, alegra no obstante la cara del pescador que, ante la negativa de las lobas, ve como su caña se arquea y arroja tras una bonita lucha una de estas “lubinas con lunares” tan abundantes en el Mediterráneo andaluz.

Un poco de biología sobre la baila

La baila, Dicentrarchus punctatus, pertenece, al igual que su pariente la lubina o róbalo, a la familia de los serránidos. En su aspecto es muy similar a la anterior pero con unas motas de color marrón oscuro que decoran su piel y le dan ese aspecto “atruchado” tan llamativo y bonito.

Otra de las diferencias que encontramos entre bailas y lubinas es el tamaño de unas y otras. Y es que nuestra protagonista, rara vez alcanza los dos kilogramos de peso, siendo piezas ya respetables las que rondan el kilogramo o kilogramo y medio mientras que el róbalo puede alcanzar tamaños mucho mayores.

Otro de las características de este pez es su irregular distribución por nuestras costas. Así como las lubinas pueblan prácticamente todo el litoral español, las bailas son más difíciles de encontrar y, de hecho, en el Mediterráneo apenas se encuentran en la zona del levante español y en el Cantábrico, aunque se dan sus capturas, tampoco son muy abundantes. Por el contrario, en el Mediterráneo y Atlántico andaluz, abundan.

Pescar bailas

Uno de los hábitas más frecuentados por este pez serán las playas de arena fina y de poca profundidad, así como las zonas próximas a estuarios y desembocaduras de agua dulce. Estos peces son verdaderos depredadores que actúan casi siempre, sobre todo los ejemplares medianos y pequeños, bancos que forman verdaderas jaurías persiguiendo su alimento base: los bancos de alevines de especies como sardinas o boquerones por lo que es fácil localizar nuestro objetivo en los averíos y en los ataques que se producen muy cerca de la superficie y con poca agua.

Sabiendo esto, los pescadores que quieran disfrutar de la fantástica lucha de estos peces, deberán utilizar señuelos y equipos acordes tanto a las preferencias de las bailas como al tamaño de estas.

Yo, particularmente, aconsejo emplear equipos más ligeros que los utilizados para tentar grandes lubinas ya que, debido al tamaño más comedido de la baila, disfrutaremos mucho más con cañas ligeras y sedales finos y, además, podremos lanzar señuelos más ligeros a distancias mucho más largas.

Los mejores señuelos “baileros” para pescar bailas

En general, cualquier señuelo de unos 5 a 7 centímetros que imite a los peces pasto de los que se alimentan las bailas será una buena opción para capturar estos peces. Pero aquí podéis encontrar una pequeña selección de señuelos, tanto duros como blandos.

Shads de vinilo:

serán perfectos para pescar bailas y uno de esos señuelos que no deberán faltar en nuestra caja si queremos disfrutar de una jornada de éxito. Utilizaremos cabezas plomeadas o “jig heads” para lanzar estos pececillos lo más lejos posible para batir así mucha agua y poder llegar a las bailas si estas se encuentran lejos. Los mejores colores serán aquellos que imiten a pequeñas sardinas o boquerones.

Grubs:

aunque no imitan a un pececillo, estos señuelos serán perfectos en situaciones de agua un poco más movida o cuando no encontremos a las bailas tan activas. El movimiento tan acusado de su cola le hace ser un señuelo realmente efectivo también de noche ya que, las vibraciones que produce, pueden atraer la atención de las bailas.

Pequeños cranckbaits:

uno de los señuelos que mejor han funcionado con las bailas eran los famosos peces artificiales de Yo Zuri, los pin’s minows, de tamaños de entre 5 y 7 centímetros ya que imitaban a la perfección a pequeñas sardinitas. Hoy en día, existen muchos modelos pequeños en el mercado pero la idea es la misma: peces artificiales más bien alargados y de tamaño pequeño. Lo malo de estos señuelos es el poco peso que tenían, lo que dificultaba lanzar lejos con ellos. Para ello, mejor utilizar trenzados muy ligeros o, si somos más osados, naylon del 0,18 al 022 mm.

Poppers y paseantes:

en lugares con poca agua, perfectas para una emboscada de las bailas, estos señuelos de superficie marcarán la diferencia. Utilizaremos los poppers en situaciones de mar picada o cuando las bailas estén excitadas en medio de una cacería. Los paseantes, por otra parte, serán más efectivos en lugares de agua calmada o, incluso, de noche.

Tracas:

las tracas son aparejos con varios anzuelos decorados con plumas que imitan a pequeños bancos de minitalla y que pueden hacernos disfrutar de lo lindo con las bailas. Para lanzarlas nos serviremos de un buldó o bombeta. Con este señuelo podremos, si tenemos suerte, hacer dobletes y atrapar varias bailas de un solo lance.

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