Cerramos junio y con ello ya se alejan las mejores semanas para la pesca de muchas especies, entre las que se incluye uno de los depredadores más buscados el Lucio. En primavera, especialmente tras el desove, los lucios se acercan más a la orilla de los Embalses y empieza una época muy activa para los pescadores, con peces muy hambrientos que entran a todo tipo de cebos. Es en primavera cuando se despliegan con más éxito todo tipo de técnicas: desde la pesca con pez vivo a la mosca con streamer pasando por todo tipo de cebos a spinning, a superficie o en aguas intermedias.
Pero a medida que sube la temperatura del agua y el lucio se ha recuperado de la freza con abundante alimentación, la pesca es más complicada. La razón no es exclusiva la saciedad de lucio, si no su búsqueda de distintas capas, cada vez más profundas, pescas y oxigenadas. ¿Significa esto que es imposible pescar lucios en verano? Para nada, pero si requiere mucho más esfuerzo para conseguir mucho menos.
Interpretar el entorno
El movimiento del lucio de la orilla a zonas profundas no se produce de un día a otro. Es lento y a veces, si por ejemplo llegan varios días de tormenta se para. Pero lo normal es que según avance el verano tendremos al lucio más lejos y a más profundidad. Por ello, la pesca en el mes de julio, por ejemplo, suele ser más sencilla que en los últimos días del mes de agosto, prolegómeno de otra gran época, la del arranque del otoño, con sus lluvias que refrescan y oxigenan.
Pero a esta máxima hay que añadir otros condicionantes propios de cada día de pesca. En primer lugar las horas de pesca. Las más activas sin duda son las del amanecer, en la que incluso podremos ver como algunos (generalmente no muy grandes) se acercan a la orilla. El atardecer tampoco es mal momento, pero no hay comparación con las primeras y más frescas horas de la mañana. Igualmente influye el lugar. Al lucio le gusta la sombra, incluso en ríos como el Tormes y el Esla, que no están en zonas excesivamente calurosas, debemos centrarnos en recodos y áreas de más penumbra. En embalse más aun. Pensemos en la cuenca del Tajo o del Guadiana por ejemplo, que superan muchos días los 38-40 grados. En esos embalses debemos centrarnos en réculas (entrantes) para pescar lucios, con profundidad, en los que menos les de el sol, especialmente a primera hora de la mañana.
Localiza y elegir el mejor artificial
En resumen, las mejores zonas serán entrantes sombríos y las primeras horas tras el amanecer. Ahora toca elegir la técnica. La pesca a mosca, con streamers, pierde muchos enteros. En lugares de montaña, podemos ver algo de actividad (por ejemplo, La Jarosa en la Sierra de Guadarrama) pero ira decayendo según avance el verano. La pesca con pez vivo es muy estable, eso sí, con alargando algo más nuestra línea para que busque más profundidad y teniendo en cuenta que según avance el día, y pique el sol, se pierde muchos enteros. El mejor consejo es madrugar y retirarse a media mañana.
En la pesca a spinning tendremos muchas opciones, pero con paciencia. Lo primero, es “averiguar” en que profundidad opera el lucio. Los señuelos de superficie los descartamos y debemos probar de diferente profundidad ya sean jerkbaits, crankbaits o cucharillas, primero los que se muevan en aguas intermedias y aumentando profundidad hasta llegar donde está el lucio. El lucio es mucho más selectivo, no tiene tanta ansia de alimento y debemos optar por artificiales que no sea demasiado difícil su captura, por ejemplo, que su movimiento no sea excesivamente rápido. En todo este proceso, la pesca embarcada ofrece más ventajas, nos permite llegar a muchos más lugares y maximizar el tiempo de actividad del lucio. Pescar el lucio en verano, es posible.
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