Cómo desenganchar un barbo trabado y los peligros del río

Cómo desenganchar un barbo trabado y los peligros del río

Cómo desenganchar un barbo trabado y los peligros del río

por 30 de abril de 2019 0 comments

En muchas partes de España se celebra Jueves Lardero, tradición que, sin extenderme, se basa en salir al campo el jueves anterior a la Cuaresma con un tortillón  de patatas, unos chorizos y una buena hogaza de pan, aunque cada región tiene sus particularidades gastronómicas y pueden variar en algo los productos a degustar en tan contundente comida, pero el hecho de ir al campo a disfrutar de la naturaleza es lo que hace especial este día, habiendo pasado yo mismo muchos años sin celebrarlo de esta manera me propuse retomar esta ancestral costumbre de la manera que más podría disfrutarla, que es básicamente añadiendo la pesca a tan magnífica ecuación de ocio.

Y dicho esto, contaré que la modalidad de pesca elegida en este día de celebración no es otra que la pesca de barbos con ova a la pasada o a veleta corrida, modalidad que me sigue apasionando y que representa uno de los tipos de pesca que más disfruto, y en cuya corta jornada me acaecieron dos hechos: la trabazón de un pez en sucesivos obstáculos y el casi atascamiento por hundimiento del pescador que esto escribe, lo que me dio la idea de hacer este artículo explicando la mejor manera de desenganchar un barbo y, además, avisar de alguno de los peligros que nos acechan a la hora de pescar en ríos, más si son caudalosos y más aún si lo hacemos vadeándolos.

Mejor manera de desenganchar un barbo

La mejor forma, si no la única, de conseguir que un barbo se suelte o desenganche una vez que se ha trabado con algún obstáculo de los muchos que hay en el río, ya sea un árbol sumergido, algas, espadaña… es abrir el pick-up del carrete y dejar que salga libremente el sedal hasta lograr que el pez no sienta presión alguna, no note la tensión del hilo, y así, de esta manera, al creerse libre, se mueva y él solo se suelte al intentar huir del peligro que presiente, algo que suele ocurrir más veces de las que pensamos, pudiendo así cobrar al pez y posteriormente liberarlo sin ningún aparejo molesto clavado en su boca.

Si no lo hacemos de esta manera y tiramos con fuerza desmedida sólo lograremos que rompa el hilo, el anzuelo o, en casos extremos, incluso parta la caña si los aparejos que utilizamos son en extremo robustos o ésta está algo dañada o es inadecuada para ejercer tal esfuerzo con ella. Así que, en estos delicados momentos, tengamos paciencia y dejemos que el pez se suelte él mismo llevado por su instinto.

Peligros del río

Atención siempre con  los peligros que nos puede deparar pescar en ríos caudalosos, sobre todo si nos metemos dentro del agua. A la hora de vadear mucho cuidado a las pozas y, sobre todo, hay que tener siempre en cuenta que las orillas son en muchas ocasiones auténticos cenagales de lodo y cieno, en los que nos podemos hundir y clavar, resultando muy difícil salir si esto nos llega a ocurrir. Un elemento que utilizan muchos pescadores es una especie de cayado o vara para ir tanteando la dureza del suelo o la repentina variación de la profundidad donde vamos a pisar, y prevenir así en lo posible una caída en aguas profundas o un hundimiento súbito en tierras con lodo, por lo que la prudencia será siempre nuestro mejor aliado.

Todo esto que he dejado escrito probablemente se os haga más evidente si veis el vídeo que adjunto a continuación, donde el barbo es el indiscutible protagonista de una corta pero placentera jornada de pesca celebrando Jueves Lardero.

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