Aprovecha al máximo tus opciones de pesca en mar con la técnica del corcheo itinerante

Aprovecha al máximo tus opciones de pesca en mar con la técnica del corcheo itinerante

Aprovecha al máximo tus opciones de pesca en mar con la técnica del corcheo itinerante

por 1 de febrero de 2018 1 comment

La pesca al corcho que hoy en día está tan extendida, tanto en espigones como en zonas portuarias, plantea una serie de dificultades a la hora de montar la pesquera. La silla, el salabre, los diferentes cubos de cebo, la cesta… hacen que este tipo de pesca pueda resultar incómoda y cansada debido a la preparación previa que requiere y que propicia que, en muchas ocasiones, desechemos la idea simplemente por la pereza que nos pueda dar dicha técnica. Así que, ¿Por qué no probar esta manera de pescar, sin tantos artilugios, y que nos permitirá apurar más nuestro reducido tiempo para practicar nuestra afición favorita? Esto es lo que nos ofrece el corcheo itinerante.

Escenarios y mejores épocas para el corcheo itinerante

La pesca itinerante la practicaremos principalmente en lugares como estos: Espigones perpendiculares a la orilla del mar: A la hora de escoger entre tantos, buscaremos aquel que nos aporte dos cosas fundamentales; espacio para poder movernos y cambiar de sitio y sobre todo, seguridad para hacerlo. Escogeremos también aquellos que posean una cierta profundidad y nos decantaremos por aquellos en los que los fondos de roca sean bastante grandes y visibles desde nuestro puesto, ya que las capturas se incrementarán.

Rompeolas o espigones paralelos a la orilla del mar: Para mí son los mejores sitios para disfrutar de esta pesca y suelen coincidir con las caras externas de los puertos. En estos escenarios la vida que hay bajo el agua supera con mucho la de otros lugares, y no solo de peces sino de otros elementos que lo hacen un magnífico lugar para pescar, como mejillones adheridos a sus rocas. Sin embargo, presentan un pero y no es otro que el difícil tránsito que se nos presenta, ya que la mayoría de las veces, estos espigones presentarán las rocas o bloques de hormigón de una manera muy desigual, haciendo incluso peligroso a veces el caminar por ellos.

Muelles portuarios: Sin duda, serán estos lugares los más cómodos para pescar y son los más idóneos si queremos hacerlo de noche. Son lugares poco tocados por los demás pescadores y en estos muelles las probabilidades de capturar un pez grande se multiplican en comparación con los dos lugares anteriormente citados, sin embargo, y por desgracia, en muchos de estos puertos se nos está prohibida la pesca por razones, a mi manera de ver, nada claras.

El equipo del corcheo itinerante

Como ya hemos mencionado, nuestro equipo de pesca para esta modalidad tendrá que ser todo lo liviano que la técnica y las especies que vayamos a capturar nos permitan.

A grosso modo esto es lo que necesitaremos:

Caña: Deberá ser ligera ya que no vamos a utilizar silla y deberemos sujetarla a pulso la mayor parte del tiempo. Las medidas oscilarán entre los 5 y 8 metros siendo las más preferibles las de 6 y vuelvo a recalcar que habrán de ser lo más ligeras que podamos encontrar.

Para acabar con lo que se refiere a la caña, comentaros que existen modelos a los que se les a acoplado un tascón o talón de madera en la base de la misma, esto no es otra cosa que una cuña de madera plana que nos permitirá poder sentarnos sobre ella en una roca dándonos una mayor comodidad en acción de pesca, pero incrementando sensiblemente el peso de la caña.

Carrete: Con el carrete también es aconsejable que sea ligero; tened en cuenta que no vamos a efectuar grandes lances, sino que vamos a depositar el cebo justo en la barbada de las rocas. Un carrete de tamaño pequeño o medio nos vendrá a las mil maravillas para pelear con los peces y almacenar nuestro sedal.

Sedal: Este es un apartado en el que no nos andaremos con chiquitas puesto que vamos a estar pescando muy cerca de las rocas con el riesgo que ello supone en cuanto a enganches y rozaduras tanto con éstas como con los moluscos adheridos a sus paredes, tales como lapas o pequeños mejillones. Además, tendremos que buscar una línea que nos permita aguantar las primeras embestidas de los peces, los cuales intentarán buscar cobijo entre las cuevas que forman las piedras de los espigones.

En cuanto al grosor a emplear, os aconsejaría un sedal de entre 0’35 a 0’45mm en la línea madre para bajar a un diámetro de 0’30 a 0’25 mm para la gameta final.

Anzuelos, corcho y plomos: estos instrumentos serán acordes a nuestros gustos, pero llevaremos solo los más imprescindibles para que no llevemos un peso excesivo a la hora de movernos por los escenarios de pesca.

Otros accesorios: En lugar de silla podemos llevar es un pequeño cojín que nos hará más agradable la jornada de pesca y nuestras posaderas lo agradecerán.

Otro elemento del que perfectamente podríamos prescindir es del salabre pero nos puede venir bien en el caso de clavar un gran pez y si no se posee en ese momento, no nos quedará otro que trabajar pacientemente la presa y agotarla para poder cogerla con la mano. El resto de accesorios, como tijeras, hilo, navaja, linterna, escandall o sonda y trapos los llevaremos bien recogidos en nuestro macuto o, mejor aún, en un chaleco de manera que no estorben y los tengamos bien a mano.

Los cebos recomendados

En el tema de los cebos también tendrá que prevalecer la comodidad a la hora de transportarlos, así que nos decantaremos por aquellos que no supongan un volumen excesivo tales como gusanas o pequeñas gambas, estas últimas son un cebo que a mí particularmente me encantan porque son muy efectivas y además son bastante económicas.

También el uso de sardina troceada o calamares nos vendrán muy bien para este tipo de pesca. En el caso de la sardina, os aconsejo guardar los filetes para utilizarlos como cebo y el resto de la sardina (cabezas, tripas, y tronco) se puede emplear para engodar levemente la zona donde vayamos a depositar el cebo.

Si optamos por utilizar cebo a trocitos, sería conveniente traerlo troceado de nuestra casa, ya que así nos ahorraría tanto tiempo como espacio a la hora de cebar nuestros aparejos.

Un elemento muy útil tanto a la hora de transportar el cebo como mantenerlo en condiciones idóneas para su uso, es la típica gusanera verde, muy utilizada por los pescadores de trucha, esto no es más que una caja de plástico con una serie de agujeros para la respiración de las lombrices y que poseen unas hebillas para sujetarlas al pantalón. Si no disponemos de este artilugio, un pequeño bote, preferiblemente de plástico para evitar roturas en caso de caídas, nos vendrá perfectamente para este menester, aunque también nos valdrá un pequeño cubo o una fiambrera que no se utilice ya en nuestra casa.

Las especies que se pueden capturar con corcheo itinerante

¿Qué especies podemos pescar? Pues todas las que encontremos en los espigones, sargos, doradas, esparrallones vidriadas o salpas serán las capturas más comunes, aunque también podemos pescar escorpas, lisas, serranos, peces bentónicos, jureles, palometas etc, no es una pesca selectiva en este sentido, incluso no es nada raro encontrarse peleando con lubinas o anjovas de buen tamaño. En definitiva, podemos pescar cualquier pez que esté en las proximidades de las rocas y se sienta atraído por nuestro cebo.

Un elemento clave a la hora de perseguir a los peces será el de la localización ya que es fácil determinar si el sitio escogido para pescar es bueno por los “brillos” dorados y plateados que los peces provocan al alimentarse entre las rocas o “mariscar”.

Otro posible caso en el que nos encontraremos serán las cebas de pescado azul, como palometas o jureles. En estos casos, la longitud de nuestra caña, unida a la capacidad del carrete, nos permitirá lanzar hacia donde se encuentre la cacería, permitiéndonos la ligereza del equipo y la táctica que llevamos, el movernos hacia donde quiera que se desplacen los peces objeto de nuestros lances. En esta pesca es fácil hacerse, en pocos minutos, con un buen ranchito de peces, los cuales en la mayoría de ocasiones entrarán francos a nuestros cebos, sobre todo si pescamos con la superefectiva sardina.

La técnica del corcheo itinerante

La técnica consiste en “patearse” un espigón, preferiblemente de bastante longitud, pescando los peces más activos en las diferentes zonas donde lancemos; es una especie, por decirlo de alguna manera, de power fishing empleada en la pesca del bass.

La táctica a seguir consiste en escoger una piedra lo más cómoda posible, medir bien la profundidad y depositar el cebo en el lugar idóneo; cuando las picadas disminuyan o, simplemente, no las tengamos cambiaremos de lugar en busca de éstas. Un truco bastante práctico para no andar siempre sondeando la profundidad del pesquero consiste en colocar el plomo un poco más cerca del corcho, a fin de que el primero no quede trabado entre las rocas del fondo y permita, al mismo tiempo, una mayor libertad en la gameta, lo que aportará una naturalidad mayor a nuestro cebo, tanto en la caída hasta el fondo, como en el posterior movimiento producido por la acción del mar.

Habrá jornadas en las que nos recorreremos los puestos una y otra vez sin ni siquiera obtener una picada y otras en las que como mucho cambiaremos una o dos veces de puesto, todo depende de la actividad y la cantidad de los peces ese día y de las condiciones climatológicas que se den.

También podremos utilizar esta técnica de noche, sobre todo para los sargos; buscando espigones cómodos y en los que andar por ellos no suponga un peligro extra. Para este momento mágico nos será indispensable el uso del “chino” o luminoso, el cual colocaremos en la antena de nuestro flotador para poder así detectar la picada.

Nada más por mi parte espero que probéis esta técnica, que os agrade y lo más importante, que consigáis buenas capturas.

¡Que pesquéis mucho!

1 Comentario

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  1. Capuanot
    #1 Capuanot 4 febrero, 2018, 14:19

    PESCA A CORCHEO
    Es la técnica con la que podemos iniciar a nuestros hijos porque, seguramente, es la primera que utilizamos y, ¡que maravilla!, con la que nos enamoramos de la pesca,

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