50 años conviviendo con Inés González Mampel una leyenda de la pesca

Cuando una pareja cumple sus bodas de oro, con nada menos que medio siglo juntos, rebrotan recuerdos de toda una vida. Y si tu esposo ha sido un experimentado pescador, sin duda habrán ocurrido muchas situaciones que han afectado a la convivencia.

La relación en pareja tiene, como todo en la vida, su lado dulce y amargo. Lo que es evidente es que en toda unión hay que convivir, compartir, sufrir y tolerar. En el caso de la pesca como en otras aficiones, en ocasiones se plantean algunos temas pueden ser mal llevados por nuestra media naranja y generar conflictos puntuales.

Vamos a conocer el relato de Inés González Mampel, de 75 años, la mujer de un auténtico fuera de serie: el catalán Joan Puigví. Él ha sido varias veces campeón del mundo de pesca de mar y que atesora cientos de trofeos. Pero nuestro reportaje no trata sobre la historia de este gran maestro sino del relato de cómo ha sido la convivencia con él en el apartado de la pesca y las largas ausencias por competiciones, torneos, quedadas de pesca,…

Aprenderemos desde la experiencia de la vida algunos temas interesantes sobre el mundo de la pesca relacionada con la convivencia en pareja. Estas son las palabras de Inés:

“Como esposa de un pescador, que ha llegado a alcanzar la Alta Competición y mantenerla hasta su jubilación voluntaria, puedo deciros y me dirijo a las esposas o compañeras de pescadores, que no ha sido demasiado fácil la aventura.

No es que no me guste la pesca. Yo también he participado en concursos y he tenido éxitos, quizás porque tenía a mi lado a un compañero que me preparaba los aparejos, por el interés de compartir en cierto modo las horas de deporte. La pesca es droga dura. Se mete en el individuo que tiene la suerte o la desgracia de probarla un buen día y sacar una dorada gorda. En ese momento, los genes cazadores-pescadores más primarios se despiertan en todo su esplendor.

Joan se siente realizado pescando, reconocido por sus compañeros, reclamado como pareja de aventuras… y todos los mares del mundo lo llaman.

¿Qué hacer si comprendes que no eres su única y principal afición? Si llegas a entender que con los años eres el descanso del guerrero y un complemento de sus éxitos… y suerte si te reconoce como complemento. Bueno, no quiero asustaros chicas, pensad que si te opones frontalmente y reclamas de manera furiosa tu tiempo y tu lugar, posiblemente lleves las de perder, porque los muchachos generalmente no aceptan imposiciones y toleran fatal las críticas, aunque te llenen la casa de escamas y sean la admiración de propios y extraños.

Esto puedo asegurarlo, después de 50 años de feliz matrimonio, mucho amor y mucha comprensión mutua. Y sin bromas… No es tanto la cantidad, sino la calidad del tiempo compartido”.

La última medalla de oro con 75 años

Tras la carta de Inés que tiene algo de queja, y mucho de orgullo, se oculta medio siglo conviviendo con esta auténtica leyenda de la pesca que ahora cuenta con 79 años.

El impresionante palmarés de nuestro protagonista es extraordinario. Cuenta con 22 medallas en mundiales en diversas categorías: bien a título individual,  como miembro de la selección, capitán de equipo o entrenador de juveniles. Tengamos en cuenta que cuando consiguió su primera medalla, en 1982, no era un mozalbete, su edad rozaba los 50 años. Y los oros posteriores los consiguió bien entrado en más de sesenta años.

Estos son algunos de los mundiales de pesca en los que ha participado:

1984 – Medalla de Oro por Equipos, Mauritania.

1992 – Medalla de Oro por Equipos, España.

1999 – Medalla de Plata por Equipos, Portugal.

2005 – Medalla de Oro por Equipos – Capitán equipo, Italia.

2008 – Medalla de Oro por Equipos, Francia.

Pensemos por un momento: ¿y si Puigví empezara ya de juvenil en la alta competición? ¿Cuantas medallas habría acumulado?

Y aunque todas las medallas tienen su significado, la última conseguida en el 2008, por inesperada y por la edad del ganador, 75 primaveras, es casi increíble.