5 recomendaciones para la pesca a mosca ahogada

Os dejamos con el magnífico post sobre a pesca a mosca que ha compartido con nosotros José Varela, periodista y autor del blog Coto de PeSca, de la Voz de Galicia. Colabora con nosotros, porque a fin de cuentas, sólo nos separa una letra.

Por fortuna para las truchas, la pesca deportiva es más un terreno fértil para las rarezas, los mitos y las manías personales que una ciencia exacta. Con el paso del tiempo, cada aficionado va estructurando su vademécum intransferible en el que acolcha con mimo sus prejuicios y apriorismos, a los que atribuye la causa de viejos éxitos. De los míos, otorgo categoría de axioma a uno, el más sencillo. Sostengo que todo lo demás es accesorio. No es otro que la conveniencia de atemperar el ánimo para relativizar la trascendencia del equipo y las técnicas frente a la mayor y más trascendente pieza que se pone a nuestro alcance: la plácida belleza del río. Me entristece pensar que pueda haber pescadores que, con lo fácil que es capturarla, no reparen en que está ahí esperándolos desde hace milenios.

Mis 5 recomendaciones para la pesca a mosca ahogada de truchas

Salvada esta, mis cinco recomendaciones para la pesca a mosca ahogada de truchas, similares a las de otras modalidades, son las que siguen.

1. Observación

Demorar unos minutos el inicio de la jornada para escrutar el río, localizar dónde se sitúan los peces, comprobar si están activos, si suben a la superficie, etcétera.

2. Sentido del agua

Cuando la vista no proporcione información o lo haga de forma insuficiente, es conveniente espolear la intuición para tentar los peces allí donde aventuramos que se hallan. Hacerlo con humildad, pues con frecuencia desconocemos todo acerca del comportamiento de las truchas.

3. Movimientos pausados

Somos nosotros los animales intrusos en el ecosistema fluvial. Movámonos con mesura, sin brusquedades, como los creyentes en un templo.

4. Catálogo de moscas

Los insectos que eclosionan a lo largo de la temporada son distintos. Su aspecto, también. Aun cuando hay un orden conocido –muy grosso modo, de oscuro a claro-, a veces las preferencias de las truchas son imprevisibles. Tampoco es necesario acarrear el catálogo cromático de Gütermann al completo.

5. Presentación del engaño.

Me inclino por los aparejos sencillos, a riesgo de perderlos, antes que colgar las moscas de maromas de trasatlánticos. Y concedo más valor a la suave precisión en la presentación de las plumas, a su caída sobre el agua para ser conducidas corriente abajo que a la micrométrica precisión en su imitación al original.

Y a ti ¿cuales son tu razones para practicar la pesca a mosca ahogada?