Pesca con buldo en aguas bajas

Pesca con buldo en aguas bajas

Pesca con buldo en aguas bajas

por 26 de septiembre de 2017 0 comments

Con la temporada avanzada y los caudales bajos, la pesca con buldo se puede revelar como un gran aliado a la hora de afrontar una jornada de pesca tras las truchas.

Equipo y técnica necesaria para la pesca con buldo

Con una caña de entre 1.80 a 2.10 de acción ligera, un carrete pequeño, una boya o buldo flexible y unas moscas, ya estaremos listos para la acción.

Recomiendo el buldo o boya flexible, ya que permite lanzar sobre rocas o troncos, sin que se resienta. De esta manera no perturbamos las aguas, que, al estar bajas, son más indicadas para que las pintonas se asusten con facilidad. En definitiva … una presentación discreta.

Río con poca agua donde tentar la trucha con buldo

Pescando con un hilo fino, incluso se puede prescindir del agua en el interior de la boya, ya que su peso será más que suficiente para poner las moscas donde queramos, siempre que no sea a mucha distancia.

Pescar aguas abajo, posible, pero mejor con más caudal

Una buena manera de prospectar cada rincón, será la de dejar derivar el aparejo por todas aquellas corrientes que ahora son muy evidentes.

Procederemos peinando estas zonas con sucesivos lances cortos, en lugar de uno más largo.

Trucha capturada a mosca con buldo

También podemos pescar aguas abajo, aunque esto me gusta más cuando hay más caudal, ya que desde arriba podemos controlar la deriva por toda la superficie del río, si este no tiene obstáculos que afloren en el agua.

Presentación de las moscas en la pesca con buldo

Los ramalillos en los que irán atadas las moscas ahogadas deben ser cortos, ya que de esta manera se enredan menos y la presentación siempre es más adecuada. Con unos 5 ó 7 cm es suficiente.

Una saltona con un ramalillo de unos 15-20 cm puede ser una gran opción para hacerla “bailar” sobre la superficie. Con un tricóptero confeccionado con pluma de gallo de León, he sacado gran cantidad de truchas, aunque cada uno tendrá que adaptarse a los insectos de cada zona. No suelo colocar una ninfa de rastro con las aguas bajas, aunque también es una opción válida.

Una de las cosas que más me gustan de esta modalidad, es que a veces podemos disfrutar de algún doblete de truchas, lo cual es todo un reto, ya que a veces una termina por liberarse.

Ahora sólo queda buscar un río adecuado y ponerse manos a la obra.

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